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Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprob¨® la Declaraci¨®n del Milenio en el a?o 2000, los objetivos y las metas establecidos en la secci¨®n relativa al desarrollo recibieron, en ¨²ltima instancia, el nombre de objetivos de desarrollo del Milenio (OMD). No obstante, los objetivos de desarrollo del Milenio no eran parte de un nuevo programa, sino un intento por cambiar la orientaci¨®n de a?os de debate, esfuerzos y lucha para promover el desarrollo econ¨®mico y social de las naciones m¨¢s pobres del mundo.


Reducir la pobreza y el hambre, lograr la ense?anza primaria universal y promover la igualdad entre los g¨¦neros son objetivos que siempre han ocupado un lugar prioritario en el programa de las Naciones Unidas en materia de desarrollo. A lo largo de los a?os, la Asamblea hab¨ªa considerado ¨¦stas y otras cuestiones relacionadas con el desarrollo por separado o conjuntamente, y hab¨ªa lanzado diversas campa?as para abordarlas. Sin embargo, los objetivos de desarrollo del Milenio representaban un intento m¨¢s concentrado de que todas esas actividades, compromisos e iniciativas recabasen un inter¨¦s com¨²n, subrayando su interrelaci¨®n y la necesidad de avanzar en todos para lograr cualquiera de ellos.


En 1960, el desarrollo pas¨® a ocupar un lugar destacado en las actividades de las Naciones Unidas, cuando la Organizaci¨®n admiti¨® a 17 nuevos miembros, el mayor n¨²mero admitido hasta entonces en un solo a?o. Aquella fue la primera oleada de nuevos pa¨ªses independientes que cambiar¨ªa dr¨¢sticamente la composici¨®n de las Naciones Unidas. En aquel momento, la preocupaci¨®n m¨¢s acuciante en materia de desarrollo era luchar contra el hambre en el mundo. La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) encabez¨® las actividades internacionales encaminadas a abordar la situaci¨®n de estos nuevos miembros de las Naciones Unidas procedentes de ?frica, de regiones de Asia y del Pac¨ªfico y el Caribe, as¨ª como la de otros miembros que se encontraban en situaciones similares, mediante el lanzamiento, el 1? de julio de 1960, de la Campa?a Mundial contra el Hambre, que atrajo la atenci¨®n del mundo hacia el problema del hambre, tratando de buscar el apoyo de gobiernos y organizaciones no gubernamentales (ONG) a las campa?as nacionales contra el hambre.


Convencida de la necesidad de adoptar medidas m¨¢s concertadas, el 27 de octubre de 1960 [resoluci¨®n 1714 (XVI)], la Asamblea General invit¨® a la FAO a elaborar procedimientos para poner a disposici¨®n de los pa¨ªses menos adelantados las mayores cantidades posibles de excedentes de alimentos a fin de ayudarles a combatir el hambre. Sin embargo, afirm¨® que la soluci¨®n definitiva del hambre reside en una aceleraci¨®n eficaz del desarrollo econ¨®mico. Con el fin de cumplir los objetivos de la resoluci¨®n, el 19 de diciembre de 1961 [resoluci¨®n 1714 (XVI)], la Asamblea estableci¨® el Programa Mundial de Alimentos (PMA) sobre una base experimental trianual, con un fondo de contribuciones voluntarias por valor de 100 millones de d¨®lares de los Estados Unidos. El Programa, que administrar¨ªan conjuntamente las Naciones Unidas y la FAO, contar¨ªa con el respaldo de una conferencia sobre promesas de contribuciones que tendr¨ªa lugar todos los a?os en la Sede de las Naciones Unidas, en Nueva York. El 15 de diciembre [resoluci¨®n 1521 (XV)], la Asamblea decidi¨® asimismo establecer el Fondo de las Naciones Unidas para la Capitalizaci¨®n, que era un nuevo mecanismo para responder a las necesidades de los pa¨ªses menos adelantados en materia de capitalizaci¨®n.


