Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los países menos adelantados (PMA-II)
3 a 14 de septiembre de 1990, París
Antecedentes
La Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados se celebró en 1990 en París, sede de la primera conferencia de los PMA. La Segunda Conferencia examinó el progreso socioeconómico alcanzado en los países menos adelantados en el decenio de 1980, así como los resultados de las medidas de apoyo adoptadas por la comunidad internacional durante ese decenio. Basándose en la experiencia y los conocimientos adquiridos durante el decenio de 1980, la Conferencia, a la que asistieron representantes de 150 gobiernos, pudo lograr acuerdos sobre las estrategias y prioridades de desarrollo en relación con esos países y formular políticas y medidas a escala nacional e internacional para acelerar el proceso de desarrollo en los países menos adelantados durante el decenio de 1990.
Los resultados de la Conferencia se plasmaron en la . En esos documentos, la comunidad internacional se comprometió a adoptar medidas eficaces con carácter urgente, sobre la base del principio de la responsabilidad compartida y el fortalecimiento de la asociación, para poner fin al empeoramiento de la situación socioeconómica en los países menos adelantados e imprimirle un cambio de sentido, así como reactivar su crecimiento y desarrollo. Los diversos elementos del Programa deberían considerarse componentes esenciales de la estrategia general para el progreso económico y social del mundo en desarrollo. El Programa representa un paso de avance cualitativo que va más allá del Nuevo Programa Sustancial de Acción aprobado en 1981 y contiene muchas características novedosas. Un aspecto notable relacionado con la adopción de medidas a escala nacional se refiere al hincapié que se hace en la necesidad de fomentar el desarrollo centrado en el ser humano y de base amplia. En el Programa se destacan otros elementos, como el respeto de los derechos humanos y la observancia del imperio de la ley, la necesidad de mejorar y ampliar la capacidad y la eficiencia institucional, y la importancia de la descentralización, la democratización y la transparencia a todos los niveles del proceso de adopción de decisiones.
En el Programa se establecen disposiciones detalladas en materia de política para movilizar y fomentar el desarrollo de la capacidad humana en los países menos adelantados, así como para desarrollar su base económica. En cuanto al apoyo financiero externo, aspecto de importancia fundamental, la comunidad internacional, particularmente los países desarrollados, se comprometió en forma colectiva a incrementar considerable y sustancialmente ese apoyo. En el Programa se establece un conjunto de objetivos diferentes, respecto de los cuales se estipulan claramente los compromisos contraídos por los donantes.
La Declaración de París declaró:
Creemos que el deterioro de la situación económica, social y ecológica de la mayoría de los países menos adelantados durante el decenio de 1980 no es irreversible. Puede revertirse si estos países y todos sus asociados, aprovechando el nuevo clima de confianza en las relaciones internacionales, unen sus esfuerzos en un espíritu de auténtica solidaridad, en particular a través de nuevas formas de cooperación, para volver a brindar la países menos adelantados la perspectiva de un desarrollo sostenido y sostenible en el contexto del crecimiento de la economía mundial".