El programa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI) está produciendo una serie de artículos relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) desde varios ángulos. En este primer artículo, buscamos que más personas obtengan una comprensión profunda sobre el financiamiento y la financiación para el desarrollo sostenible, principalmente lo que se está haciendo a nivel multilateral, especialmente en el contexto del sistema de las Naciones Unidas.
En un contexto complejo, más actores
“Estamos en un momento desafiante. Crisis como la COVID-19, Ucrania y el cambio climático están todos interrelacionadas”, plantea Mariangela Parra-Lancourt, quien trabaja en la Subdivisión de Compromiso Estratégico e Integración de Políticas en la Oficina de Financiamiento para el Desarrollo Sostenible, que se ocupa de los resultados de la Agenda de Acción de Addis Abeba, un documento con compromisos de gobiernos y otros actores para financiar los sectores energéticos y de desarrollo.
Argumenta además que debido a que los problemas de suministro están asociados con el conflicto en curso en Europa del Este, cada hogar se ha visto afectado por el incremento de la inflación. Respuestas como el aumento de las tasas de interés y la? excesiva deuda consiguiente no son necesariamente las medidas más apropiadas. Ante estos y otros desafíos globales, el tema del financiamiento para el desarrollo sostenible debe tomarse en serio, dada la significativa desigualdad en todo el mundo.
Su colega Rabayl Mirza describe el papel del sector privado como “crítico”, porque considera que todas las partes deberían sentarse a la mesa y cerrar la brecha. En los esfuerzos por construir una red para el sector privado, la primera fase es la Alianza Mundial de Inversionistas para el Desarrollo Sostenible (GISD por sus siglas en inglés), con la idea de alinear todo el capital con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y movilizar más y nuevas formas de financiamiento.
Las principales áreas de trabajo de GISD incluyen el trabajo a través de bancos multilaterales de desarrollo y otros bancos de desarrollo regionales, la publicación de informes corporativos y divulgación de sostenibilidad corporativa para mostrar el impacto tanto de las empresas como de los inversores en los ODS, inculcar una visión a largo plazo en todo tipo de decisiones financieras y desarrollar herramientas para permitir a los inversores realizar inversiones en los ODS.
Además de la GISD, la Feria de Inversiones en los ODS también está contribuyendo a aumentar la participación del sector privado en el financiamiento del desarrollo. “La idea de la Feria era tener la oportunidad de que los países presentaran proyectos que respaldados por los gobiernos y con un alto impacto en los ODS. Los proyectos presentados en la Feria se han centrado en infraestructura para el ecoturismo, energía verde y agricultura sostenible”, expresa Rabayl.
Todos deberían tener la opción de tener una vida digna, pero este no es el caso para muchos. Al mismo tiempo, existen muchos recursos disponibles, incluidos los financieros. Sin embargo, se deben crear incentivos para que los inversores, consumidores y todos los actores en el mercado puedan ver cómo sus decisiones conducen a consecuencias positivas e influyentes a nivel mundial. En este sentido, debemos comprender mejor qué es el desarrollo sostenible y, lo que es más importante, cómo lo financiamos.
El capital y su costo
Tewodaj Mogues, economista enior del Fondo Monetario Internacional, considera a los ODS como “una agenda global para lograr mejoras en el bienestar de manera sostenible que tenga en cuenta las condiciones del clima y el medio ambiente”. El equipo de Mogues examina cuánto costaría lograr los ODS y los gastos necesarios para un desempe?o sólido, especialmente en lo que respecta a los objetivos centrados en el desarrollo del capital humano y físico.
Desde una perspectiva orientada a la investigación, el Dr. Mogues explica el concepto de capital humano como aquel que está incorporado en las personas. Por ejemplo, los estudiantes universitarios, como los de las instituciones miembros del programa de Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI), ven la educación que están recibiendo y el conocimiento que están adquiriendo como capital, ya que les aportará mayor valor a ellos mismos y para la economía de la sociedad una vez que se gradúen.
Volviendo a la pregunta central relacionada con el financiamiento, la Dra. Mogues presenta una herramienta de medición llamada enfoque de benchmarking que utiliza una metodología de entrada-salida. Cuando estimamos el costo para un país dado en el caso del desarrollo del capital humano como la educación, primero debemos conocer el de los pares de ese país, los cuales son o podrían ser similares en términos de su nivel de ingresos. Basándonos en datos existentes, identificamos entonces a aquellos con un rendimiento excepcionalmente alto en relación con los ODS.
Los datos brindan a los investigadores una idea del rendimiento de cada país en los ODS. Por ejemplo, en el caso del Objetivo 4, podemos encontrar el número de profesores en relación con la población, así como su salario, como indicadores clave. Asimismo, se pueden identificar entradas similares de los pares de alto rendimiento y definir los valores de indicadores específicos que se considerarán como punto de referencia. Luego es posible determinar el costo que el país en estudio debería invertir para alcanzar tales valores.
Utilizando esta metodología, la Dra. Mogues analizó y estimó el desempe?o y los gastos de la India en el informe de su coautoría, “El desafío del gasto para alcanzar los ODS en Asia del Sur: Lecciones desde la India”, en el que descubrió que, en particular, en el campo de la educación, el país ciertamente tiene muchas necesidades, pero esto no implica gastar más. Por el contrario, requiere utilizar sus recursos de manera diferente.
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Combinación de finanzas
Ahora, quizás más que nunca, el financiamiento de los ODS requiere una mezcla innovadora de finanzas, en opinión de Lisa Kurbiel, jefa de la Secretaría para el Fondo Conjunto de los ODS. “Nuestro objetivo es llevar todas estas propuestas sostenibles a los inversionistas, empaquetarlas, comercializarlas y mostrar el impacto real que esas inversiones pueden tener en cambiar vidas y lograr los ODS”, explica.
Y de hecho, ella conoce muchas historias inspiradoras en el terreno. Por ejemplo, el Fondo Conjunto de los ODS ha trabajado mano a mano con el gobierno de Fiji. Un país que, al igual que todos los peque?os estados insulares en vías de desarrollo, ha sido plagado por los graves impactos de desastres naturales y el calentamiento global, con una parte significativa de su producto interno bruto (PIB) arraigada en el turismo debido a su hermoso arrecife de coral.
Pero precisamente, la barrera de coral ha sido afectada negativamente, y su da?o alcanza a las comunidades que dependen en gran medida del turismo para sobrevivir. Un proyecto financiado por esta iniciativa buscó alternativas a los fertilizantes tóxicos para que puedan ser utilizados fertilizantes orgánicos, obtenidos de algas marinas y otros materiales, sin consecuencias adversas para los peces, el océano y la barrera de coral en sí. Esto ha aumentado el empleo, especialmente entre las mujeres y los jóvenes.
Los gobiernos y las Naciones Unidas a nivel de país lideran cada propuesta en la que el Fondo Conjunto de los ODS invierte. “Las personas, incluidos los docentes y los estudiantes, están empezando a interesarse más en saber con certeza si sus carteras de inversiones actuales están ayudando de alguna manera a los ODS”, comenta la Sra. Kurbiel. “Los estudiantes”, agregó, “tienen una influencia y un poder significativos, que debe “ser una voz para el cambio”, destaca.
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