El pasado mes de junio celebr谷 en Suai, un peque?o pueblo de Timor-Leste, una jornada de puertas abiertas con hombres y mujeres de la localidad para conmemorar el d谷cimo aniversario de la resoluci車n 1325 del Consejo de Seguridad, relativa a la mujer, la paz y la seguridad. En esta resoluci車n se reconoce el singular impacto de los conflictos en las vidas de las mujeres y se destaca la contribuci車n de estas a su soluci車n y prevenci車n, que a menudo se pasa por alto. Tambi谷n se exhorta a la comunidad internacional a velar por la plena participaci車n de la mujer en todos los aspectos de nuestra labor en pro de la paz y la seguridad.

En esa ocasi車n tuvo lugar un animado debate. Las mujeres expusieron sus logros e intercambiaron ideas sobre la forma m芍s adecuada en que la comunidad internacional podr赤a ayudarlas a alcanzar sus objetivos. Los temas abarcaron desde la polic赤a comunitaria hasta la reconciliaci車n transfronteriza con comunidades indonesias y la violencia dom谷stica. Me impresionaron la energ赤a y la diversidad de las m芍s de cien personas que acudieron a exponer sus preocupaciones. Oficiales de la polic赤a, funcionarios del gobierno local y dirigentes comunitarios estuvieron presentes junto a decenas de mujeres que inclu赤an a madres, esposas, proveedoras del hogar y cabezas de familia.

La impresi車n que me dejaron las mujeres de Suai es que no est芍n desmoralizadas por su pasado. Al contrario, irradian energ赤a e inventiva. Sus historias y su trabajo me ayudaron a comprender que para que las Naciones Unidas hagan una contribuci車n duradera a la paz y la estabilidad en Timor-Leste bajo mi mandato, se deber芍 tomar como base la iniciativa y la capacidad de resistencia de estas mujeres y prestarles ayuda para que participen plenamente en la determinaci車n del futuro del pa赤s.

La participaci車n de la mujer en la adopci車n de decisiones reviste una importancia especial en Timor-Leste, donde hombres y mujeres est芍n dedicados a construir los cimientos econ車micos y sociales de una sociedad estable y de instituciones s車lidas, luego de 24 a?os de una lucha por la independencia que cobr車 las vidas de 183.000 timorenses.

Una de las mujeres que ha aceptado este desaf赤o es Madalena Bi Dau Soares, una excombatiente que durante mucho tiempo form車 parte de la guerrilla timorense. Conoc赤 a Madalena en su hogar del distrito Liqui?a, al que regres車 en 1999 para establecer y dirigir dos jardines de la infancia que financi車 con su reducida pensi車n de veterana. Cuando le pregunt谷 por qu谷 lo hac赤a, me dio una respuesta sencilla. "Quer赤a hacer algo bueno, dejar una marca en la comunidad. Despu谷s de pelear por la independencia, los hombres encontraron otras cosas que hacer. Yo quer赤a eso mismo para m赤".

Filomena dos Reis es otra combatiente por la independencia que pas車 a ser activista por la paz a nivel de base. Actualmente se dedica a capacitar a las mujeres timorenses en mediaci車n, negociaci車n y soluci車n de conflictos. En 2005, Filomena y sus colegas organizaron un di芍logo transfronterizo entre timorenses e indonesias. Se emprendi車 esa iniciativa en respuesta a conflictos surgidos entre algunas comunidades a causa del paso de ganado errante por zonas de la frontera que no estaban claramente delimitadas. Para resolver esas controversias, ambas partes seleccionaron a 60 personas para que participaran en el di芍logo, que se celebr車 en presencia de 500 observadores. Las conversaciones tuvieron lugar en septiembre de 2005 por espacio de tres d赤as, y de ellas se deriv車 un conjunto de recomendaciones que fueron presentadas a los Gobiernos de Timor-Leste e Indonesia. Una de las recomendaciones era concluir las negociaciones en curso sobre pases que permitieran a las mujeres transitar libremente entre los mercados situados a uno y otro lado de la frontera. Esto se hizo realidad en 2010, cuando ambos Gobiernos emitieron pases para el cruce de la frontera.

Los logros de Madalena y Filomena resultan m芍s impresionantes a迆n si se tiene en cuenta la historia de las mujeres timorenses durante los 迆ltimos decenios. Las mujeres desempe?aron un papel sobresaliente en la lucha de Timor-Leste por la independencia. Durante la ocupaci車n del pa赤s por Indonesia, que se extendi車 de 1975 a 1999, las mujeres fueron guerrilleras y miembros del frente clandestino. En su pa赤s y en el exterior, las timorenses se pronunciaron en contra de la ocupaci車n indonesia. Llevaron a los combatientes de la resistencia alimentos, municiones y mensajes, y les dieron refugio. Las organizaciones de mujeres tambi谷n contribuyeron a la causa proporcionando a las mujeres capacitaci車n en t谷cnicas de supervivencia y formaci車n vocacional.

