Ãå±±½ûµØ

Cada a?o se liberan en la atm¨®sfera miles de millones de toneladas de CO2 como resultado de la producci¨®n de carb¨®n, petr¨®leo y gas. La actividad humana est¨¢ produciendo emisiones de gases de efecto invernadero a niveles r¨¦cord, sin visos de desaceleraci¨®n.

Los ¨²ltimos cuatro a?os fueron los cuatro m¨¢s c¨¢lidos de la historia. Seg¨²n un informe de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial (OMM) de septiembre de 2019, estamos al menos por encima de los niveles preindustriales y cerca de lo que los cient¨ªficos advierten que ser¨ªa ¡°un riesgo inaceptable¡±. El Acuerdo de Par¨ªs de 2015 sobre el cambio clim¨¢tico exige que el calentamiento final se mantenga ¡°muy por debajo¡± de los dos grados cent¨ªgrados, y que se prosigan los esfuerzos para limitar a¨²n m¨¢s el aumento a 1,5 grados. Pero si no reducimos las emisiones globales, las temperaturas podr¨ªan aumentar hasta tres grados cent¨ªgrados para el a?o 2100, causando m¨¢s da?os irreversibles a nuestros ecosistemas.

Los glaciares y los mantos de hielo de las regiones polares y monta?osas ya se est¨¢n derritiendo m¨¢s r¨¢pidamente que nunca, lo que provoca el aumento del nivel del mar. Casi dos tercios de las ciudades del mundo con una poblaci¨®n de m¨¢s de cinco millones de habitantes se encuentran en zonas donde hay riesgo de aumento del nivel del mar y casi el 40 % de la poblaci¨®n mundial vive a menos de 100 km de la costa. Si no se toman medidas, veremos con nuestros propios ojos c¨®mo barrios enteros de Nueva York, Shang¨¢i, Abu Dhabi, Osaka, R¨ªo de Janeiro y muchas otras ciudades acaban bajo el agua, desplazando a millones de personas.

El calentamiento global afecta la seguridad alimentaria e h¨ªdrica de todos. El cambio clim¨¢tico es una causa directa de la degradaci¨®n del suelo, que limita la cantidad de carbono que la tierra logra contener. En la actualidad, unos 500 millones de personas viven en zonas afectadas por la erosi¨®n, mientras que hasta un 30 % de los alimentos se pierden o se desperdician como resultado de ella. Mientras tanto, el cambio clim¨¢tico limita la disponibilidad y la calidad del agua para el consumo humano y la agricultura.

En muchas regiones, cultivos que prosperaron durante siglos apenas logran sobrevivir, lo que hace que la seguridad alimentaria sea m¨¢s precaria; en esos casos, los principales afectados suelen ser los pobres y vulnerables. Es probable que el impacto del calentamiento global haga que la producci¨®n econ¨®mica entre los pa¨ªses m¨¢s ricos y los m¨¢s pobres del mundo sea a¨²n m¨¢s dispar.

En el planeta siempre ha habido desastres relacionados con el clima y fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, pero se est¨¢n volviendo m¨¢s frecuentes e intensos a medida que aumenta la temperatura global. Ning¨²n continente est¨¢ a salvo, hay olas de calor, sequ¨ªas, tifones y huracanes que causan destrucci¨®n masiva en todo el mundo. El 90 % de los desastres se clasifican como relacionados con el tiempo y el clima, cuestan a la econom¨ªa mundial 520.000 millones de d¨®lares al a?o y 26 millones de personas se ven empujadas a la pobreza como resultado de ello.

El cambio clim¨¢tico supone una importante amenaza para la paz y la seguridad internacionales. Los efectos del cambio clim¨¢tico intensifican la competencia por recursos como la tierra, los alimentos y el agua, exacerbando las tensiones socioecon¨®micas y, cada vez con mayor frecuencia, provocando desplazamientos masivos. .

El clima es un multiplicador de riesgos que empeora los desaf¨ªos ya existentes. Las sequ¨ªas en ?frica y Am¨¦rica Latina alimentan directamente los disturbios pol¨ªticos y la violencia. El Banco Mundial estima que, si no se toman medidas, m¨¢s de 140 millones de personas en ?frica Subsahariana, Am¨¦rica Latina y Asia Meridional se ver¨¢n obligadas a emigrar dentro de sus regiones para 2050.

La ciencia nos dice que el cambio clim¨¢tico es irrefutable, pero tambi¨¦n nos dice que no es demasiado tarde para detener su avance. Har¨¢n falta transformaciones fundamentales en todos los aspectos de la sociedad: el cultivo de los alimentos, el uso de la tierra, el transporte de mercanc¨ªas y el fomento de nuestras econom¨ªas.

Si bien la tecnolog¨ªa ha contribuido al cambio clim¨¢tico, las tecnolog¨ªas nuevas y eficientes pueden ayudarnos a reducir las emisiones netas y a crear un mundo m¨¢s limpio; ya hay soluciones tecnol¨®gicas disponibles para m¨¢s del 70 % de las emisiones actuales. En muchos lugares, la energ¨ªa renovable es la fuente de energ¨ªa m¨¢s barata y los coches el¨¦ctricos est¨¢n a punto de generalizarse.

Con esas soluciones escalables todos podremos dar el salto a un mundo m¨¢s limpio y resistente. Si los gobiernos, las empresas, la sociedad civil, los j¨®venes y el mundo acad¨¦mico trabajan juntos, podemos crear un futuro verde en el que haya menos sufrimiento, reine la justicia y se restablezca la armon¨ªa entre las personas y el planeta.