Reconociendo que el problema no se reduc¨ªa s¨®lo a la lucha contra el hambre, el 19 de diciembre de 1961 [resoluci¨®n 1710 (XVI)], bas¨¢ndose en una propuesta del Presidente de los Estados Unidos, la Asamblea proclam¨® el decenio de 1960 como el "Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo". Durante el Decenio, los pa¨ªses en desarrollo se fijar¨ªan sus propios objetivos, con una tasa m¨ªnima de crecimiento anual del 5% del ingreso nacional agregado. La Asamblea tambi¨¦n inst¨® a que se adoptaran r¨¢pidamente medidas para eliminar el analfabetismo, el hambre y la enfermedad. Para garantizar que las campa?as internacionales en pro del desarrollo reflejaran sus propias preocupaciones y perspectivas, los pa¨ªses en desarrollo organizaron una conferencia sobre los problemas de desarrollo econ¨®mico, celebrada del 9 al 18 de julio de 1962 en El Cairo (Egipto, entonces conocido como Rep¨²blica ?rabe Unida). Tras aprobarse la Declaraci¨®n de El Cairo de los pa¨ªses en desarrollo, el 18 de diciembre, la Asamblea recomend¨® al sistema de las Naciones Unidas que tuviera en cuenta los principios de la Declaraci¨®n cuando se ocupara de las cuestiones relativas al desarrollo econ¨®mico y social de los pa¨ªses en desarrollo.


Para reforzar los objetivos del Decenio, el 11 de diciembre de 1963, la Asamblea [resoluci¨®n 1943 (XVIII)] hizo un llamamiento para que se apoyara la Campa?a Mundial contra el Hambre, las Enfermedades y la Ignorancia, que llevar¨ªan a cabo diversas organizaciones no gubernamentales en la segunda mitad del Decenio. El 30 de diciembre de 1964 [resoluci¨®n 1995 (XIX)], estableci¨® la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), con objeto de promover oportunidades de mercado para las exportaciones de productos b¨¢sicos primarios; y en 1965, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), mediante la fusi¨®n del Programa Ampliado de asistencia T¨¦cnica-- establecido en 1950 para proporcionar servicios de asesoramiento t¨¦cnico y oportunidades de capacitaci¨®n a los pa¨ªses en desarrollo --y del Fondo Especial de las Naciones Unidas, creado en 1959 para prestarles asistencia en la ampliaci¨®n de sus capacidades de producci¨®n; y la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).


El objetivo de desarrollo de reducir el hambre tambi¨¦n cont¨® con el apoyo de Su Santidad el Papa Pablo VI, quien, abogando por los pobres y hambrientos del mundo, el 4 de octubre de 1965 comunic¨® a la Asamblea que su tarea consist¨ªa en "hacer de modo que abunde el pan en la mesa de la humanidad". Ese mismo a?o, la Asamblea [resoluci¨®n 2095 (XX)] ampli¨® regularmente el Programa Mundial de Alimentos, mediante la fijaci¨®n de un objetivo de 275 millones de d¨®lares de los Estados Unidos de contribuciones voluntarias durante el per¨ªodo 1966-1968, y pidi¨® al Director Ejecutivo de la FAO [resoluci¨®n 2096(XX)] que estudiara y propusiera medios y pol¨ªticas para adoptar medidas internacionales a gran escala encaminadas a combatir el hambre con medidas eficaces. Sobre la base de ese estudio, preparado en cooperaci¨®n con la UNCTAD, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en 1968 [resoluci¨®n 2462 (XXIII)], la Asamblea exhort¨® al PMA a cooperar con otras organizaciones interesadas para adaptar la ayuda alimentaria multilateral a fin de satisfacer las crecientes necesidades. Como resultado de ello, en 1969, el PMA ascendi¨® a 265 millones de d¨®lares, superando por primera vez el objetivo de promesas de contribuci¨®n, fijado en 200 millones de d¨®lares.


Pese a esos esfuerzos, el Secretario General de las Naciones Unidas reconoci¨® a mediados del per¨ªodo de evaluaci¨®n del Primer Decenio para el Desarrollo que s¨®lo se hab¨ªan realizado progresos limitados, y los objetivos fundamentales todav¨ªa quedaban muy lejos. En vista de esa incapacidad para cumplir los objetivos y en reconocimiento de las crecientes necesidades de los pa¨ªses en desarrollo, la Asamblea proclam¨® el 24 de octubre de 1970, con motivo del vig¨¦simo quinto aniversario de las Naciones Unidas, el Segundo Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que se inici¨® el 1? de enero de 1971. En esa ocasi¨®n, la Asamblea aprob¨® [resoluci¨®n 2626 (XXV)] la Estrategia Internacional del Desarrollo como medio de lograr los objetivos del Decenio. Sus caracter¨ªsticas m¨¢s destacadas eran el llamamiento para que se transfiriera una parte importante de los recursos financieros a los pa¨ªses en desarrollo en forma de asistencia oficial para el desarrollo (AOD), que los pa¨ªses desarrollados deb¨ªan ofrecer dicha asistencia a un nivel m¨ªnimo del 0,7% de su producto interno bruto (PIB) para mediados del Decenio, y la adopci¨®n de medidas en favor de los pa¨ªses en desarrollo menos adelantados. No obstante, las actividades del Segundo Decenio para el Desarrollo se pondr¨ªan severamente a prueba con el giro que tomar¨ªan los acontecimientos en los siguientes a?os. En 1971, el mundo se sumi¨® en una crisis por el colapso del patr¨®n oro, al que diversas monedas estaban vinculadas. La repercusi¨®n de ese acontecimiento en los precios del petr¨®leo y la consiguiente tendencia inflacionista se vieron agravadas por el estallido de la guerra de Yom Kippur entre Israel y los Estados ?rabes en 1973, el posterior embargo de petr¨®leo impuesto por algunos miembros de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) y el desplome de los precios de los productos b¨¢sicos en 1974.


