A ra赤z de la segunda guerra mundial, la creaci車n de las Naciones Unidas y documentos como la Declaraci車n Universal de Derechos Humanos, la Convenci車n sobre el genocidio, los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales y conceptos como la responsabilidad de proteger, han transformado el derecho internacional y la manera en que los Estados conducen sus relaciones internacionales. Sin embargo, como afirma David Rieff, quien ha cubierto varias guerras y situaciones de emergencia humanitaria, en su libro A Bed for the Night: Humanitarianism in Crisis, el "mort赤fero siglo XX sigui車 siendo mort赤fero". En realidad, las emergencias humanitarias no son raras en el siglo XX: desde los desastres causados por el hombre y los desastres naturales hasta las guerras y las revoluciones, millones de vidas siguen en riesgo. Hoy d赤a la pol赤tica mundial est芍 poniendo a prueba muchas de estas leyes y actividades de ayuda humanitaria de maneras imprevistas. Al mismo tiempo, Internet y las tecnolog赤as m車viles han aportado medios para mejorar la reuni車n de datos y la respuesta humanitaria, lo que proporciona a las Naciones Unidas la oportunidad de desempe?ar un papel m芍s din芍mico en la coordinaci車n y la respuesta frente a situaciones de emergencia humanitaria.
MEJORA DE LA COORDINACI?N
Actualmente la comunidad mundial tiene opciones limitadas para dar respuesta a las crisis humanitarias. La Asamblea General, en su resoluci車n 46/182, enunci車 principios rectores para la respuesta de la comunidad internacional a los desastres humanitarios y desempe?車 un papel central en el establecimiento de la Oficina del Coordinador del Socorro de Emergencia y del Comit谷 Permanente entre Organismos. Este 迆ltimo incluye a los principales agentes de la asistencia humanitaria del sistema de las Naciones Unidas y de fuera de este, y su objetivo es facilitar el an芍lisis y la adopci車n de decisiones entre los organismos en respuesta a las emergencias humanitarias.
Una de las formas en que el Comit谷 Permanente se propone mejorar la coordinaci車n es mediante el sistema de "grupos tem芍ticos" humanitarios establecido en 2005. Los grupos tem芍ticos son agrupaciones de organismos de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y otras organizaciones internacionales que se concentran en un sector espec赤fico durante una crisis humanitaria. Hay 11 grupos tem芍ticos: protecci車n, coordinaci車n y gesti車n de los campamentos, abastecimiento de agua e higiene, salud, refugios de emergencia, nutrici車n, telecomunicaciones de emergencia, log赤stica, recuperaci車n temprana, educaci車n y agricultura. Cada grupo tem芍tico est芍 dirigido por un organismo designado y coordina las actividades correspondientes con la Oficina de Coordinaci車n de Asuntos Humanitarios (OCAH), el organismo de las Naciones Unidas responsable de la coordinaci車n general bajo la direcci車n de la Oficina del Coordinador del Socorro de Emergencia. La mayor parte de los datos se transmiten a los grupos tem芍ticos, que los procesan y analizan, y se utilizan para informar peri車dicamente a los encargados de adoptar decisiones.
Sin embargo, como han se?alado muchos expertos, estos grupos tem芍ticos humanitarios no disponen de los recursos necesarios para la coordinaci車n con la OCAH y tienden a gestionar la informaci車n de un modo que dificulta su distribuci車n. Por ejemplo, los grupos suelen escoger sistemas que presentan los datos en instrumentos y formatos de dif赤cil distribuci車n.
Satchit Balsari, un miembro de la Iniciativa Humanitaria de la Universidad de Harvard, iniciativa entre universidades dedicada a promover la investigaci車n, la pr芍ctica y la pol赤tica en materia de asistencia humanitaria, se?ala que otra preocupaci車n que suscita el sistema es que no todos los que trabajan en el terreno, como los voluntarios o las personas que se desempe?an en zonas remotas, est芍n informados acerca de los grupos tem芍ticos. Balsari, que prest車 servicios en Hait赤 a ra赤z del terremoto de 2010, indic車 que "con frecuencia olvidan hacer participar a los interesados". A?adi車 que durante los dos primeros meses no hab赤a haitianos presentes en las reuniones de los grupos tem芍ticos porque no se permit赤a la entrada de personas de la localidad en el complejo de las Naciones Unidas en que se celebraban. "De modo que se tomaban las decisiones sin contar con los m芍s afectados", dijo.
