01 marzo 2008

En 2000, cuando se celebr車 la Cumbre del Milenio, la comunidad internacional declar車 que no escatimar赤a esfuerzos por alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), inclusive reducir a la mitad la pobreza mundial, lograr que todos los ni?os del mundo asistan a la escuela, reducir la mortalidad de los ni?os y las madres, y proporcionar acceso a agua potable y a servicios de saneamiento.


Transcurridos 7 a?os, hemos logrado algunos progresos: actualmente, 34 pa赤ses est芍n aproxim芍ndose al objetivo relativo a la mortalidad infantil, 44 est芍n bien encaminados hacia el objetivo de reducir la pobreza, y 47 pa赤ses tienen buenas perspectivas con respecto al objetivo de educaci車n universal. Los aumentos en los montos de la asistencia y las cancelaciones de la deuda han contribuido en los 迆ltimos siete a?os a que se agreguen 40 millones a los ni?os africanos que asisten a la escuela. Actualmente, hay en ?frica al sur del Sahara m芍s de 1 mill車n de personas que reciben tratamiento antirretrovirus, en comparaci車n con 100.000 hace s車lo tres a?os.


No obstante, en general, la comunidad internacional no est芍 alcanzando las metas fijadas. Aproximadamente 72 millones de ni?os en edad escolar primaria siguen sin asistir a la escuela y, seg迆n se estima, ser芍 preciso gastar a escala mundial 9.000 millones de d車lares adicionales por a?o para alcanzar el ODM relativo a la educaci車n.


S車lo una tercera parte de los pa赤ses del mundo est芍n bien encaminados para alcanzar el objetivo de reducir a la mitad la proporci車n de personas que carecen de acceso a agua potable, y se necesitan 8.000 millones de d車lares adicionales por a?o para subsanar ese d谷ficit. Cada a?o, m芍s de medio mill車n de mujeres siguen perdiendo la vida a causa de complicaciones del embarazo y el parto susceptibles de tratamiento y prevenci車n y se necesitan otros 4.000 millones de d車lares por a?o para alcanzar los objetivos relativos a la salud de la madre y del reci谷n nacido.


En este momento, s車lo nos quedan siete a?os por delante-- estamos en el punto medio del lapso hasta la fecha l赤mite, 2015 -- ; son unos pocos breves a?os para mejorar las vidas de millones de personas. Actualmente, es evidente que disponemos de la tecnolog赤a para curar, la ciencia para dispensar tratamiento y los medicamentos para salvar vidas. La pregunta es: ?tenemos la voluntad pol赤tica de aprovechar el ingenio y los recursos con que contamos a fin de ayudar a quienes m芍s lo necesitan?


El Gobierno del Reino Unido est芍 cumpliendo con la parte que le corresponde. Es el segundo donante del mundo, por orden de magnitud, despu谷s de los Estados Unidos. En octubre de 2007, el Gobierno anunci車 un sustancial aumento de la asistencia para el desarrollo en los pr車ximos tres a?os. Esto significa que para 2010, el gasto del Reino Unido en asistencia se habr芍 triplicado con creces en t谷rminos reales, en comparaci車n con 1997, y que va por buen camino hacia dar cumplimiento a su promesa de dedicar un 0,7% del ingreso nacional bruto a la asistencia al desarrollo para 2013.


No obstante, ninguno de nosotros puede alcanzar los ODM por s赤 mismo: ning迆n Gobierno, por bien intencionado que est谷; ninguna entidad del sector privado, por generosa que sea; ninguna organizaci車n no gubernamental (ONG) y ning迆n grupo confesional, por firme que sea su determinaci車n de ayudar. La 迆nica manera de alcanzar los ODM es mediante una aut谷ntica alianza, obrando de consuno. Por esta raz車n, en julio de 2007, el Primer Ministro Gordon Brown del Reino Unido sum車 su voz a la del Secretario General Ban Ki-moon en Nueva York para exhortar a la comunidad internacional a que alcance el octavo ODM: fomentar una organizaci車n mundial para el desarrollo.


Lo que se necesita es una iniciativa internacional que aproveche las facultades de todos y cada uno: el sector privado, los particulares, los consumidores, los grupos confesionales, las organizaciones de la sociedad civil, as赤 como los gobiernos-- de pa赤ses tanto del Norte como del Sur --en la cooperaci車n para alcanzar los ODM. En 迆ltima instancia, el destino de la persona m芍s pobre del mundo ser芍 decidido por las acciones de los gobiernos, las instituciones y los ciudadanos de pa赤ses en desarrollo. Nuestra tarea es apoyarlos y facultarlos para que brinden asistencia a quienes m芍s la necesitan.


En los pa赤ses desarrollados, los gobiernos deben dar cumplimiento a sus promesas anteriores: cancelar la deuda, aportar m芍s y mejor asistencia, crear condiciones equitativas para el intercambio comercial y reducir las emisiones de carbono. El sector privado posee expertos en la creaci車n de riqueza y empleo que, si se movilizaran plenamente, podr赤an ayudar al crecimiento de los pa赤ses en desarrollo. ?ste es un factor clave, puesto que la mejor oportunidad para que las personas se arranquen a s赤 mismas de la pobreza es encontrar trabajo productivo.


Las instituciones mundiales deben efectuar las dif赤ciles opciones necesarias para crear un sistema internacional realmente apto para el siglo XXI, que sea capaz de aportar adelanto a quienes m芍s lo necesitan. En 2005, los grupos confesionales y las ONG fueron los integrantes b芍sicos de la campa?a para que la pobreza pase a la historia; y pueden contribuir nuevamente a aportar el apoyo popular necesario a fin de acelerar el progreso hacia los ODM.


Hemos visto a millones de personas congregadas en una campa?a para eliminar la deuda de los pa赤ses menos adelantados, aumentar la asistencia y establecer normas m芍s equitativas para el intercambio comercial de los pa赤ses en desarrollo. En la Cumbre de Gleneagles celebrada en 2005, los l赤deres del G8 oyeron las demandas planteadas por este movimiento internacional y se comprometieron a duplicar la asistencia para 2010, prometiendo aportar 50.000 millones de d車lares a escala mundial y 25.000 millones de d車lares con destino a ?frica. El G8 prometi車 que cancelar赤a las deudas de 18 de los pa赤ses m芍s pobres del mundo, inclusive 17.000 millones de d車lares de la deuda de Nigeria, y se comprometi車 a eliminar todos sus subsidios a la exportaci車n. Ha llegado el momento de cumplir esas promesas y ampliarlas.


En 2008, abrigo la esperanza de ver diferentes copart赤cipes en todo el mundo dedicados a la tarea de formular planes de acci車n completos para imprimir dinamismo al progreso hacia los objetivos de desarrollo del Milenio. Abrigo la esperanza de que las importantes reuniones a celebrar en 2008 por la Uni車n Europea, el G8 y las Naciones Unidas, sean la ocasi車n de llevar a la pr芍ctica esos planes de acci車n. Mantengo mi optimismo, pese a la magnitud de los problemas que enfrentamos. Estoy persuadido de que, al aunar esfuerzos, es posible lograr que reine la justicia a escala mundial.

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