Con el fin de responder al deterioro del entorno econ¨®mico exterior de la inflaci¨®n mundial, a la escasez de alimentos, al rumbo adverso de la balanza de pagos de los pa¨ªses en desarrollo, a la recesi¨®n de las econom¨ªas de mercado desarrolladas y a las reducidas perspectivas comerciales de los pa¨ªses en desarrollo, la Asamblea convoc¨®, dando curso a una propuesta de los Estados Unidos, la Conferencia Mundial de la Alimentaci¨®n del 5 al 16 de noviembre de 1974 en Roma (Italia). La Conferencia aprob¨® la Declaraci¨®n Universal sobre la Erradicaci¨®n del Hambre y la Malnutrici¨®n, en la que se reconoc¨ªa que la crisis alimentaria no s¨®lo repercut¨ªa en el desarrollo econ¨®mico y social, sino tambi¨¦n en los principios y valores fundamentales asociados con el derecho a la vida y la dignidad humana, consagrado en la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos de 1948. Por tanto, propuso el establecimiento de un Consejo Mundial de la Alimentaci¨®n encargado de coordinar las actividades de organismos internacionales en la esfera de la agricultura y suscribi¨® un compromiso global sobre seguridad alimentaria, basado en un sistema de reservas de cereales existentes a escala nacional. El 17 de diciembre, la Asamblea cre¨® el Consejo Mundial de la Alimentaci¨®n y pidi¨® al Secretario General que convocara una reuni¨®n con el fin de elaborar los detalles de un fondo internacional para el desarrollo agr¨ªcola.


El examen de mitad de per¨ªodo de la aplicaci¨®n de la Estrategia Internacional del Desarrollo del Segundo Decenio para el Desarrollo que la Asamblea llev¨® a cabo en 1975 tuvo lugar en el marco de un nuevo orden econ¨®mico internacional, cuyos cimientos se hab¨ªan visto sacudidos por los acontecimientos econ¨®micos ocurridos en la primera mitad del decenio de 1970. Los pa¨ªses en desarrollo salieron de esa situaci¨®n como un factor m¨¢s poderoso, propiciando su llamamiento a un nuevo orden econ¨®mico internacional. El Presidente argelino Houari Boumediene formul¨® dicho llamamiento en nombre de los Pa¨ªses No Alineados-- los Estados que no se consideraban oficialmente aliados ni enemigos de ninguno de los principales bloques --en su petici¨®n a la Asamblea para que celebrase una sesi¨®n extraordinaria para examinar un punto titulado "Estudio del problema de las materias primas y el desarrollo". Estos pa¨ªses consideraban que la Estrategia Internacional del Desarrollo para el Segundo Decenio para el Desarrollo hab¨ªa fracasado por diversas razones, incluida la falta de voluntad pol¨ªtica de los pa¨ªses en desarrollo para adoptar medidas urgentes.


Por tanto, la Asamblea General convoc¨® su sexto per¨ªodo extraordinario de sesiones el 9 de abril de 1974, en el transcurso del cual aprob¨® la Declaraci¨®n sobre el establecimiento de un nuevo orden econ¨®mico internacional [resoluci¨®n 3201 (S-VI)], en la que se enumeraban 20 principios sobre los que deb¨ªa basarse el nuevo orden. Tambi¨¦n aprob¨® el Programa de Acci¨®n [resoluci¨®n 3202 (S-VI)], que conten¨ªa propuestas para reformar el sistema monetario internacional y para financiar los objetivos de desarrollo de los pa¨ªses en desarrollo. Asimismo, se aprob¨® un Programa Especial de medidas de emergencia para mitigar las dificultades que afrontaban los pa¨ªses menos adelantados y sin litoral afectados por la crisis econ¨®mica mundial. El 6 de diciembre de 1974 [resoluci¨®n 3281 (XXIX)], la Asamblea aprob¨® la Carta de Derechos y Deberes Econ¨®micos de los Estados, que se hab¨ªa iniciado en el tercer per¨ªodo de sesiones de la UNCTAD, celebrado en 1972.


