"Desde el comercio a la telemedicina y de la ense?anza a la protecci車n medioambiental, tenemos en nuestras manos, en nuestros despachos y en los cielos sobre nosotros la capacidad de mejorar la calidad de vida de millones y millones de personas."

Con estas palabras, el Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan capt車 la promesa de las tecnolog赤as de la informaci車n y las comunicaciones (TIC) en su discurso de apertura de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informaci車n, en 2003. Tomando como base los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), esta convincente visi車n abri車 las puertas a nuevos compromisos, nuevas inversiones y, sobre todo, a la creatividad y el empuje necesarios para llevar la tecnolog赤a mucho m芍s lejos de lo que jam芍s se hab赤a so?ado. Hoy d赤a, gracias a aquellos pioneros decididos a experimentar con nuevas tecnolog赤as en nuevos contextos, a menudo dif赤ciles y riesgosos, muchos pueden dar por sentados los beneficios de las TIC para la salud. Para otros en cambio, demasiado numerosos, esa promesa a迆n no se ha cumplido.

En los a?os transcurridos desde que se convinieron los ODM se produjo un cambio fundamental: el reconocimiento del papel que las TIC pueden desempe?ar en la consecuci車n de los objetivos relacionados con la salud. No hace tanto tiempo que los encargados de tomar decisiones en el 芍mbito de la salud dudaban de la utilidad de adoptar TIC en los servicios y sistemas de salud, es decir, la "cibersalud", sobre todo en los pa赤ses en desarrollo. Por entonces, los proyectos de cibersalud eran escasos en n迆mero, desvinculados, limitados y costosos. No eran dirigidos por pa赤ses, sino por los proveedores de fondos. Usualmente su planificaci車n y ejecuci車n se apoyaba en la asistencia t谷cnica proporcionada por organismos de ayuda y por agentes internacionales del sector privado, puesto que hab赤a muy pocos conocimientos especializados locales que se pudieran aprovechar. Generalmente el objetivo de esas iniciativas era validar un concepto tecnol車gico o explorar nuevos mercados, en lugar de fortalecer los procesos locales de atenci車n de la salud. L車gicamente, los encargados de adoptar decisiones desconfiaban del valor de las TIC para la salud puesto que los proyectos distra赤an al personal de sus deberes regulares, las aplicaciones y la infraestructura eran inadecuadas y poco confiables, y en 迆ltima instancia no hab赤a ninguna manera definitiva de medir su repercusi車n en los resultados sanitarios.

Tampoco hab赤a consenso sobre las prioridades para la inversi車n. Tal vez algunos recuerden el en谷rgico debate sobre si la ayuda para el desarrollo deb赤a invertirse en computadoras o en vacunas, debate que continua en nuestros d赤as. Especialmente en los pa赤ses m芍s pobres, donde la supervivencia diaria es el objetivo de una gran parte de la poblaci車n, puede resultar dif赤cil justificar cualquier gasto ajeno a la atenci車n de las necesidades humanas b芍sicas. Tambi谷n avivaron el debate en parte algunas iniciativas de gran relieve que, si bien eran precursoras, tambi谷n resultaban insostenibles y, por tanto, se utilizaron como ejemplos del fracaso de la tecnolog赤a en esos contextos. Sin embargo, incluso en pa赤ses m芍s ricos el valor de las TIC para la salud ha sido descartado con facilidad por esc谷pticos que han aducido en谷rgicamente, y con 谷xito, que es preferible dedicar los fondos escasos a otros fines.

Actualmente no es tan f芍cil negar el papel de las TIC en el campo de la salud. Durante los diez 迆ltimos a?os, el paradigma ha cambiado porque la utilizaci車n de la tecnolog赤a ha pasado de inimaginable a indispensable en muchos sectores. Las TIC se han difundido por todo el mundo y llegado incluso a regiones remotas, y han transformado el comercio, la recreaci車n y la industria a nivel mundial. A medida que aumenta la utilizaci車n de la cibersalud, se prev谷 que surgir芍n nuevos negocios y que proliferar芍n las oportunidades econ車micas junto con plataformas para la innovaci車n y los servicios. En los pa赤ses en que existen mercados de cibersalud establecidos, est芍 cobrando importancia el objetivo de recibir una atenci車n m芍s eficiente, eficaz y personalizada, y los ciudadanos utilizan y comparten activamente informaci車n con miras a obtener mejores servicios, precios y tratamientos.

