El Secretario General
Mensaje del Secretario General en el Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados
6 de noviembre de 2007
Uno de los efectos más comunes y devastadores de los conflictos armados es el desplazamiento masivo de las personas que huyen de la violencia y la inseguridad. Esos desplazamientos de población en gran escala causan indecibles sufrimientos humanos y perturban las actividades económicas. Al mismo tiempo, dañan seriamente el medio ambiente, sobre todo en las regiones áridas o donde ya hay degradación ambiental. Según una evaluación realizada este año por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en Darfur, el desplazamiento de más de 2 millones de personas iniciado en 2003 ha causado una grave deforestación, la degradación del suelo y una excesiva explotación de los recursos de agua subterránea en las inmediaciones de los mayores campamentos de personas desplazadas.
La integración de aspectos ambientales en las operaciones de socorro y seguridad requiere que movilicemos a todos los actores pertinentes del Gobierno, la familia de las Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad de donantes. Desde 1995, el PNUMA ha realizado evaluaciones después de un conflicto y ha prestado apoyo técnico para ayudar a mitigar los riesgos ambientales en más de 20 países.
Actualmente, el PNUMA está trabajando con el Gobierno de la República Democrática del Congo y asociados de las Naciones Unidas para mitigar el impacto del desplazamiento de personas en la parte oriental del país, donde se han establecido recientemente varios campamentos para alojar a los que huyen de la inestabilidad en Kivu Norte. Estos asentamientos están ubicados en la frontera del Parque Nacional Virunga, declarado patrimonio mundial, donde vive la mitad de la población restante de gorilas de montaña, la especie de grandes simios más rara y en mayor peligro de extinción. Sin una gestión racional del medio ambiente, la llegada de todas estas personas genera varios riesgos para los ecosistemas vulnerables de la región, incluida la explotación descontrolada de recursos naturales para responder a las necesidades básicas de sustento y de energía. El PNUMA y sus asociados están ayudando a crear opciones sostenibles para el sustento de las comunidades desplazadas en la región y a aumentar la capacidad local para prevenir o remediar el impacto ecológico del desplazamiento de personas.
El PNUMA ha llevado a cabo con éxito una labor similar en Liberia, donde aproximadamente 800.000 personas -una cuarta parte de la población- se vieron obligadas a abandonar sus hogares durante casi 14 años de conflicto, lo cual causó grave degradación de los bosques, la tierra y los cursos de agua, así como del terreno de los campamentos y asentamientos y sus inmediaciones. Los esfuerzos del PNUMA fueron complementados por los de otras entidades, como la Misión de las Naciones Unidas en Liberia, que incorporó una dependencia de recursos ambientales y naturales en sus operaciones.
Es fundamental tener en cuenta las cuestiones ecológicas para evitar problemas ambientales futuros que puedan socavar la seguridad y el desarrollo y conducir a nuevos ciclos de conflicto y desplazamiento. Por tal razón, hace seis años, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados. Hoy lo conmemoramos y renovamos nuestro compromiso con esa misión.