No debe exagerarse la importancia de la elección de ?frica para la primera visita oficial al extranjero de Ban Ki-moon en calidad de Secretario General de las Naciones Unidas, dado que el fomento de la estabilidad y el desarrollo en la región debe seguir ocupando un lugar central en la labor de la Organización.
?frica es el continente de las generalizaciones. Ningún otro lugar del mundo suele recibir un tratamiento tan superficial como los 53 países de esta región, que son tan variados como corresponde al segundo continente más poblado del planeta. Lo que es nuevo es el tono de las generalizaciones. Relatos de un sólido crecimiento económico y una creciente prosperidad pugnan por hacerse un hueco entre los tradicionales relatos de conflictos, hambrunas y pobreza. ?Y por qué? Porque el crecimiento económico que está experimentando ?frica en la actualidad reclama nuestra atención.
Las economías africanas están registrando unos niveles de crecimiento sin precedentes; desde el a?o 2000, más de 20 países han crecido a una tasa superior al 5% anual y, durante este periodo, el rendimiento de los mercados bursátiles africanos ha superado sistemáticamente al de otros mercados regionales. Según el estudio realizado por Databank Ghana, en 2005, la inversión en los mercados bursátiles de la región habría generado una rentabilidad del 56% en dólares de los Estados Unidos. Los datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) revelaron que, en ese mismo a?o, ?frica recibió un flujo de inversiones extranjeras directas de 31.000 millones de dólares, lo que representa un incremento del 78% con respecto a 2004. Esta oleada de noticias económicas positivas marca un hito en la historia de ?frica y resultará fundamental a la hora de hacer frente a un "afro-pesimismo" profundamente enraizado que tanto ha contribuido a limitar el desarrollo del continente.
Asimismo, la reforma política también trae buenas noticias desde ?frica. En los últimos cuatro a?os, esta región ha vivido más de 50 elecciones y hoy, la mayor parte de los países africanos intentan dotarse de gobiernos democráticos. Estos acontecimientos marcan lo que tal vez sea un momento decisivo aún más importante para la región, puesto que es fundamental mejorar la gobernanza a fin de garantizar que el crecimiento económico pueda ser duradero y contribuya de forma significativa a mitigar la pobreza en ?frica.
Más de uno se pregunta por qué motivo, si ?frica es un continente tan rico, los africanos son tan pobres. Pues bien, la respuesta reside en la gobernanza.
? Sin una buena gobernanza, no es posible administrar de forma eficaz los recursos públicos para proporcionar servicios de educación y de atención de la salud, en los que se aprecian agudas carencias en gran parte del continente. Los beneficios potenciales de una mayor ayuda y la condonación de la deuda no son tan eficaces como podrían serlo.
? Sin una buena gobernanza, no es posible aplicar las leyes con justicia ni mantener la seguridad. ?frica se enfrenta a graves riesgos de inseguridad interna que, en ausencia de seguridad y del imperio de la ley, pueden derivar rápidamente en crisis humanitarias.
? Sin una buena gobernanza, las personas no pueden contar con una representación justa y se impide el florecimiento de la democracia. En ausencia de una gobernanza responsable, la sociedad civil no puede desarrollar su potencial para contribuir al desarrollo.
? Sin una buena gobernanza, las empresas no pueden llevar a cabo su tarea. El sector privado es un motor de crecimiento (genera empleo, prosperidad e ingresos tributarios) pero sólo si se le permite prosperar.
? Sin una buena gobernanza, los inversores internacionales se verán disuadidos. ?frica está experimentando unos flujos de inversiones extranjeras directas sin precedentes, pero éstas siguen representando una fracción peque?a del total mundial y deben aumentar para que el continente tenga la oportunidad de alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio en 2015.
Además, es esencial mejorar la gobernanza para que ?frica siga progresando con respecto al mundo. Dado que los problemas de seguridad y crecimiento económico mundiales guardan una relación tan estrecha con la propia estabilidad y desarrollo del continente, ?frica debe participar plenamente en el dise?o de las políticas.
Nadie pone en duda la importancia de una buena gobernanza. Tal como afirmaba el ex Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, "la buena gobernanza es el factor más importante para la lucha contra la pobreza y la promoción del desarrollo." O, según Paul Wolfowitz, Presidente del Banco Mundial: "lo que necesitan las personas es un Estado que funcione de manera eficaz".
?Y si la gobernanza pudiera medirse? ?Y si pudieran establecerse referencias? Este es el reto que se ha planteado la Fundación Mo Ibrahim, una nueva iniciativa lanzada en octubre de 2006. La Fundación cree que la gobernanza puede medirse, y que merece la pena hacerlo. Esta convicción se basa en los estudios realizados por la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), y tiene en cuenta la labor del Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Nueva Alianza para el Desarrollo de ?frica (NEPAD) y otras muchas organizaciones que trabajan en este campo.
La finalidad de la Fundación Mo Ibrahim es centrar la atención en la gobernanza en ?frica, con el fin de proporcionar un punto de debate para los medios de la región, que están experimentando un rápido crecimiento, un punto de referencia para la sociedad civil y un elemento prioritario en la agenda de los donantes extranjeros y las instituciones multilaterales. Esto se logrará mediante la compilación y publicación anual del nuevo ?ndice Ibrahim de la gobernanza africana, que clasificará los países del ?frica subsahariana en función de una serie de criterios objetivamente medibles.
Una nueva generación de líderes africanos ha hecho público su compromiso con la lucha contra la corrupción y se ha comprometido a someter a sus gobiernos a inspecciones más rígidas, principalmente a través del Mecanismo de examen entre los propios países africanos de la NEPAD. La Fundación desea reconocer y apoyar a estos líderes visionarios, que tienen una oportunidad sin precedentes para lograr un cambio duradero para sus gentes. Con este fin, se ha creado el Premio Mo Ibrahim para el logro del liderazgo africano, que se concederá al mejor de ellos y confiamos en que se convertirá en un ejemplo que el resto del mundo pueda emular. El premio, que asignará 5 millones de dólares a lo largo de diez a?os, es importante... pero también lo es el desafío.
?frica necesita contar al mundo sus logros y proyectar su imagen positiva, entre otras cosas porque el apetito de malas noticias procedentes del continente no cesa. En mi vida profesional, participé en el establecimiento de redes de telefonía móvil en la región, donde hace algo más de una década apenas existía ningún teléfono móvil. En la actualidad, ya hay más de 150 millones y el continente se ha convertido en el mercado de telefonía móvil con el crecimiento más rápido del mundo. ?frica ha tomado el tren de la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación y está dando un salto hacia delante, logrando unos beneficios tecnológicos y de desarrollo que muy pocos podían predecir hace tan solo unos a?os. En mi opinión, esto dice mucho acerca del potencial del continente. La mejora de la gobernanza es absolutamente crucial para liberar ese potencial y garantizar que no se pierda esta oportunidad sin precedentes para conseguir un cambio duradero para sus pueblos. Si ?frica puede dar un salto hacia delante con la tecnología, ?por qué no hacerlo también con la gobernanza?
Todos estamos interesados en contribuir a mejorar la gobernanza en ?frica. Este será el medio más eficaz para prevenir el fracaso de los Estados y construir la democracia. Su desarrollo es la única vía para aprovechar los recursos del continente más rico del mundo y crear una economía mundial realmente integrada. Y, lo que es más importante, es también el único camino para sacar de la pobreza a 300 millones de personas. Para obtener más información, visite la página
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