Ahora las timorenses tienen un inter谷s supremo en las iniciativas de reconciliaci車n y consolidaci車n de la paz. Desean que el pa赤s aprenda de su historia con miras a lograr un futuro pac赤fico y estable. No obstante, fue notable la ausencia de la mujer durante las iniciativas de di芍logo de alto nivel para poner fin a los estallidos de violencia ocurridos en 1999 y 2006. Pero es posible que esa situaci車n est谷 cambiando. En todo Timor-Leste las mujeres est芍n al frente de iniciativas de reconciliaci車n a nivel de base y comienzan a acercarse a los niveles m芍s altos del poder. De hecho, su participaci車n en la pol赤tica, con una representaci車n del 30% de los miembros del Parlamento, es la m芍s alta de Asia Sudoriental. Tambi谷n son mujeres quienes est芍n al frente de los ministerios de Finanzas, Justicia, y Solidaridad Social. En todo el pa赤s, las mujeres se est芍n labrando un espacio a nivel nacional, de distrito y de aldea para abordar las cuestiones relacionadas con la violencia dom谷stica, los problemas econ車micos y otras que las afectan a ellas y a la poblaci車n en general.

Habida cuenta de esta historia de fortaleza, sufrimientos y supervivencia, ?qu谷 pueden hacer las Naciones Unidas para ayudar a las mujeres de Timor-Leste y de otros pa赤ses que luchan por la libertad y la seguridad para s赤 mismas y para sus familias? Creo que una de nuestras funciones m芍s importantes es la de proporcionar modelos de conducta positivos para la participaci車n de la mujer en la adopci車n de decisiones a todos los niveles. Mi experiencia como una de las tres Representantes Especiales del Secretario General a cargo de misiones de mantenimiento de la paz es que la presencia de la mujer en las deliberaciones de alto nivel puede ser decisiva. La presencia de una mujer dirigente puede inspirar a otras mujeres de instituciones internacionales, nacionales y locales a tratar de alcanzar cargos superiores. Esa fue una importante motivaci車n para m赤 cuando trabaj谷 en el Afganist芍n y el Sud芍n, pa赤ses donde las normas culturales usualmente imped赤an que las mujeres ocuparan puestos de adopci車n de decisiones.

Necesitamos mujeres que sirvan de modelos de conducta en todos los niveles de las instituciones que apoyamos. Es por eso que aliento a los pa赤ses que aportan contingentes de polic赤as a que env赤en un porcentaje mayor de mujeres oficiales de polic赤a a Timor-Leste y otros pa赤ses. La presencia de agentes uniformadas env赤a a la poblaci車n una clara se?al del importante papel que corresponde a la mujer en el mantenimiento de la seguridad y la protecci車n p迆blicas. A ese respecto, Timor-Leste est芍 se?alando el camino a las Naciones Unidas: hoy d赤a las mujeres constituyen casi el 20% de los servicios de polic赤a nacionales, en tanto que representan solo el 6% de la polic赤a de las Naciones Unidas en el pa赤s.

Sin embargo, hay otras esferas en las que Timor-Leste debe avanzar m芍s. Por ejemplo, solo 10 de los 442 jefes de aldea del pa赤s son mujeres. Las Naciones Unidas deber赤an hacer todo lo posible para ayudar a las mujeres a ocupar puestos de responsabilidad de esa 赤ndole, que tradicionalmente est芍n reservados para los hombres.

Las mujeres que ocupan cargos de adopci車n de decisiones tambi谷n pueden velar por que se tengan en cuenta los intereses y las preocupaciones de la mujer cuando se escojan opciones que influyan en la paz y la seguridad. Por haber trabajado en diferentes zonas de conflicto, s谷 que los encargados de adoptar decisiones a menudo pasan por alto los conocimientos e intereses de las mujeres a la hora de formular pol赤ticas. En el Afganist芍n, por ejemplo, la comunidad internacional no tom車 medidas cuando la agricultura pas車 de los cultivos tradicionales a los de plantas con las que se producen estupefacientes. Las mujeres no interven赤an en la adopci車n de decisiones. De igual manera, los m谷todos utilizados en los programas de desarme para identificar a los combatientes excluyen a las mujeres asociadas con las fuerzas armadas o que les prestan apoyo. Asimismo, en los programas de reintegraci車n no se toman en cuenta las necesidades espec赤ficas de la mujer relativas al sustento. Se act迆a as赤, a pesar de que sabemos que la capacidad de la mujer para ganarse la vida y proveer a sus familias es un factor crucial para lograr que la sociedad salga de una situaci車n de conflicto.

Al dejar de aprovechar las ideas y contribuciones de las mujeres de las econom赤as rurales, y al subestimar el papel que la mujer puede desempe?ar para evadir el colapso econ車mico que suele dar lugar a ciclos de conflicto, perdemos piezas importantes del rompecabezas de la paz y corremos el riesgo de hacer inversiones en soluciones para la paz y la seguridad que probablemente fracasen.

La comunidad internacional tiene mucho que aprender de Madalena Bi Dau Soares y Filomena dos Reis y de su disposici車n para buscar nuevos medios que permitan contribuir a la seguridad y el bienestar de sus comunidades. Para que la paz y la estabilidad sean sostenibles, es preciso que mujeres como ellas participen en todas las etapas, desde la formulaci車n de la estrategia gubernamental hasta la ejecuci車n de los proyectos, y desde la votaci車n de las leyes hasta su aplicaci車n en las comunidades. Como miembros de las Naciones Unidas, debemos escuchar a las mujeres, reconocer sus poderes de transformaci車n y defender y promover su inclusi車n por todos los medios a nuestro alcance. Si hablamos en serio acerca de lograr la paz, y as赤 es, en efecto, esta es la 迆nica manera de avanzar hacia ese objetivo.