El 7 de abril de 1953, cuando Dag Hammarskj?ld fue nombrado Secretario General de las Naciones Unidas, ten赤a lugar una guerra en gran escala en la pen赤nsula de Corea. La Organizaci車n estaba profundamente dividida entre el Este y el Oeste, y la Uni車n Sovi谷tica boicoteaba al Consejo de Seguridad por la negativa de las Naciones Unidas a dar un asiento en el Consejo al r谷gimen chino, ahora comunista. Era muy dudoso que las Naciones Unidas tuvieran m芍s 谷xito que su predecesora, la Liga de las Naciones, en la prevenci車n de una nueva guerra mundial.
Ahora bien, el hombre que se hizo cargo de esa misi車n estaba firmemente convencido del papel de las Naciones Unidas como 車rgano internacional para el mantenimiento de la paz y para la protecci車n de los intereses y la integridad de las naciones menos poderosas. Tambi谷n estaba firmemente convencido del poder de la diplomacia. Sab赤a que aun los m芍s intensos conflictos deb赤an llegar a una soluci車n pol赤tica, y que correspond赤a a la diplomacia internacional allanar el camino para el logro de ese objetivo.
No es t赤pico esperar que un hombre visionario y de principios sea adem芍s pragm芍tico y creativo. Es por ello que al cumplirse 50 a?os de su muerte, Dag Hammarskj?ld sigue fascinando e inspirando a personas de todo del mundo. Resulta extraordinario lo bien que se combinaron estas virtudes al parecer opuestas en la persona de Hammarskj?ld. En su aspiraci車n, frecuentemente citada, de que las Naciones Unidas fueran un instrumento din芍mico para sus Estados Miembros, el pragmatismo b芍sicamente se convierte en visi車n porque Hammarskj?ld comprendi車 que la pertinencia de la Organizaci車n radicaba en su capacidad para adaptarse constantemente a nuevos desaf赤os.
El mantenimiento de la paz quiz芍s sea el ejemplo m芍s prominente de esa capacidad de adaptaci車n. En 1956, cuando estall車 la crisis de Suez, la Carta de las Naciones Unidas no conten赤a disposici車n alguna relativa a la utilizaci車n de fuerzas de las Naciones Unidas imparciales y armadas para estabilizar las situaciones fr芍giles. Todav赤a no las contiene, pero tampoco ha contenido nunca disposici車n alguna que lo proh赤ba. Para Hammarskj?ld, este vac赤o no fue una limitaci車n sino una oportunidad. Tomando como base una sugerencia del Ministro de Relaciones Exteriores del Canad芍, Lester Pearson, elabor車 en cuesti車n de d赤as el concepto de mantenimiento de la paz y se las arregl車 para organizar la Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas (FENU) en pocas semanas. Una prueba de la sabidur赤a de Hammarskj?ld es que hasta la fecha los principios b芍sicos de la operaci車n de la FENU han seguido siendo una caracter赤stica central de todas las intervenciones similares de las Naciones Unidas. Al considerar el futuro de las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, debemos ver en la FENU el ep赤tome del pragmatismo y la creatividad de Hammarskj?ld.
