Cuando cerramos los ojos y pensamos en vacaciones, so?amos con islas y destinos a la orilla del mar porque estos lugares se describen siempre como ideales para un viaje perfecto.

En efecto, la demanda turística ata?e principalmente a las zonas costeras, en particular a las islas. Como consecuencia de ello, las costas del mundo tienen la mayor concentración de inversión e instalaciones turísticas. A medida que el sector del turismo continúa expandiéndose —1.200 millones de turistas viajaron por todo el mundo en 2016— debemos hacer frente al desafío de lograr un desarrollo sostenible en los destinos costeros e insulares, especialmente por lo que se refiere al cambio climático y a la biodiversidad, al tiempo que aprovechamos al máximo el potencial del turismo para contribuir a la llamada "economía azul" y para crear el tan necesario empleo.

Los océanos son extremadamente sensibles y frágiles, y la tierra, el agua dulce y otros recursos naturales suelen ser escasos en las costas. Esto se debe, en parte, a la presión que la construcción y otras actividades, incluido el turismo, ejercen sobre estas zonas. Por tanto, para fomentar el turismo costero sostenible es imperativo reforzar los marcos normativos y asegurar una gobernanza eficaz. La sostenibilidad puede mejorarse si la planificación del turismo se integra en un contexto más amplio de ordenación costera, se refuerza la evaluación de los proyectos de desarrollo turístico, se mejora el control y la gestión de las empresas turísticas y se destinan mayores beneficios a la conservación y a las comunidades locales.

Para fomentar modalidades sostenibles de turismo costero son precisos los esfuerzos concertados de los sectores público y privado, la sociedad civil y los organismos internacionales de desarrollo. De esta forma, el turismo podría desempe?ar un papel esencial en la protección de la singular biodiversidad, marina y terrestre, de las zonas costeras e insulares. Estos recursos naturales constituyen una fuente esencial de ingresos económicos y empleo para las comunidades locales y proporcionan los recursos financieros necesarios para la protección de las zonas costeras.

Pero sin una evaluación exhaustiva del impacto que el desarrollo turístico tiene en las zonas costeras no será posible identificar las políticas y las estrategias empresariales adecuadas. A este respecto, la Red Internacional de Observatorios del Turismo Sostenible, que trabaja bajo los auspicios de la Organización Mundial del Turismo, puede ser un instrumento eficaz para vigilar el impacto ambiental, social y económico del turismo. Solo comprendiendo la relación entre el turismo y el medio ambiente podemos mejorar las iniciativas existentes en el ámbito del turismo sostenible y garantizar que el turismo siga siendo una fuente de ingresos tanto para las poblaciones locales como para los destinos en general.

El turismo podría convertirse en una de las mejores herramientas para promover la protección de los océanos y los mares a nivel mundial, y el sector privado podría desempe?ar un papel crucial. Los hoteles podrían patrocinar campa?as de sensibilización sobre la fragilidad de los océanos y promover iniciativas en las que los viajeros reciban información sobre la vida marina y sobre especies como los delfines, las ballenas y los arrecifes de coral. Además, podrían formarse coaliciones de la sociedad civil para promover prácticas sostenibles en las zonas costeras. Estos son solo algunos ejemplos.

El a?o 2017 ha sido declarado A?o Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Esta es una oportunidad única para intensificar nuestros esfuerzos por situar al sector del turismo en el centro de la ordenación costera y garantizar que la conservación y la preservación de los ecosistemas marinos y terrestres se pongan al servicio de la "economía azul".

El propósito del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 consiste en conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. La meta 14.7 insta expresamente a la comunidad internacional a "aumentar los beneficios económicos que los peque?os Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados obtienen del uso sostenible de los recursos marinos, en particular mediante la gestión sostenible de la pesca, la acuicultura y el turismo" de aquí a 2030. El sector del turismo se ha comprometido a trabajar en pro de la protección de los mares y los océanos para que las generaciones futuras puedan disfrutar de ellos, al tiempo que reconoce que el potencial económico a largo plazo del turismo depende del establecimiento de prácticas sostenibles y de la reducción al mínimo del impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas marinos.

En vísperas de la Conferencia sobre los Océanos que se celebrará en Nueva York del 5 al 9 de junio de 2017, pedimos al sector del turismo que demuestre que está dispuesto a cumplir su promesa de fomentar el desarrollo sostenible mediante la asunción de compromisos voluntarios, y que tome la iniciativa de este desafío común para la humanidad.