EL INFORME DISASTER RELIEF 2.0
De acuerdo con un informe publicado en marzo de 2011, preparado por la Fundaci車n de las Naciones Unidas, la OCAH, Vodafone Foundation y la Iniciativa Humanitaria de la Universidad de Harvard, el sistema de grupos tem芍ticos result車 inadecuado en Hait赤 al aumentar el volumen, el ritmo y la diversidad de la corriente de informaci車n. El informe Disaster Relief 2.0: The Future of Information Sharing in Humanitarian Emergencies, examin車 la forma en que se aplicaban las nuevas tecnolog赤as en los sistemas de alerta temprana para las crisis y las respuestas humanitarias y como pod赤an convertirse en poderosos instrumentos de las actividades de ayuda humanitaria. Por ejemplo, la respuesta de la cartograf赤a de crisis ante el terremoto de Hait赤 de 2010 demostr車 la influencia que pueden tener las tecnolog赤as m車viles, los datos geoespaciales y la informaci車n basada en los ciudadanos en las actividades humanitarias y la respuesta en situaciones de desastre. Actualmente hay varias organizaciones de cartograf赤a en l赤nea de intereses humanitarios, como OpenStreetMap, Crisis Mappers, Sahana y Ushahidi, que se emplean en todo el mundo durante situaciones de emergencia cr赤ticas. Despu谷s del terremoto y el tsunami que asolaron el Jap車n en 2011, la cartograf赤a basada en la inteligencia colectiva result車 muy 迆til para los trabajadores de socorro locales en la determinaci車n de prioridades para el suministro de alimentos, refugios y servicios de saneamiento. Seg迆n The New York Times, la comunidad cartogr芍fica en l赤nea se utiliz車 tambi谷n en Libia para determinar donde ten赤an lugar los combates y seguir los movimientos de refugiados que hu赤an del conflicto.
Se se?alaba en ese informe, adem芍s, que "hay nuevas voces que est芍n posibilitando una interacci車n m芍s estrecha con las comunidades afectadas por desastres". Se reconoc赤a que "surgen nuevos asociados que est芍n ofreciendo medios m芍s r芍pidos y eficaces para analizar datos de un volumen y a una velocidad cada vez mayores", y que el reto futuro ser芍 "crear una interfaz efectiva entre estos recursos, as赤 como un ecosistema en el que cada actor comprenda su papel".
En este sentido, corresponde a organizaciones humanitarias veteranas como las Naciones Unidas un papel de especial importancia. Para Patrick Meier, cofundador de la organizaci車n International Network of Crisis Mappers, es imperativo consolidar asociaciones fundamentales entre las organizaciones humanitarias formales y las redes de voluntarios informales. En este sentido hace un llamamiento a la participaci車n en simulaciones conjuntas de respuesta a las crisis, para garantizar "la existencia de mecanismos apropiados y robustos, pero flexibles, en 2012".
EL DILEMA DE LA INTERVENCI?N
Un gran desaf赤o para las Naciones Unidas y sus organismos es el hecho de que todav赤a enfrentan grandes dificultades para prestar socorro en t谷rminos neutrales o equilibrados. En muchos casos, el Gobierno o un agente no estatal poderoso les niegan el acceso a comunidades vulnerables. En 2009, hacia el final de la guerra civil en Sri Lanka, el Gobierno deneg車 a los organismos de ayuda y los trabajadores de socorro de las Naciones Unidas el acceso a los campamentos de desplazados y a los civiles atrapados por el conflicto en curso entre el ej谷rcito y el grupo terrorista Tigres de Liberaci車n del Ealam Tamil. Tambi谷n en 2009, Al-Shabaab, un grupo de militantes terroristas que controlaba gran parte del sur de Somalia, prohibi車 la entrada a la regi車n de varios grupos internacionales de ayuda, lo que dio por resultado una hambruna generalizada.
Como se se?ala en el libro United Nations and Changing World Politics: "En muchos sentidos el derecho internacional humanitario parece haberse formulado para un mundo diferente, un mundo en el que los intereses de los gobiernos y los ej谷rcitos regulares suelen servirse respetando las leyes de la guerra." La soberan赤a tambi谷n es con frecuencia un aspecto determinante. La resoluci車n 46/182 de la Asamblea General reitera que "Deber芍n respetarse plenamente la soberan赤a, la integridad territorial y la unidad nacional de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas", lo que dificulta actuar en situaciones en que el pa赤s afectado niega el acceso.
Con miras a enfrentar el desaf赤o de la responsabilidad de la comunidad internacional de actuar ante las violaciones graves de los derechos humanos y a la vez respetar la soberan赤a de los Estados, en 2000 se estableci車 la Comisi車n Internacional sobre Intervenci車n y Soberan赤a de los Estados. La Comisi車n formul車 el concepto de la responsabilidad de proteger, que estipula que la comunidad internacional debe proteger a la poblaci車n de un Estado si su propio Gobierno no lo hace. Tambi谷n prev谷 la utilizaci車n de fuerzas militares si las medidas pac赤ficas resultan inadecuadas. Los Copresidentes de la Comisi車n Gareth Evans, del International Crisis Group, y el diplom芍tico argelino Mohamed Sahnoun, escribieron en Foreign Affairs: "Si la comunidad internacional ha de responder a este desaf赤o, el debate debe plantearse en sentido contrario. Debe reformularse la cuesti車n de modo que el argumento no sea acerca del 'derecho a intervenir', sino de la 'responsabilidad de proteger'." El principio de la responsabilidad de proteger se incorpor車 por 迆ltimo en un documento final de las Naciones Unidas de 2005, y fue aclamado por los especialistas en asuntos internacionales como el comienzo de una nueva era de paz y seguridad.
