Ãå±±½ûµØ

Para mucha gente de todo el mundo, es sencillamente imposible imaginar la vida sin un acceso f¨¢cil al agua potable o a un inodoro, pero la falta de estos servicios b¨¢sicos sigue siendo una realidad para demasiadas personas en el Sur Global. Si bien es cierto que en los 15 ¨²ltimos a?os se ha logrado un cambio transformador en la prestaci¨®n de servicios b¨¢sicos en algunos pa¨ªses, millones de personas siguen sin acceso al agua y al saneamiento.

En los pueblos y las ciudades, los proveedores de servicios locales han tenido dificultades para seguir el ritmo de un crecimiento demogr¨¢fico sin precedentes. Los debates en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han reflejado la urgencia de prestar m¨¢s atenci¨®n a las necesidades de los residentes urbanos con ingresos bajos. Se prev¨¦ que, entre 2010 y 2050, la poblaci¨®n urbana de ?frica aumente de 400 millones de personas a 1.260 millones, y que en 2035 la mitad de la poblaci¨®n del continente viva en zonas urbanas. Mucha de la gente que emigre a estas zonas no tendr¨¢ otra opci¨®n que trasladarse a comunidades de ingresos bajos que carecen de acceso a los servicios m¨¢s b¨¢sicos.

En mi calidad de Directora de Programas para los Pa¨ªses en Water & Sanitation for the Urban Poor (WSUP), he visto directamente la magnitud de este problema en Madagascar, mi pa¨ªs natal. Madagascar es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres de ?frica y tiene una de las tasas m¨¢s altas de pobreza extrema del mundo. Seg¨²n el Banco Mundial, el 92% de la poblaci¨®n vive con menos de dos d¨®lares al d¨ªa.

En todo el pa¨ªs, alrededor del 50% de la poblaci¨®n tiene acceso a mejores fuentes de agua potable. Sin duda, el acceso es mayor en las zonas urbanas, pero no hay que pasar por alto que muchos residentes de las ciudades deben desplazarse largas distancias o hacer cola durante horas para comprar agua. Ante esta opci¨®n, no es de extra?ar que muchos residentes de zonas urbanas terminen usando fuentes de agua contaminadas que est¨¢n m¨¢s cerca de su hogar, con lo que ponen en juego su propia salud y la de sus familias.

Cada mes, la poblaci¨®n urbana de Madagascar aumenta en 33.000 habitantes. A medida que la poblaci¨®n se establece cada vez m¨¢s en las ciudades, la labor en relaci¨®n con el desaf¨ªo Agua, Saneamiento e Higiene para Todos (WASH) se alejar¨¢ gradualmente de las necesidades rurales para centrarse en solucionar los problemas urbanos.

Me incorpor¨¦ a WSUP en 2007, al comienzo de nuestro programa en Madagascar, que por entonces se concentraba ¨ªntegramente en la capital, Antananarivo (Tana). Como muchas capitales del Sur Global, Tana ha experimentado un enorme crecimiento demogr¨¢fico en el ¨²ltimo decenio, y la mayor¨ªa de sus nuevos residentes viven en comunidades de ingresos bajos. En 2006, los servicios de agua y saneamiento que se prestaban a estas comunidades eran insuficientes. La compa?¨ªa nacional de agua y electricidad (JIRAMA), estaba comprometida a mejorar la situaci¨®n del suministro de agua, pero no ten¨ªa capacidad para hacerlo sin ayuda externa.

En WSUP est¨¢bamos convencidos, y seguimos est¨¢ndolo, de que la prestaci¨®n de servicios solo puede ampliarse mediante proveedores de servicios locales fiables, que posean y dirijan el proceso de prestaci¨®n de servicios a largo plazo. Nuestra prioridad era formar una estrecha relaci¨®n de trabajo con la JIRAMA, reforzar su capacidad y demostrar lo que es posible hacer. La asociaci¨®n, que comenz¨® con el proyecto piloto de construir 17 quioscos de agua, ha crecido exponencialmente. Solo desde 2010, la JIRAMA ha proporcionado casi 500 nuevas conexiones municipales para el abastecimiento de agua a las comunidades de ingresos bajos de Tana. La infraestructura est¨¢ gestionada por asociaciones lideradas por la comunidad que compran agua a la JIRAMA y la revenden a los clientes a un precio asequible.

La introducci¨®n de un suministro de agua seguro y fiable ha tra¨ªdo consigo una amplia gama de beneficios econ¨®micos y sociales, incluida la mejora de la salud, gracias a la reducci¨®n de las enfermedades diarreicas, y ahorros de tiempo y dinero al acortar los viajes para recolectar agua.

