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Fusiles y uniformes quemados

Antecedentes

Desde su fundaci¨®n, las Naciones Unidas han buscado la eliminaci¨®n total de las armas nucleares y las otras categor¨ªas de armas de destrucci¨®n masiva. Las armas nucleares representan una amenaza ¨²nica y existencial para la humanidad debido a su incomparable poder destructivo. Un arma nuclear ¨²nica puede destruir una ciudad en total, resultando en potencialmente millones de casualidades y poniendo en peligro el medio ambiente natural y la vida de las generaciones futuras por sus efectos catastr¨®ficos de larga duraci¨®n. Aunque las armas nucleares solamente se han utilizado dos veces en la guerra -en los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki en 1945-, todav¨ªa unas 13.080 armas nucleares existen en nuestro mundo en este momento y se han realizado m¨¢s de 2.000 ensayos nucleares hasta la fecha.  Hacer un mundo libre de armas nucleares es la mejor protecci¨®n contra tales peligros, pero el logro de este objetivo ha sido un desaf¨ªo tremendamente dif¨ªcil.

El tab¨² internacional contra las armas biol¨®gicas y ±ç³Ü¨ª³¾¾±³¦²¹²õ emergi¨® de los horrores de la Primera Guerra Mundial. Hist¨®ricamente, su uso se ha establecido contrariamente a las leyes de la humanidad y a los dictados de la conciencia p¨²blica. Los esfuerzos largamente buscados para eliminar globalmente estas armas de destrucci¨®n masiva  finalmente dieron sus frutos con la conclusi¨®n en 1972 y en 1993

Las armas convencionales siguen siendo en el centro de los conflictos del mundo, y los civiles se llevan la peor parte de esa violencia armada. La amplia disponibilidad de armas peque?as y ligeras y sus municiones es un facilitador clave de la violencia y los conflictos armados. Los altos niveles de armas y municiones en circulaci¨®n contribuyen a la inseguridad, facilitan las violaciones de los derechos humanos e impiden el acceso humanitario. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce de manera importante la relaci¨®n simbi¨®tica entre la paz y el desarrollo sostenible. En particular, reconoce que es necesario reducir considerablemente las corrientes de armas il¨ªcitas para lograr sociedades pac¨ªficas, justas e inclusivas. M¨¢s de Objetivo 16, la lucha contra el tr¨¢fico il¨ªcito de armas peque?as y ligeras es necesaria para el logro de muchos objetivos, incluyendo los que se tratan de la reducci¨®n de la pobreza, el crecimiento econ¨®mico, la salud, la igualdad entre los g¨¦neros y la seguridad de las ciudades y comunidades.

Impulsados por consideraciones humanitarias y de derechos humanos, varios tratados e instrumentos multilaterales, con el objetivo de regular, restringir o eliminar ciertas armas convencionales y regular el comercio internacional de armas, se han negociado. Entre ellos figuran , en . El Tratado sobre el Comercio de Armas regula la transferencia internacional de armas convencionales por establecer normas internacionales comunes, mientras que el Programa de Acci¨®n para prevenir, combatir y eliminar el tr¨¢fico il¨ªcito de armas peque?as y ligeras contiene una serie de compromisos a nivel nacional, regional y mundial para combatir este azote. Adem¨¢s, hay esfuerzos internacionales en desarrollo para abordar las consecuencias humanitarias del uso de armas explosivas en las zonas pobladas.

Mientras que los avances de la ciencia y la tecnolog¨ªa contin¨²an revolucionando la vida humana, muchos desarrollos, sin embargo, tambi¨¦n permiten, a un ritmo acelerado, el dise?o y la adquisici¨®n de nuevas tecnolog¨ªas de armas con aplicaciones poco claras o potencialmente peligrosas. Desde el punto de vista de la paz y la seguridad, existen preocupaciones sobre la capacidad de las nuevas armas de desestabilizar las relaciones de seguridad, por ejemplo, las armas ³ó¾±±è±ð°ù²õ¨®²Ô¾±³¦²¹²õ. Frente la creciente , es necesario adoptar nuevas medidas para que los seres humanos siempre mantengan el control sobre el uso de la fuerza. Los Estados tambi¨¦n deben buscar medidas para prevenir una escalada armamentista en el espacio exterior y fomentar una cultura de responsabilidad y de adhesi¨®n a las normas, reglas y principios de comportamiento responsable en el ciberespacio.

Varios ¨®rganos de las Naciones Unidas, incluyendo la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, trabajan para promover la paz y la seguridad internacionales a trav¨¦s de la b¨²squeda de la eliminaci¨®n de las armas nucleares y otras armas de destrucci¨®n masiva, la regulaci¨®n de las armas convencionales y la garant¨ªa de la responsabilidad con respecto a la innovaci¨®n y el uso de los avances en la ciencia y la tecnolog¨ªa. La Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas (UNODA), establecida por primera vez en 1983, apoya a estos organismos, al Secretario General, a los Estados Miembros y a los grupos de la sociedad civil en la persecuci¨®n de estos objetivos. La Oficina promueve:

  • El desarme nuclear y la no proliferaci¨®n;
  • El fortalecimiento de los reg¨ªmenes de desarme con respecto a otras armas de destrucci¨®n masiva, como las armas ±ç³Ü¨ª³¾¾±³¦²¹²õ y biol¨®gicas
  • Esfuerzos de desarme y control de armas en el ¨¢mbito de las armas convencionales, como las minas terrestres, las municiones de racimo, el comercio il¨ªcito de armas peque?as y ligeras y el uso de armas explosivas en zonas pobladas, as¨ª como a trav¨¦s de una transparencia aumentada por del Registro de Armas Convencionales de las Naciones Unidas;
  • Garantizar la innovaci¨®n y el uso responsables de los avances en la ciencia y la tecnolog¨ªa y abordar las tecnolog¨ªas de armas emergentes, como los sistemas de armas aut¨®nomos.