Despu谷s de la crisis de Suez, varios acontecimientos han alterado en lo fundamental la premisa del mantenimiento de la paz por las Naciones Unidas. El fin de la guerra fr赤a dio lugar a conflictos interestatales de car芍cter pol赤tico, as赤 como 谷tnico y religioso, conflictos que la tirantez bipolar hab赤a mantenido a raya. La globalizaci車n y la mejora de todos los medios de comunicaci車n han acortado las distancias en tiempo y espacio. El surgimiento de formas de organizaci車n regionales ha creado estructuras que en ocasiones complementan y en ocasiones duplican la funci車n de las Naciones Unidas. Si bien esas estructuras han permitido que las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas abarquen una diversidad de conflictos mayor que antes, tambi谷n les han creado grandes desaf赤os. Hoy d赤a los actores son m芍s numerosos y el programa es m芍s amplio. Desde que termin車 la guerra fr赤a, la Organizaci車n del Tratado del Atl芍ntico Norte ha desempe?ado un destacado papel en varias operaciones efectuadas en los Balcanes, el Oriente Medio y el Afganist芍n. La Uni車n Europea ha puesto en funcionamiento el servicio europeo de acci車n exterior a fin de aumentar su fortaleza diplom芍tica y su pertinencia pol赤tica. La Liga de los Estados ?rabes y la Uni車n Africana son importantes actores en ?frica. En Asia se desarrolla constantemente la cooperaci車n con la Asociaci車n de Naciones de Asia Sudoriental. En lo que respecta a la ampliaci車n del programa, actualmente el conjunto de instrumentos incluye medidas para prevenir conflictos y prestar apoyo a la construcci車n del Estado y al desarrollo econ車mico e institucional, adem芍s de las operaciones cl芍sicas de mantenimiento de la paz . Asimismo, las Naciones Unidas han pasado a ser un actor clave en la formulaci車n del marco jur赤dico internacional para los c車digos de conducta y las normas de intervenci車n, y en el enfrentamiento de las consecuencias de los conflictos armados.
En a?os recientes, dos publicaciones han regido los debates sobre los nuevos desaf赤os, a saber, el Informe del Grupo sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas, de 2002 ("el Informe Brahimi"), y el texto oficioso de la Secretar赤a de las Naciones Unidas titulado Un nuevo programa de colaboraci車n: definici車n de un nuevo horizonte para las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, de 2009 (la iniciativa "Nuevo horizonte").
El Grupo Brahimi concluy車 que, de manera cada vez m芍s frecuente, las operaciones de mantenimiento de la paz no se desplegaban en situaciones posteriores a los conflictos, sino en situaciones de estancamiento en las que por lo menos una de las partes en el conflicto no estaba seriamente decidida a ponerle fin. En consecuencia, el Grupo reconoci車 que las fuerzas de las Naciones Unidas deb赤an estar preparadas para "hacer frente a las fuerzas de la guerra y la violencia que a迆n persistan" y tener "la capacidad y la determinaci車n necesarias para vencerlas." El Grupo subray車 que la imparcialidad de las operaciones de las Naciones Unidas deb赤a significar adhesi車n a los principios de la Carta. En casos en los que una de las partes violara en forma clara e indiscutible los t谷rminos de la Carta, seguir tratando a todas las partes de la misma manera podr赤a equivaler a complicidad con lo mal hecho. Adem芍s, se deb赤an especificar las facultades de una operaci車n para usar la fuerza, y sus normas para trabar combate deb赤an ser suficientemente s車lidas para que los contingentes de las Naciones Unidas no se vieran forzados a ceder la iniciativa a sus atacantes.
En el texto oficioso sobre la iniciativa "Nuevo horizonte" se se?al車 la escala y la complejidad cada vez mayores que hab赤an cobrado las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en el primer decenio del nuevo milenio. Se subray車, adem芍s, la necesidad de forjar un consenso pol赤tico m芍s s車lido, centrar la atenci車n no en el n迆mero, sino en la calidad y capacidad de los efectivos, mejorar la responsabilidad de los interesados por la intervenci車n de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz y crear una estrategia coherente para el sistema de apoyo a las actividades de las Naciones Unidas sobre el terreno.
El Informe Brahimi y el texto oficioso "Nuevo horizonte" ofrecieron una direcci車n alentadora al tiempo que honraban el esp赤ritu y la letra de la Carta y reiteraban los principios b芍sicos de las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. En estos documentos se reconoce, como lo hizo Hammarskj?ld respecto de la Organizaci車n en su conjunto, que las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz son un instrumento imperfecto, pero indispensable para la comunidad internacional.
