Los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM) constituyen una aspiraci車n conjunta de una alianza mundial basada en la responsabilidad mutua. La responsabilidad primordial del logro de los ODM incumbe a los pa赤ses en desarrollo; pero la comunidad internacional reconoce que, a fin de que los pa赤ses pobres puedan alcanzar los ODM, tiene importancia cr赤tica reforzar las alianzas, inclusive aumentar la escala y la eficacia de la asistencia, aportar una mitigaci車n m芍s sostenible de la deuda e instaurar normas m芍s equitativas para el intercambio comercial, as赤 como mejorar el acceso a medicamentos costeables, abordando las necesidades especiales de los pa赤ses en desarrollo sin litoral y de los peque?os Estados insulares en desarrollo, adem芍s de subsanar la brecha digital.


El ODM 8 apunta a fomentar una asociaci車n mundial para el desarrollo. Su singularidad dimana del hecho de que, en realidad, no es tanto un "objetivo", sino m芍s bien un veh赤culo para facilitar el logro de todos los dem芍s ODM. Por ende, si no se concertara una verdadera asociaci車n mundial para el desarrollo, ser赤a poco probable el logro de cualquiera de los dem芍s ODM.


Acogemos con agrado los progresos logrados hacia la mitigaci車n de la deuda por conducto de la Iniciativa para la reducci車n de la deuda de los pa赤ses pobres muy endeudados (HIPC) y la Iniciativa para el Alivio de la Deuda Multilateral (IADM). Seg迆n se estima, gracias a esos dos instrumentos, hacia fines de 2006 el monto de la deuda de pa赤ses pobres se hab赤a reducido en 96.000 millones de d車lares, en valor actual neto (NPV). La disminuci車n del servicio de la deuda fue acompa?ada por el aumento en los gastos para reducir la pobreza, que en promedio han aumentado, desde 7% del producto interno bruto (PIB) en 2000 hasta 9% en 2006. En t谷rminos nominales, los gastos para la reducci車n de la pobreza ascendieron en 2006 a 17.000 millones de d車lares, lo cual representa un aumento de 3.000 millones de d車lares en comparaci車n con 2005. Esas cifras reflejan los sustanciales adelantos logrados gracias a la HIPC.


Es preciso que colaboremos estrechamente con los pa赤ses de bajos ingresos en el fomento de la capacidad para la gesti車n de la deuda, a fin de evitar una acumulaci車n insostenible de los montos adeudados y alentar a quienes no pertenecen al Club de Par赤s (el Club de Par赤s es un grupo oficioso de funcionarios financieros de 19 de los pa赤ses m芍s ricos del mundo que aporta servicios financieros a los pa赤ses endeudados) y a los acreedores comerciales a que respondan adecuadamente. Persiste el problema de la adicionalidad; si no se materializara, esto simplemente entra?ar赤a que los pa赤ses de bajos ingresos, en realidad, financiar赤an la mitigaci車n de la deuda con cargo a las futuras corrientes de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) destinada a ellos mismos.


En cuanto al aumento en la escala de la asistencia, el progreso es desigual. No cabe duda de que es preciso intensificar los esfuerzos. En 2006, los principales donantes del mundo aportaron asistencia por valor de 104.000 millones de d車lares (en d車lares constantes de 2005), importe inferior en 5,1% (0,3% del PIB) en comparaci車n con el de 2005, inclusive 19.200 millones de d車lares por concepto de mitigaci車n de la deuda. Si se excluyera esta 迆ltima, las cifras arrojar赤an una disminuci車n de la asistencia para el desarrollo, la primera registrada desde 1997.
Como cuesti車n m芍s importante aun que los importes de la asistencia, se asumi車 el compromiso de mejorar la calidad de la asistencia. Es alentador que se hayan logrado adelantos hacia el establecimiento de indicadores tangibles y metas concretas para los compromisos asumidos en virtud de la Declaraci車n de Par赤s sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo. El Foro de Alto Nivel a celebrarse en Accra en 2008 dar芍 la oportunidad de determinar el grado de progreso. Debido a la creciente complejidad de la arquitectura internacional de la asistencia, es m芍s urgente que nunca esforzarse por lograr una armonizaci車n.


Los pa赤ses donde se registra un crecimiento sostenido tambi谷n est芍n logrando progresos hacia los ODM. Dicho crecimiento fue impulsado, en su mayor parte, por el intercambio comercial. Un aspecto oportuno y ambicioso del programa de Doha para el desarrollo es el requisito de que los pa赤ses de bajos ingresos logren la tasa de crecimiento sostenido necesaria para alcanzar los ODM. En consecuencia, aguardamos con inter谷s la conclusi車n exitosa y oportuna de la Ronda de Doha. Ha llegado el momento de que todos los miembros de la Organizaci車n Mundial del Comercio impulsen las negociaciones. Las investigaciones indican que, a consecuencia de la Ronda de Doha, ser赤a posible lograr utilidades de 250.000 millones de d車lares por a?o, y que un 40% de esas utilidades ir赤an a los pa赤ses en desarrollo. Solamente la reforma del comercio mundial del algod車n beneficiar赤a en 2.200 millones de d車lares la producci車n de ?frica al sur del Sahara, entre hoy y 2015.


La experiencia nos ha ense?ado que, a fin de maximizar las oportunidades del intercambio, es preciso fomentar la capacidad comercial. Muchos pa赤ses africanos carecen de la infraestructura b芍sica y de la capacidad log赤stica conexa; otros carecen de capacidad para formular eficaces estrategias comerciales o negociar eficazmente acuerdos sobre intercambio comercial. La debilidad de los sectores de exportaci車n o los altos costos del ajuste tambi谷n pueden impedir que muchos pa赤ses m芍s pobres obtengan ganancias a ra赤z de la liberalizaci車n del comercio y se beneficien con las oportunidades mundiales. Esto muestra la importancia de la Iniciativa de Ayuda para el Comercio.


El ODM 8 se basa en el concepto de fuertes asociaciones: firme apropiaci車n y responsabilidad mutua. En ese tipo de asociaci車n, lo correcto es que ambas partes sean responsables de producir resultados. Desde la Cumbre del Milenio, celebrada en 2000, millones de personas han sido extra赤das de la pobreza, principalmente en Asia, aun cuando persisten varios problemas en partes del Asia meridional y sudoriental. Ser芍 preciso que la propia regi車n de ?frica se esfuerce sostenidamente por movilizar los recursos nacionales y consolidar la estabilidad, la paz y la gobernabilidad. Pero es obviamente evidente que, a menos que la comunidad internacional cumpla con la parte que le corresponde en virtud de este acuerdo, el progreso ser芍 m芍s lento. Actualmente, ?frica est芍 en una coyuntura muy propicia. En la mayor赤a de los pa赤ses, las condiciones reinantes, en lo econ車mico y lo pol赤tico, son las mejores registradas desde hace varios decenios. Ha llegado la hora de que las alianzas internacionales aporten un mayor apoyo. El momento de hacerlo es ahora. ?sta es la importancia del ODM 8.