No existe la menor duda de que Am谷rica Latina est芍 orientada a satisfacer su compromiso de reducir a la mitad la tasa m芍xima de la pobreza de 1990 para la fecha objetivo de 2015. Las estimaciones m芍s recientes efectuadas por la Comisi車n Econ車mica de las Naciones Unidas para Am谷rica Latina y el Caribe (CEPAL) muestran que unos 14 millones de latinoamericanos escaparon de la pobreza en 2006 y otros 10 millones han dejado de ser indigentes. El n迆mero de pobres sigue representando el 36 por ciento de la poblaci車n (194 millones) y los que viven en situaci車n de indigentes el 13,4 por ciento (71 millones); durante 2007; estas cifras es probable que se reduzcan a 190 millones y a 69 millones, respectivamente. Por primera vez desde 1990 el n迆mero total de personas que viven en la pobreza en la regi車n se ha reducido a menos de 200 millones.
Sin embargo, estas cifras merecen ser objeto de un an芍lisis meticuloso. Por t谷rmino medio, Am谷rica Latina est芍 en el 87 por ciento del camino para alcanzar el primer objetivo de desarrollo del Milenio (ODM 1) de reducir a la mitad la tasa de pobreza extrema de 1990 para el a?o 2015. Sin embargo, los niveles de pobreza son elevados si se consideran en funci車n de la capacidad potencial de Am谷rica Latina, que s車lo recientemente ha recuperado los niveles que registr車 anteriormente con respecto a la crisis de la deuda que debilit車 a la regi車n durante el decenio de 1980. Adem芍s, la tasa de progreso difiere considerablemente de un pa赤s a otro. De los 17 pa赤ses sobre los que la CEPAL tiene datos, s車lo cuatro -- el Brasil, Chile, Ecuador (s車lo las zonas urbanas) y M谷xico -- han alcanzado la meta del ODM; cinco -- Colombia, El Salvador, Panam芍, el Per迆 y Venezuela -- est芍n en buen camino; y ocho -- la Argentina, Bolivia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Uruguay -- est芍n retrasados.
El cumplimiento de los ODM con respecto al hambre y a la desnutrici車n en toda Am谷rica Latina y el Caribe demuestra una pauta similar. Desde 2001 se han observado progresos en la lucha contra la desnutrici車n -- el 48 por ciento de la meta objetivo -- , pero las cifras correspondientes a toda la regi車n ocultan considerables disparidades entre los pa赤ses y no aportan una base para efectuar una evaluaci車n precisa de los progresos individuales. Cinco pa赤ses superan actualmente la meta para 2015 y ocho han progresado m芍s all芍 del objetivo a plazo medio. Sin embargo, los pa赤ses restantes muestran menos progresos de lo previsto y para alcanzar las metas deben incrementar el suministro de alimentos y mejorar la accesibilidad a 赤ndices considerablemente superiores a los alcanzados en el pasado. La regi車n en conjunto parece probable que alcance la meta relativa al n迆mero de ni?os con peso insuficiente de menos de cinco a?os. Su 赤ndice de progreso medio de los ni?os con peso superior a la media corresponde al 54 por ciento, pero la situaci車n entre los pa赤ses y dentro de ellos var赤a considerablemente. Cinco Estados muestran un progreso insuficiente y tres pa赤ses comunican retrocesos importantes; los restantes, sin embargo, alcanzan o superan las metas establecidas. Con excepci車n de retrocesos econ車micos importantes, desastres naturales o la interrupci車n de pol赤ticas y programas actuales, podemos confiar en que esos pa赤ses alcanzar芍n esta meta.
