Ãå±±½ûµØ

Cuando pienso en la urbanizaci¨®n sostenible en ?frica, pienso en alianzas. En Jinja (Uganda), donde nac¨ª, la National Slum Dwellers Federation of Uganda (NSDFU) ha establecido una estrecha relaci¨®n de trabajo con la administraci¨®n. En este art¨ªculo expondr¨¦ algunas conclusiones sobre los factores esenciales esta alianza que pueden resultar ¨²tiles para otras comunidades y ciudades. Mi experiencia en Jinja tambi¨¦n refleja lo que he aprendido de otras asociaciones de todo el mundo que forman parte de Slum Dwellers International (SDI).

En mi opini¨®n, para que la transformaci¨®n de los asentamientos de pobres de las zonas urbanas se produzca de manera sostenible y despierte un sentido de identificaci¨®n desde las bases, debe estar centrada en la comunidad y en las mujeres. Debe movilizar a los habitantes de los barrios marginales y sensibilizarlos para que entiendan la importancia del cambio. Esto ¨²ltimo significa darles la posibilidad de participar en la planificaci¨®n y puesta en pr¨¢ctica de las mejoras. Durante ese proceso hay que prestar especial atenci¨®n a las mujeres, cuyas voces a veces quedan acalladas por las de los hombres. Si los residentes no sienten el proceso como propio, puede ocurrir que la administraci¨®n haga un uso indebido de la palabra ¡°transformaci¨®n¡± y la utilice para justificar desalojos forzosos y proyectos inmobiliarios que dejan fuera a los pobres. Movilizar a los pobres de las zonas urbanas y organizarlos en grupos de ahorro es una de las principales estrategias de SDI para llegar hasta las mujeres que integran este sector demogr¨¢fico y ayudarlas a organizarse para impulsar la transformaci¨®n de sus propios barrios marginales.

Esto fue lo que ocurri¨® en Jinja. NSDFU surgi¨® de una reuni¨®n celebrada en septiembre 2002 en la escuela primaria de Kamuli por iniciativa de una delegaci¨®n de Kampala integrada por el presidente de SDI, miembros de las federaciones que forman parte de SDI y funcionarios del Ministerio de Tierras, Vivienda y Desarrollo Urbano de Uganda. El equipo explic¨® que las federaciones de pobres de las zonas urbanas que forman parte de la red de SDI utilizaban el ahorro para conseguir que las comunidades se unieran, aumentaran su capacidad de trabajar de forma colectiva y aprendieran de los habitantes de otros barrios marginales que tambi¨¦n estaban integrados en la red. Con ello consegu¨ªan mejoras en las condiciones de vida de los pobres de las zonas urbanas y establec¨ªan alianzas con la administraci¨®n para avanzar en esa direcci¨®n. Los asistentes a la reuni¨®n estuvieron de acuerdo en poner a prueba esta nueva idea. SDI organiz¨® intercambios para mostrar a los habitantes de los barrios marginales de Jinja lo que estaban haciendo quienes se encontraban en su misma situaci¨®n en Kenya.

A ra¨ªz de estos contactos, la Federaci¨®n empez¨® a funcionar en todos los sectores de la ciudad. Al principio, los grupos de ahorro suelen centrar la atenci¨®n en cuestiones relativas a los medios de subsistencia de sus miembros, pero, gracias al contacto con la Federaci¨®n y a la progresiva familiarizaci¨®n con sus m¨¦todos y pr¨¢cticas, las comunidades empiezan a elaborar un plan urbano que va m¨¢s all¨¢ de los miembros del grupo y aspira a transformar los asentamientos en los que viven.