Germaine, que vive en el distrito de Itaosy de Tana, es una clienta que se ha beneficiado de los nuevos servicios. Antes no ten¨ªa otra opci¨®n que hervir y tratar el agua de un pozo cercano o arriesgarse a contraer enfermedades. Ahora, al tener un quiosco que vende agua no contaminada a solo 10 metros de su casa, no tiene que levantar cubos pesados, lo que tiene evidentes beneficios para su salud. ¡°Mi nieto est¨¢ contento porque ya no tiene dolores de est¨®mago, porque puede beber agua potable que viene directamente del quiosco de agua¡±, dice Germaine.

El programa conjunto de WSUP y la JIRAMA ha afectado directamente a los medios de vida de muchas mujeres. Se han construido m¨¢s de 60 edificios de lavander¨ªa con conexiones de agua, en parte para proporcionar a las lavanderas un espacio seguro para ejercer su oficio. WSUP calcula que cada persona dedicada a la lavander¨ªa, el 95% de las cuales son mujeres, gana 8.000 ariary al d¨ªa, es decir, cerca de 490 d¨®lares al a?o, tres veces m¨¢s que antes de que se construyeran los edificios de lavander¨ªa.

Esto tambi¨¦n ha beneficiado a muchos otros negocios. Por ejemplo, Hantanirina Rakotozanany dice que, al tener el quiosco de agua tan cerca de su casa, ahora tiene tiempo para desarrollar su negocio de cera. ¡°Hago cera para pulir las casas de la gente¡±, dice. ¡°Nos ayuda a mi marido y a m¨ª a pagar las tasas de escolarizaci¨®n de nuestros hijos¡±.

As¨ª pues, ?qu¨¦ hemos aprendido de esta experiencia que pueda aplicarse a otros pa¨ªses? En primer lugar, la prestaci¨®n de estos nuevos servicios se ha sustentado en reformas institucionales y en el desarrollo de la capacidad en el seno de la JIRAMA. Estas mejoras se han concentrado en mejorar el aprovechamiento eficiente de los recursos h¨ªdricos y reducir los niveles del agua que no genera ingresos en Tana. El agua que no genera ingresos es la cantidad de agua producida por un proveedor a cambio de la cual ese proveedor no recibe ning¨²n ingreso a causa de p¨¦rdidas f¨ªsicas, como las filtraciones en las tuber¨ªas, o de p¨¦rdidas comerciales, como la facturaci¨®n err¨®nea, la medici¨®n err¨®nea del consumo y las conexiones ilegales. Reducir el agua que no genera ingresos es un modo fundamental de aumentar el suministro de agua a los clientes de ingresos bajos. Los 3 millones de metros c¨²bicos de agua que seg¨²n se estima se est¨¢n ahorrando cada a?o gracias al programa dedicado al agua que no genera ingresos, y que podr¨ªan llenar 1.200 piscinas ol¨ªmpicas, est¨¢n ayudando a prestar mejores servicios a los clientes ya existentes y ampliar el acceso para una importante poblaci¨®n de residentes con ingresos bajos.

Parad¨®jicamente, las reformas que ha emprendido la JIRAMA se aceleraron debido a la paralizaci¨®n de una importante iniciativa de inversi¨®n en Madagascar tras un golpe pol¨ªtico ocurrido en 2009. Al no tener una fuente de financiaci¨®n importante, ten¨ªamos a¨²n m¨¢s incentivos para trabajar con la JIRAMA a fin de determinar posibles ahorros a nivel interno que le permitieran llegar a las comunidades de ingresos bajos. En cierto modo, esto ha sido beneficioso, ya que ha demostrado que las empresas de servicios p¨²blicos pueden inducir el cambio por s¨ª mismas sin grandes inversiones. La experiencia afianza nuestro convencimiento de que las actividades realizadas por la JIRAMA pueden adoptarse como pr¨¢cticas est¨¢ndar para otras empresas de servicios p¨²blicos en ciudades de todo el Sur Global.

Lamentablemente, en el saneamiento no hemos logrado el mismo progreso que en el suministro de agua no contaminada, tanto en Madagascar como en el Sur Global. Sigue habiendo varios desaf¨ªos comunes, que deber¨¢n superarse antes de que podamos comenzar a hablar sobre ampliar el saneamiento. Un primer paso clave es aclarar sobre qu¨¦ instituciones recae la responsabilidad de prestar servicios de saneamiento a las zonas urbanas. En Madagascar, el Ministerio de Agua se estableci¨® en 2008, y en 2015 pas¨® a llamarse Ministerio de Agua, Saneamiento e Higiene. Existe un marco jur¨ªdico para el saneamiento, pero apenas se aplica. Sigue habiendo un vac¨ªo de liderazgo sobre esta cuesti¨®n, en parte a ra¨ªz de la confusi¨®n sobre si el saneamiento es principalmente un asunto de medio ambiente o de planificaci¨®n urbana. Sin embargo, cada vez hay mayor conciencia de la necesidad de reforzar el marco institucional para el saneamiento. Un cambio positivo reciente ha sido que se est¨¢n celebrando debates para crear una nueva entidad reguladora, aunque se tardar¨¢ alg¨²n tiempo en establecerla.