Durante a?os se han promovido las TIC como un motor impulsor del desarrollo y los mercados, y a pesar de que subsisten importantes brechas en el acceso a esas tecnolog赤as, las estad赤sticas nacionales confirman lo anterior. Si bien hace tiempo se vienen promoviendo los beneficios de las TIC para la salud y se han observado importantes ventajas desde su adopci車n, es evidente que contin迆a la brecha digital, tanto dentro de los pa赤ses como entre ellos. Recientemente se dieron a conocer las cifras relacionadas con la utilizaci車n de TIC para la salud en los pa赤ses, por conducto del Observatorio Mundial de Cibersalud de la Organizaci車n Mundial de la Salud (OMS)1. En el informe m芍s reciente, correspondiente a 2010, se indica que la adopci車n de las TIC en el sector de la salud crece uniformemente y que se observa una notable actividad en nuevas esferas como la salud m車vil. Se se?ala adem芍s una clara brecha entre los pa赤ses ricos y los pa赤ses pobres, no solo en el tipo y el volumen de la actividad de cibersalud emprendida, sino tambi谷n en el conocimiento de los beneficios que la cibersalud puede ofrecer. Todav赤a no se dispone de una s車lida base de pruebas a favor de la cibersalud, sin lo cual no es posible propugnar una inversi車n m芍s estrat谷gica y generalizada.

En su conjunto, las encuestas mundiales sobre cibersalud y los estudios de caso de la OMS, unidos a una d谷cada de experiencia en la aplicaci車n de la cibersalud en los pa赤ses, han sido instructivos. ?Qu谷 hemos aprendido?

Lecci車n 1: Conectividad. No solo es factible, sino tambi谷n esencial, proporcionar acceso a las comunicaciones y a instrumentos de TIC, incluso en lugares remotos. Las deficiencias en materia de infraestructura y servicios b芍sicos como electricidad y tel谷fono constituyen un problema grave para lograr las conexiones que los centros de salud necesitan en sus actividades cotidianas. En 迆ltima instancia, la soluci車n consiste en colaborar con otros sectores para establecer una infraestructura de TIC que pueda utilizarse y compartirse para la atenci車n de la salud. Las tecnolog赤as m車viles son un importante avance en esta direcci車n, y su amplia y r芍pida acogida ha cambiado irrevocablemente el concepto del acceso.

Lecci車n 2: Contenido. El acceso a recursos de informaci車n y conocimientos en materia de salud es vital para la atenci車n de la salud y para la salud p迆blica, y es una importante motivaci車n para el uso de las TIC. Para los profesionales de la salud, un contenido cr赤tico incluye colecciones de recursos sobre salud, documentos program芍ticos y normativos, estad赤sticas, publicaciones cient赤ficas e instrumentos para la investigaci車n y la pr芍ctica cl赤nica. La informaci車n sobre la salud empodera a los ciudadanos al facilitar la selecci車n y la transparencia. Facilitar el acceso a una informaci車n confiable, pertinente, asequible y de alta calidad sobre la salud, en lenguajes apropiados, debe ser una alta prioridad para los gobiernos.

Lecci車n 3: Capacidad. El acceso a la informaci車n est芍 estrechamente unido a la capacidad para utilizarla. La utilizaci車n eficaz de las TIC en la salud p迆blica y la atenci車n de la salud requiere aptitudes espec赤ficas. La capacitaci車n y la educaci車n son puertas de entrada a la sociedad de la informaci車n, y esta inversi車n en el ma?ana debe comenzar hoy. Sin esa capacidad, el potencial de las TIC para la salud no podr芍 realizarse en ning迆n entorno.

Lecci車n 4: Contexto. La coordinaci車n de las actividades, la determinaci車n de prioridades para la inversi車n, la garant赤a de equidad y la optimizaci車n del uso de recursos limitados requieren una formulaci車n de pol赤tica proactiva que beneficie a los ciudadanos, los profesionales de la salud y todo el sector de la salud. Las innovaciones en cibersalud no podr芍n llegar muy lejos ni se podr芍 adoptar esta tecnolog赤a si no se hacen inversiones en infraestructura, educaci車n, pol赤ticas y servicios para garantizar un acceso equitativo y de bajo costo a las TIC para la salud. Es preciso reforzar las pol赤ticas nacionales cuando proceda para enfrentar los retos de la era de la informaci車n.

La mayor赤a de los pa赤ses avanzan en la aplicaci車n de la cibersalud y las asociaciones innovadoras desempe?an un papel catalizador. Ya se trate de prestar atenci車n a individuos, intervenir en favor de la salud de poblaciones, emprender investigaciones o formar a profesionales, la utilizaci車n de las TIC en la esfera de la salud est芍 cobrando impulso. La sociedad de la informaci車n es la realidad central de nuestra era y debemos ayudar a los dem芍s a construir su futuro dentro de ella. Sabemos que eso requerir芍 tiempo, recursos y voluntad pol赤tica. Pero sobre, todo, sabemos que no es posible volver atr芍s.

Notas

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