Los primeros a?os de actividad de NSDFU, entre 2002 y 2004, fueron una etapa de aprendizaje: la Federaci¨®n particip¨® en numerosos intercambios para desarrollar su propia capacidad y aprender a enfocar los problemas urbanos de formas nuevas. Durante este per¨ªodo, los pobres de Jinja se dieron cuenta de que se pod¨ªan movilizar colectivamente, de que pod¨ªan negociar y presionar a las autoridades de formas que hasta entonces no se hab¨ªan imaginado. As¨ª naci¨® un nuevo modelo de organizaci¨®n comunitaria centrada en las mujeres. Este nuevo modelo cuestion¨® el statu quo y alent¨® a los pobres de las zonas urbanas a sentir que ten¨ªan derecho a vivir en la ciudad.

Los miembros de NSDFU aprendieron que ahorrar a diario e integrarse en una federaci¨®n los ayudaba a reunir fondos y a colaborar, y no solo en lo relacionado con los medios de subsistencia. Entendieron que, al elaborar perfiles y censos, consegu¨ªan recabar informaci¨®n sobre sus asentamientos y generar datos ¨²tiles para el Ayuntamiento de Jinja. De hecho, descubrieron que los funcionarios municipales estaban dispuestos a colaborar con ellos en la elaboraci¨®n del padr¨®n. En definitiva, estas actividades no solo alentaron a la poblaci¨®n a ahorrar, sino que tambi¨¦n unieron a las comunidades para que intercambiaran informaci¨®n sobre cuestiones urgentes que les afectaban.

Entre 2005 y 2009, NSDFU creci¨® y ampli¨® su ¨¢mbito de actividad, y en junio de 2010 pas¨® de estar integrada por unos pocos grupos de ahorro con v¨ªnculos no muy s¨®lidos a contar con 34 grupos. Se formaron redes, los l¨ªderes fueron adquiriendo conocimientos, empezaron a funcionar los comit¨¦s tem¨¢ticos y se pusieron en marcha proyectos de mejora. El crecimiento de la Federaci¨®n y de sus estructuras de gobernanza se produjo sobre todo por medio del aprendizaje pr¨¢ctico, viendo lo que hac¨ªan otros miembros de la Federaci¨®n. Durante todo el proceso, tuvimos que animar a las mujeres a tomar la palabra y asumir posiciones de liderazgo y convencerlas de que ellas mismas ten¨ªan las respuestas.

El programa llamado Transformaci¨®n de Asentamientos de los Pobres de las Zonas Urbanas de Uganda (TSUPU) es una iniciativa de la coalici¨®n internacional Alianza de las Ciudades, el Gobierno de Uganda y SDI que se puso en marcha en 2009. Fue el primer programa de este tipo en el pa¨ªs, y con ¨¦l dio comienzo una nueva etapa para nuestra Federaci¨®n. El programa reconoci¨® el papel central que corresponde a los habitantes de los barrios marginales en el proceso de desarrollo urbano y cre¨® espacios para la colaboraci¨®n entre las comunidades y las administraciones locales.

Uno de los primeros grandes logros de la Federaci¨®n en ese momento fue la elaboraci¨®n de perfiles y de un padr¨®n de toda la ciudad de Jinja. El hecho de recopilar datos sobre la comunidad sienta las bases para la colaboraci¨®n, ya que requiere que las comunidades y sus l¨ªderes se re¨²nan para hacer planes para su asentamiento. Al invitar a las autoridades locales a participar en el proceso de recopilaci¨®n de datos y a validar nuestros informes conseguimos que ambas partes den por buenos los datos. El proceso tambi¨¦n re¨²ne a las comunidades de toda la ciudad para reflexionar sobre c¨®mo mejorar la situaci¨®n. Empiezan a darse cuenta de que los problemas de su asentamiento est¨¢n relacionados con los que afectan a la ciudad entera. Como l¨ªder comunitaria, considero que este proceso de elaboraci¨®n de los perfiles y el padr¨®n es un elemento fundamental del desarrollo, puesto que es el punto de partida para nuestras estrategias y alianzas.