Ni el n迆mero cada vez mayor de actores internacionales, ni la mayor amplitud del programa, restan valor al papel y la importancia de las Naciones Unidas en el mantenimiento de la paz mundial. Por el contrario, constituyen una afirmaci車n de la importancia que de por s赤 tiene la tarea y un reconocimiento de que hoy por hoy muchos Estados y actores regionales sienten que tienen la responsabilidad directa de participar en el programa mundial de paz y prevenci車n de conflictos. El papel de las Naciones Unidas ser芍 diferente del que desempe?車 en los decenios de 1950 y 1960, pero no ser芍 menos importante. Las Naciones Unidas seguir芍n otorgando legitimidad a las acciones necesarias y ser芍n el coordinador primario de la respuesta internacional a las futuras crisis mundiales y regionales. En toda su diversidad, las Naciones Unidas seguir芍n siendo el principal foro de di芍logo internacional sobre el mantenimiento de la paz y la prevenci車n y soluci車n de conflictos.
Las Naciones Unidas son una piedra angular de la pol赤tica exterior de Suecia. Junto a nuestros colegas de la Uni車n Europea, acogimos con benepl芍cito el Informe Brahimi y apoyamos en谷rgicamente el desarrollo ulterior de la iniciativa "Nuevo horizonte". Se necesita consolidar y ampliar el terreno com迆n al que hemos llegado.
En primer lugar, es preciso reconocer la importancia de proteger a los civiles. El 谷xito o el fracaso de la protecci車n de los civiles repercute directamente sobre la credibilidad y la legitimidad de las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, as赤 como sobre su prestigio ante las poblaciones de las zonas en conflicto. Es alentador que los miembros de las Naciones Unidas as赤 lo hayan reconocido en el per赤odo de sesiones de 2010 del Comit谷 Especial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz. Es menester que las misiones tengan mandatos claramente definidos por el Consejo de Seguridad, directrices cuidadosamente elaboradas, comandos y sistemas de control en谷rgicos, y capacidad y determinaci車n para cumplir esta dif赤cil tarea.
En segundo lugar, debe fortalecerse el nexo entre el mantenimiento de la paz y la consolidaci車n de la paz. Al proporcionar seguridad y apoyo, el personal de mantenimiento de la paz cumple una funci車n facilitadora para los actores nacionales e internacionales encargados de aplicar medidas de consolidaci車n de la paz a largo plazo en esferas como la polic赤a, el estado de derecho, la reforma del sector de la seguridad y el desarme, la desmovilizaci車n y la reintegraci車n.
En tercer lugar, va en aumento la demanda de conocimientos especializados del sector civil en esferas como el estado de derecho, la justicia y la reforma del sector de la seguridad, especialmente en las operaciones de mantenimiento de la paz complejas. Debemos dar respuesta a esta demanda fortaleciendo el suministro y la retenci車n de personal civil as赤 como el apoyo a este. Es importante ofrecer a los pa赤ses del Sur Global iguales oportunidades de aportar personal.
En cuarto lugar, debemos seguir el ejemplo del estudio de Dag Hammarskj?ld titulado Summary Study, que se public車 por primera vez en 1958, y dirigir nuestro examen al propio sistema de las Naciones Unidas y a nuestros m谷todos de trabajo. Es bueno observar el apoyo general de los miembros de las Naciones Unidas a la iniciativa de emprender consultas oficiosas con miras a revisar los m谷todos de trabajo del Comit谷 Especial, que se promovi車 durante la Presidencia sueca de la Uni車n Europea en 2009 y durante la Presidencia espa?ola en 2010.
Por 迆ltimo, recordemos que el compromiso general y primordial de Dag Hammarskj?ld era con la evoluci車n de las Naciones Unidas. Lo reconociera 谷l o no, Hammarskj?ld fue el h芍bil capit芍n de la Organizaci車n en ese viaje. Sus criterios de que las Naciones Unidas representaban "el umbral del desarrollo de la sociedad humana" y trabajaban "en la frontera de lo desconocido" siguen siendo una visi車n inspiradora.
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La Cr車nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as赤 como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n por parte de las Naciones Unidas.?