Dado que, por regla general, los pa¨ªses desarrollados no hab¨ªan aplicado las medidas pol¨ªticas de la Estrategia Internacional del Desarrollo, el 5 de diciembre de 1980 [resoluci¨®n 35/36], la Asamblea General aprob¨® la Nueva Estrategia del Desarrollo para el Tercer Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo (1981-1990), en la que se establec¨ªan metas y objetivos para la d¨¦cada de 1980, as¨ª como medidas pol¨ªticas para la aplicaci¨®n de los mismos, que complementaban y ampliaban los del Segundo Decenio para el Desarrollo. Recog¨ªa una serie de objetivos importantes que deb¨ªan alcanzarse antes de 1990: tasas de crecimiento para los pa¨ªses en desarrollo del 7,5% del PIB y del 8% de las exportaciones; tasa bruta de inversi¨®n del 28% y tasa bruta de ahorro interno del 24% del PIB; financiaci¨®n en condiciones de favor para alcanzar y sobrepasar el 0,7% del PIB de los pa¨ªses en desarrollo; la reducci¨®n y eliminaci¨®n de la pobreza; una considerable reducci¨®n de las tasas de mortalidad; un cambio estructural a nivel internacional, incluido el pronto establecimiento del nuevo orden econ¨®mico internacional; y la introducci¨®n de cambios en las instituciones y los mecanismos internacionales. En un examen y evaluaci¨®n del Tercer Decenio para el Desarrollo llevados a cabo en 1984, la Asamblea declar¨® que, diez a?os despu¨¦s del llamamiento a un nuevo orden econ¨®mico internacional, no se hab¨ªa avanzado en el establecimiento del mismo. Adem¨¢s, no se hab¨ªan cumplido los objetivos fijados para el Tercer Decenio.


En 1990, la brecha entre los pa¨ªses desarrollados y en desarrollo segu¨ªa ampli¨¢ndose. Las condiciones de vida y las perspectivas de crecimiento en los pa¨ªses en desarrollo acusaron un deterioro, y la posici¨®n de dichos pa¨ªses en el comercio y las finanzas internacionales se debilit¨® sustancialmente. Fue precisamente en ese contexto en deterioro cuando la Asamblea, en su per¨ªodo extraordinario de sesiones de 1990, aprob¨® la Declaraci¨®n sobre la cooperaci¨®n econ¨®mica internacional y, en particular, la reactivaci¨®n del crecimiento econ¨®mico y el desarrollo de los pa¨ªses en desarrollo, que, seg¨²n declar¨®, era el desaf¨ªo m¨¢s importante de la d¨¦cada de 1990 para esos pa¨ªses. Asimismo proclam¨® el Cuarto Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo (1991-2000) y aprob¨® la Estrategia Internacional del Desarrollo para el Decenio, que aspiraba a garantizar que la d¨¦cada de 1990 fuera testigo del desarrollo acelerado de los pa¨ªses en desarrollo. Las actividades del Decenio se complementaron con una serie de medidas conexas: la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Pa¨ªses Menos Adelantados (los d¨ªas 3 y 4 de septiembre de 1990), que aprob¨® la Declaraci¨®n de Par¨ªs y el Programa de Acci¨®n a favor de los pa¨ªses menos adelantados; la Conferencia Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de los Peque?os Estados Insulares en Desarrollo (entre abril y mayo de 1994), que aprob¨® la Declaraci¨®n de Barbados y un Programa de Acci¨®n para el Desarrollo Sostenible de los Peque?os Estados Insulares en Desarrollo; y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (del 6 al 12 de marzo de 1995), que aprob¨® la Declaraci¨®n de Copenhague sobre Desarrollo Social y el Programa de Acci¨®n de la Cumbre Mundial. Y, lo que es m¨¢s importante, la Asamblea celebr¨® audiencias mundiales sobre desarrollo en junio de 1994, en Nueva York. El Secretario General hab¨ªa propuesto en 1992 dichas consultas de expertos sobre la elaboraci¨®n de un programa de las Naciones Unidas para el desarrollo como un enfoque integrado de las cuestiones econ¨®micas y sociales de gran alcance abordadas por las Naciones Unidas.