El examen de los progresos alcanzados con las metas de los ODM en lo que se refiere a la reducci車n de la pobreza en toda la regi車n nos invita a examinar las fuerzas que explican estos resultados. Del lado positivo, podemos destacar las formas en que algunos pa赤ses se han beneficiado de la creaci車n de empleo a ra赤z de la recuperaci車n de la estabilidad econ車mica en el 2003. Podemos asimismo se?alar la importancia de la disminuci車n de la proporci車n de dependencia demogr芍fica (el n迆mero de personas dependientes en relaci車n con el n迆mero de empleados por familia) que es caracter赤stica de la etapa actual de transici車n demogr芍fica de la regi車n. Las transferencias monetarias, con inclusi車n de las subvenciones en efectivo, las prestaciones de las pensiones y las remesas, contribuyen a explicar los diferentes resultados entre los pa赤ses. Otro aspecto importante es el de las variaciones en los ingresos medios, que se han reducido en varios pa赤ses, tendencia que sugiere que, en gran medida, el aumento del empleo no es sin車nimo de un mejoramiento del empleo. Esta reducci車n en los ingresos, unida a la inversi車n futura de la relaci車n de dependencia demogr芍fica actual como resultado del envejecimiento de la poblaci車n, pone claramente de manifiesto que la creaci車n de un empleo de calidad mediante el desarrollo de la competitividad y la productividad es la principal dificultad que afronta Am谷rica Latina para alcanzar sus metas de reducci車n de la pobreza. La importancia del gasto social p迆blico y la funci車n que desempe?a en el desarrollo institucional de las pol赤ticas sociales en general, y de las pol赤ticas de reducci車n de la pobreza en particular, no debe subestimarse. Como consecuencia de las pol赤ticas de ajuste econ車mico adoptadas en respuesta a la crisis de la deuda, en la regi車n se est芍n produciendo fuertes reducciones en los gastos sociales p迆blicos como porcentaje del producto interno bruto (PIB). Pero esos gastos han aumentado en el 50 por ciento per c芍pita desde 1990. Teniendo en cuenta las variaciones entre pa赤ses, el gasto social p迆blico global hab赤a alcanzado el 16 por ciento del PIB en el a?o 2002 y se ha mantenido pr車ximo a ese nivel desde entonces. El aumento del gasto social p迆blico como porcentaje del PIB entre 2003 y 2007 se est芍 produciendo en un momento en el que el PIB per c芍pita ha aumentado en m芍s del 3 por ciento al a?o. Numerosos pa赤ses disfrutan ahora de las condiciones necesarias tanto para garantizar una estabilidad macroecon車mica como para ampliar el gasto social que puede contribuir a proteger a sus ciudadanos frente a los riesgos relacionados con el desempleo y la pobreza.
Mas algunas palabras de cautela est芍n justificadas. A pesar de su repercusi車n en la reducci車n de la pobreza y en la redistribuci車n de los ingresos, el nivel actual de gastos sociales p迆blicos en Am谷rica Latina es insuficiente para compensar la enorme desigualdad generada por las diferencias en las fuentes de ingresos primarios. La repercusi車n distributiva del gasto social p迆blico tambi谷n var赤a en funci車n de su composici車n por sector -- seguridad social, educaci車n, salud, asistencia, social, vivienda -- y la extensi車n de la cobertura. Estos factores responden a presupuestos y a instituciones establecidos que son dif赤ciles de modificar, y no a la estructura cambiante de las necesidades sociales y de los ciudadanos. Adem芍s, estos aspectos son proc赤clicamente administrados, obstaculizando la aplicaci車n de un sistema de seguridad social estable para la mayor parte de la poblaci車n vulnerable.
En conclusi車n, nos atenemos a las recomendaciones del per赤odo de sesiones bianual m芍s reciente de la CEPAL, celebrado en 2006 en Montevideo, Uruguay: para proseguir nuestra lucha contra la pobreza, debemos promover un pacto social que no s車lo garantice recursos para las pol赤ticas sociales en condiciones macroecon車micas sostenibles, sino que tambi谷n -- y ello es m芍s importante -- asigne esos recursos a un sistema de protecci車n social global en el que los derechos sociales, econ車micos y culturales constituyan el horizonte normativo para hacer frente a las desigualdades existentes y a las restricciones presupuestarias, mediante una combinaci車n de mecanismos de financiaci車n contributivos y no contributivos. Referencias
CEPAL, Dando forma al futuro de la protecci車n social: acceso, financiaci車n y solidaridad. Santiago, Chile, 2006
CEPAL, Panorama social, 2007. Santiago, Chile, 2007
**Construcci車n de un paso superior de una l赤nea de metro en la ciudad de M谷xico. Para que los pa赤ses m芍s pobres obtengan el dinero que necesitan para mejorar de manera significativa las vidas de su poblaci車n, deben encontrar mercados no s車lo para sus materias primas, sino tambi谷n para sus productos manufacturados. En consecuencia, los sistemas adecuados de transporte y comunicaciones son fundamentales para el transporte de mercanc赤as, as赤 como de personas.
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