Un elemento asociado a la falta de claridad sobre las responsabilidades en materia de saneamiento es la falta cr¨®nica de inversi¨®n en una mejor infraestructura de saneamiento. La red de alcantarillado en Tana apenas se ha ampliado desde la ¨¦poca colonial. El acceso a esta red es muy limitado en el centro de la ciudad (en torno al 17%) y pr¨¢cticamente inexistente en las zonas periurbanas.

Se ha trabajado en la elaboraci¨®n de una estrategia de saneamiento para toda la ciudad de Tana, que WSUP ha apoyado. Uno de los componentes de la estrategia es aumentar el n¨²mero de residentes con acceso a un sistema de alcantarillado. Estos proyectos son muy necesarios, pero a largo plazo. A corto plazo, la mayor parte de la poblaci¨®n tardar¨¢ mucho tiempo en disponer de alcantarillas, por lo que debe prestarse m¨¢s atenci¨®n al saneamiento in situ, en el que los desechos procedentes del inodoro se almacenan localmente, en un pozo o una cisterna, y posteriormente deben extraerse de ese lugar y eliminarse. Esta soluci¨®n plantea sus propias complicaciones en materia de gesti¨®n, pero tambi¨¦n brinda oportunidades de desarrollo econ¨®mico, ya que los operadores del sector privado pueden gestionar empresas comerciales capaces de recolectar, tratar y eliminar los desechos almacenados.

Otro obst¨¢culo crucial que hemos observado en todo el Sur Global para la mejora de la infraestructura de saneamiento es la propiedad y disponibilidad de las tierras. Las zonas urbanas de ingresos bajos a menudo est¨¢n densamente pobladas y carecen de espacio para los servicios de saneamiento municipales y para la infraestructura de mayor tama?o, como las estaciones de transferencia. Algunos asentamientos se han establecido en tierras p¨²blicas no autorizadas para el uso residencial, y los habitantes se ven privados de su derecho legal a los servicios p¨²blicos. En otros casos, la tierra est¨¢ bajo el control de un propietario que puede tener o no la obligaci¨®n de proporcionar un saneamiento adecuado. En Tana, el principal problema es la escasez de tierras en la zona central de la ciudad, donde establecer un edificio de saneamiento municipal, por ejemplo, puede convertirse en un proceso largo y complicado. No hay soluciones f¨¢ciles, pero la cuesti¨®n es menos pronunciada en las zonas periurbanas.

Una ¨²ltima pieza del rompecabezas del saneamiento que me gustar¨ªa destacar es la dificultad de estimular la demanda de mejores servicios. Muchas familias de ingresos bajos de Tana utilizan letrinas de pozo excavado, que requieren una plataforma de saneamiento de cemento (¡°SanPlat¡±) para hacerlas m¨¢s higi¨¦nicas. Sin embargo, la mayor¨ªa de las familias de ingresos bajos no consideran la mejora del saneamiento una inversi¨®n prioritaria. Para contrarrestar esto, debemos alentar a los residentes a que consideren la posibilidad de invertir m¨¢s en mejorar el saneamiento concienci¨¢ndolos sobre por qu¨¦ es importante, y para ello se necesita una estrategia de comercializaci¨®n. En Tana, por ejemplo, hemos experimentado con la publicidad en televisi¨®n para estimular el inter¨¦s.

Por supuesto, una losa de cemento que se coloca encima de una letrina de pozo excavado nunca ser¨¢ una prioridad en la lista de bienes que ning¨²n consumidor aspira a adquirir. Nunca podr¨¢ competir con la televisi¨®n v¨ªa sat¨¦lite. Pero este problema toca muy de cerca una creencia fundamental de WSUP: nunca podremos mejorar el acceso al agua y el saneamiento para los habitantes de las ciudades a menos que consideremos a los residentes de ingresos bajos como clientes y desarrollemos productos y servicios que puedan y quieran adquirir y usar.

Ahora mismo, la meta incluida en los ODS de lograr el acceso universal al saneamiento parece muy lejana, en mi pa¨ªs y muchos otros. Sin embargo, hace diez a?os no podr¨ªa haber imaginado que actualmente habr¨ªa en Tana 700.000 residentes de ingresos bajos m¨¢s con acceso al suministro de agua no contaminada. Es posible lograr un cambio transformador. En Madagascar, ya hemos alcanzado un progreso considerable hacia el acceso universal al agua no contaminada, y ver este progreso nos permite encarar los retos futuros con m¨¢s optimismo.?