Desde entonces, se ha aplicado en Kenya, luego de los actos de violencia ocurridos en 2008 a ra赤z de las elecciones, y de manera m芍s destacada en Libia, en 2011, despu谷s de la brutal acometida del antiguo l赤der Muammar al-Qaddafi contra su pueblo durante la rebeli車n contra su r谷gimen. Mientras que los partidarios de la responsabilidad de proteger acogieron con benepl芍cito la intervenci車n militar encabezada por la OTAN, otros consideraron hip車crita intervenir en un pa赤s mientras que los reg赤menes de pa赤ses vecinos utilizaban la violencia y la intimidaci車n para reprimir los levantamientos populares, sobre todo en Siria y Bahrein. Adem芍s, es muy dudoso que la intervenci車n militar humanitaria en Libia pueda garantizar un futuro mejor y pac赤fico para su pueblo. Expertos como Micah Zenko, del Consejo de Relaciones Exteriores, aducen que a causa de "la gesti車n inadecuada y el intento de hacer demasiado" una intervenci車n futura en Libia sobre la base de la responsabilidad de proteger ser赤a incierta. Si bien la OTAN afirma que es un actor imparcial en el conflicto, dice, "Sus actos -permitir que las fuerzas rebeldes introdujeran armas de contrabando en el pa赤s y aeronaves en la zona de prohibici車n de vuelos, y coordinar sus ataques a谷reos con las operaciones militares, por ejemplo- demuestran lo contrario".
PRESTAR AYUDA BAJO LA PROTECCI?N DE LAS ARMAS
Si bien en el futuro ser芍 dif赤cil lograr una intervenci車n militar coercitiva, en la mayor parte de las crisis humanitarias se ha hecho cada vez m芍s necesario contar con alg迆n tipo de componente militar. Adam Levine, Profesor Auxiliar de Medicina de Emergencia en la Brown University, quien prest車 servicios de ayuda de emergencia en Libia dice, "No se puede prestar atenci車n de la salud sin seguridad". De acuerdo con Levine, hubiera sido dif赤cil prestar ayuda humanitaria en Libia sin la cobertura de seguridad que proporcion車 la presencia de la OTAN.
A medida que aumenta la necesidad de una presencia de seguridad para la labor de ayuda humanitaria, el papel del personal de paz de las Naciones Unidas se ampl赤a puesto que se les considera m芍s neutrales que el ej谷rcito de cualquier pa赤s. Con todo, el personal de mantenimiento de la paz no goza de una reputaci車n intachable: se les ha acusado de delitos sexuales como violaci車n y explotaci車n sexual en muchos pa赤ses, entre ellos Hait赤, Liberia, C?te d'Ivoire, Somalia y la Rep迆blica Democr芍tica del Congo. Por tanto, los riesgos para los derechos humanos que se asocian a la conducta de las fuerzas de seguridad de cualquier pa赤s determinado tambi谷n se aplican a los miembros del personal de mantenimiento de la paz, que proceden de numerosos y diversos pa赤ses. Las Naciones Unidas deben investigar exhaustivamente todas las denuncias, enjuiciar a los presuntos autores de delitos y exigir responsabilidad a los pa赤ses de los que provienen los trabajadores de paz hallados culpables.
En la medida en que la ayuda humanitaria deba prestarse al amparo de las armas, las Naciones Unidas tambi谷n tendr芍n que considerar otras cuestiones para mejorar su respuesta. Levine dice que es necesario coordinar mejor las actividades de los encargados de la seguridad y los trabajadores de la ayuda a fin de que puedan asegurarse las zonas en que se entregar芍 la ayuda humanitaria. Tendr芍 que mejorarse la comprensi車n mutua de las culturas y los sistemas por parte de los trabajadores de la ayuda humanitaria y los soldados, con miras a crear respeto mutuo. A este efecto, convendr赤a establecer un programa permanente de deliberaciones estrat谷gicas y operacionales a todos los niveles.
Salvo en situaciones en que los trabajadores de la ayuda humanitaria no tienen acceso a zonas o poblaciones vulnerables, normalmente los militares no deben dedicarse a entregar la ayuda. Ello socava la neutralidad y no es precisamente la manera m芍s eficaz de prestar asistencia humanitaria.
Algunos expertos han recomendado tambi谷n reducir el n迆mero de organizaciones no gubernamentales en las situaciones humanitarias de emergencia y limitarlo a aquellas que se rigen por un determinado conjunto de normas, como el C車digo de Conducta de la Cruz Roja. Hacer m芍s hincapi谷 en que todas las organizaciones que intervengan en situaciones de emergencia observen el mismo conjunto de normas ayudar芍 a simplificar la ayuda. Este proceso debe comenzar ahora, afirma Levine, porque cuando ocurre la emergencia humanitaria "en algunos sentidos ya es casi demasiado tarde".
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La Cr車nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as赤 como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n por parte de las Naciones Unidas.?