El tama?o y las capacidades de la Federaci¨®n aumentaron r¨¢pidamente en ese per¨ªodo. Hoy la Federaci¨®n tiene m¨¢s de 4.000 miembros y 48 grupos de ahorro en Jinja. Ha ejecutado proyectos de mejora en todo el municipio, colaborando con las autoridades locales y haciendo uso del Fondo de Mejora de la Comunidad y de su propio Fondo para los Pobres de las Zonas Urbanas. Tiene un amplio taller de materiales de construcci¨®n donde tambi¨¦n se imparte capacitaci¨®n para que los miembros aprendan a hacer y vender los materiales utilizados en los proyectos de mejora, con lo que se crea una cadena de valor que aporta sostenibilidad a la iniciativa.

?????????? Mi experiencia con la Federaci¨®n indica que, antes de que NSDFU empezara a organizar a las comunidades de Jinja, la relaci¨®n entre estas y el Ayuntamiento era la siguiente:

??????? ? Se consideraba que el Ayuntamiento era un proveedor, y no un socio.

??????? ? Se consideraba que los pobres de la ciudad no ten¨ªan acceso al Ayuntamiento.

??????? ? Las organizaciones comunitarias estaban centradas en la autoayuda en lugar de buscar el desarrollo del municipio.

??????? ? Se consideraba que los pobres de la ciudad no ten¨ªan ning¨²n papel que desempe?ar en la planificaci¨®n.

Cuando NSDFU moviliz¨® a sus miembros empleando pr¨¢cticas de SDI, las cosas cambiaron. Al formar grupos de ahorro y constituirlos en federaci¨®n se cre¨® capacidad colectiva, y se puso en marcha la actividad de recopilaci¨®n de datos impulsada por la comunidad al trabajar en el censo y los perfiles. El Ayuntamiento reconoci¨® a NSDFU como socio capaz de subsanar las carencias de informaci¨®n sobre el propio municipio.

Se llevaron a cabo proyectos piloto de mejora de las viviendas, el saneamiento y las salas comunitarias, organizados por NSDFU, que demostraron que los pobres de la ciudad tambi¨¦n ten¨ªan la capacidad necesaria para utilizar la informaci¨®n a fin de detectar problemas concretos y poner en pr¨¢ctica proyectos para solucionarlos. Tambi¨¦n demostraron que las comunidades pod¨ªan dise?ar mejoras que respond¨ªan a sus necesidades y hacerlo con sus propios conocimientos y materiales, y que eran capaces de mantener y reproducir esos proyectos con una ayuda m¨ªnima de la administraci¨®n. La presi¨®n que ejerc¨ªan las comunidades de base y el Gobierno nacional sigui¨® cobrando intensidad hasta que la cuesti¨®n de los barrios marginales se puso sobre el tapete, y la Federaci¨®n demostr¨® ser un socio estrat¨¦gico con el que el Ayuntamiento pod¨ªa colaborar. Esto dio lugar a iniciativas conjuntas de planificaci¨®n participativa, como el Grupo de Trabajo Conjunto, el Foro para el Desarrollo Municipal y el Fondo de Mejora de la Comunidad, que reconoc¨ªan e institucionalizaban la colaboraci¨®n productiva entre la Federaci¨®n y el Ayuntamiento de Jinja. La mejora de las relaciones ha contribuido a que NSDFU y el Ayuntamiento tengan una visi¨®n m¨¢s armonizada de la ciudad y, sobre todo, de lo que hay que hacer para convertir esa visi¨®n en realidad.

En consecuencia, se puede ver que el Ayuntamiento de Jinja responde m¨¢s ante los pobres de la ciudad y que la planificaci¨®n es ahora m¨¢s participativa. El Ayuntamiento y los pobres de la ciudad han definido estrategias de colaboraci¨®n concretas y las est¨¢n poniendo en pr¨¢ctica. Est¨¢n cambiando las formas de hacer las cosas y se ha abierto un espacio para el aprendizaje que ofrece v¨ªas claras para influir en las pol¨ªticas.