Pese al impulso dado a las iniciativas para hacer frente a los desaf¨ªos en materia de desarrollo en el decenio de 1990, mediante numerosas conferencias, consultas, declaraciones y estrategias, surgieron nuevos desaf¨ªos que dilapidaron dichos esfuerzos. Entre ellos cabe mencionar el estallido de diversos conflictos armados en ?frica, las Am¨¦ricas y Europa oriental, que exigieron amplias operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, y, tras los cambios democr¨¢ticos producidos en Europa oriental, la creciente necesidad de asistencia adicional para el desarrollo, con objeto de satisfacer las necesidades no s¨®lo de los pa¨ªses en desarrollo, sino tambi¨¦n de las nuevas econom¨ªas en transici¨®n. Adem¨¢s, la econom¨ªa mundial se iba recuperando con lentitud de las secuelas e incertidumbres relacionadas con la econom¨ªa brasile?a. Por tanto, las Naciones Unidas tuvieron que adaptar su iniciativa de desarrollo a esta nueva situaci¨®n. En ese contexto, en junio de 1997, la Asamblea aprob¨® el Programa de Desarrollo [resoluci¨®n 51/240], un documento exhaustivo que subraya el compromiso multidimensional de lograr un nivel de vida m¨¢s elevado para todos, y que cubre los diferentes aspectos y elementos relacionados con el desarrollo, como la paz, el crecimiento econ¨®mico, la protecci¨®n del medio ambiente, la justicia social y la democracia. El Programa fue la primera iniciativa integral centrada en el desarrollo. La Asamblea tambi¨¦n prest¨® especial atenci¨®n a la pobreza, y en diciembre de 1997 [resoluci¨®n 52/193] proclam¨® el Primer Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicaci¨®n de la Pobreza (1997-2006). Su objetivo general era erradicar la pobreza absoluta y reducir sustancialmente la pobreza en el mundo. En 1996 se celebr¨® el A?o Internacional contra la Pobreza, proclamado por la Asamblea en 1993.


Hacia finales del decenio de 1990, los pa¨ªses en desarrollo hab¨ªan adoptado medidas para liberalizar sus econom¨ªas e integrarlas en la econom¨ªa mundial. En ese tel¨®n de fondo, la atenci¨®n internacional se centr¨® en las ventajas de la globalizaci¨®n y la creciente interdependencia en la econom¨ªa mundial. En septiembre de 1998, la Asamblea celebr¨® un di¨¢logo especial de alto nivel, de dos d¨ªas de duraci¨®n, para examinar el impacto social y econ¨®mico de la globalizaci¨®n en lo que se refiere al fortalecimiento de la cooperaci¨®n internacional para el desarrollo. En 1999, un examen del Decenio revel¨® que los avances en materia de desarrollo hab¨ªan sido variopintos, y que persist¨ªan muchos desaf¨ªos. El crecimiento econ¨®mico por s¨ª solo ya no era un factor suficiente de desarrollo. La atenci¨®n hab¨ªa pasado a concentrarse en una serie de condiciones previas que deb¨ªan cumplir las instituciones, incluidas la buena gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos, la transparencia y responsabilidad, la descentralizaci¨®n y participaci¨®n, y la seguridad social.


La Declaraci¨®n del Milenio de 2000 trat¨® de combinar, aplicando un enfoque hol¨ªstico, todos estos esfuerzos para hacer frente a la pobreza y el desarrollo econ¨®mico y social. Dos a?os despu¨¦s, esta iniciativa se complement¨® con la Conferencia Internacional sobre la Financiaci¨®n para el Desarrollo (marzo de 2002), que aprob¨® el Consenso de Monterrey sobre la financiaci¨®n para el desarrollo. En ¨¦sta se reconoc¨ªa que no se hab¨ªa satisfecho el objetivo del 0,7 para la asistencia oficial para el desarrollo, fijado en 1970, y se instaba a los pa¨ªses desarrollados que no lo hab¨ªan hecho a que redoblaran sus esfuerzos en ese sentido para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio. La comunidad internacional se encuentra ahora a medio camino del cumplimiento de los objetivos de la Declaraci¨®n. Aunque algunas partes del mundo est¨¢n muy cerca de cumplir los objetivos de desarrollo del Milenio, existe un retraso en su cumplimiento general. Los decenios y las estrategias volcados en el desarrollo no deber¨ªan percibirse como un fracaso, sino como medidas adicionales en la larga lucha para hacer frente al complicado problema del desarrollo y como un intento sostenido por parte de las Naciones Unidas de reajustarse a las din¨¢micas de un entorno internacional siempre cambiante y de situar el problema en su contexto m¨¢s amplio.
**Ilocos Norte (Filipinas). El alto precio del petr¨®leo, que aumenta la demanda de energ¨ªa a nivel mundial y crea una mayor conciencia sobre los problemas ambientales asociados a los combustibles de hidrocarburo, ha hecho indispensable el desarrollo de fuentes de energ¨ªa alternativas.
Fotograf¨ªa de las Naciones Unidas/Noel Gomez