Siempre digo que, ahora, la g¨¦nesis de la relaci¨®n con nuestro Ayuntamiento es evidente, y que nadie puede alterarla. Est¨¢ ah¨ª. Se ha visto crecer a la Federaci¨®n y se conoce nuestra historia. Este ejemplo de Jinja, mi ciudad natal, demuestra que hay al menos tres factores importantes que han contribuido a la formaci¨®n de s¨®lidas alianzas entre el Consejo y los pobres de la ciudad, y esos factores pueden servir de ense?anza a otros.

Conclusi¨®n 1: Una masa cr¨ªtica de habitantes de un barrio marginal crea una fuerza ante la cual los ayuntamientos no pueden cerrar los ojos. Si esa masa cr¨ªtica se organiza, genera una fuerza capaz de establecer su propio programa y, posteriormente, negociar y colaborar con otros para ponerlo en pr¨¢ctica.

Conclusi¨®n 2: Este movimiento tambi¨¦n requiere que las mujeres alcancen una masa cr¨ªtica dentro de ¨¦l. Las federaciones trabajan con denuedo para que la mayor¨ªa de sus miembros sean mujeres, y las alientan para que asuman puestos de liderazgo. Nuestra experiencia demuestra que esto fomenta la responsabilidad ante la comunidad y sus intereses colectivos.

Conclusi¨®n 3: Los programas que reconocen el papel de las comunidades organizadas que participan en distintos niveles del gobierno para la planificaci¨®n urbana y facilitan la colaboraci¨®n entre las comunidades y la administraci¨®n crean un entorno propicio para configurar un programa urbano progresista.

Conclusi¨®n 4: Los proyectos piloto pueden demostrar la viabilidad del concepto de participaci¨®n de la comunidad y poner de relieve la capacidad de los pobres de las zonas urbanas de una manera id¨®nea tanto para los habitantes de los barrios marginales como para las autoridades municipales.

Los integrantes de las comunidades de pobres de las zonas urbanas necesitamos una Nueva Agenda Urbana que incorpore algunos de estos m¨¦todos ya probados de forjar alianzas s¨®lidas entre las comunidades y la administraci¨®n. Solo as¨ª podremos lograr cambios del calado necesario para sacar de la pobreza a cerca de mil millones de personas. Las comunidades est¨¢n dispuestas a hacer su parte, pero es necesario que los gobiernos y los asociados para el desarrollo se comprometan a dar carta de naturaleza al papel activo de las comunidades. Sabemos que puede resultar m¨¢s f¨¢cil contratar consultores para recopilar datos, elaborar y realizar proyectos y formular planes urbanos, pero tambi¨¦n sabemos que eso no cambiar¨ªa nuestras ciudades ni las har¨ªa m¨¢s incluyentes, sostenibles y equitativas. Necesitamos verdaderas alianzas para lograr esos objetivos.

A t¨ªtulo personal, quisiera a?adir que, antes de empezar a trabajar con NSDFU, yo no me expresaba como lo estoy haciendo hoy, y probablemente nadie me habr¨ªa pedido un art¨ªculo para una publicaci¨®n de las Naciones Unidas. Antes de trabajar con la Federaci¨®n, siempre estaba en la cocina, preparando comidas. No me daba cuenta de que yo tambi¨¦n pod¨ªa contribuir al desarrollo de mi ciudad y de mi pa¨ªs. No era consciente de que pod¨ªa proponer una idea y conseguir que se debatiera y se aceptara.

Ahora, cuando les digo a mis hijos que voy aqu¨ª o all¨¢, dicen: ¡°?Nos vas a dejar otra vez?¡±, pero les gusta que su madre viaje para tratar cuestiones apremiantes. Mis hijos est¨¢n orgullosos de m¨ª, tanto de mi trabajo con la Federaci¨®n como del cambio que han visto en m¨ª a ra¨ªz de ese trabajo. He crecido como persona y cada vez estoy m¨¢s dispuesta a expresar mi opini¨®n. Ya no le tengo miedo a ning¨²n funcionario ni a ninguna oficina. Si quiero plantear alg¨²n tema, lo hago sin dudarlo, aunque sea delante de mucha gente. Sencillamente, lo pongo sobre la mesa.