La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se creó como asociación multilateral con el fin de garantizar la seguridad y mantener la estabilidad en la enorme región de Eurasia, unir fuerzas que contrarresten los retos y amenazas emergentes y mejorar el comercio, además de la cooperación cultural y humanitaria.

Al reforzar la cooperación mutuamente beneficiosa, prevenir la confrontación y los conflictos y mantener la seguridad igualitaria e indivisible, la OCS aspira a crear un orden mundial justo y policéntrico, de plena conformidad con las normas del derecho internacional y los principios del respeto mutuo, lo cual responde a los intereses de todos y cada uno de los Estados, teniendo en cuenta sus necesidades y aspiraciones mutuas. La OCS, como organización multinacional y multicultural, se esfuerza por impedir el choque de civilizaciones en todas sus respectivas regiones.

La OCS se adhiere a los principios de apertura y no pretende formar alianzas ni dirigir sus acciones contra ninguna entidad soberana. Reivindica de forma activa y sistemática el diálogo, el intercambio y la cooperación, y defiende el cumplimiento estricto de los propósitos y principios recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, como son la igualdad y la soberanía de los Estados, la inadmisibilidad de la intervención en sus asuntos internos, el respeto por la integridad territorial, la inviolabilidad de las fronteras, la no agresión, el arreglo pacífico de controversias y el no uso o amenaza de uso de la fuerza, así como de otras normas del derecho internacional reconocidas universalmente y dirigidas a mantener la paz y la seguridad, establecer alianzas entre Estados, proteger la soberanía nacional y respetar el derecho a decidir el propio destino y el camino hacia el desarrollo político, socioeconómico y cultural.

Toda la estructura de la organización tiene por objeto generar alianzas multilaterales que ayuden a los miembros soberanos a coordinar estrategias y enfoques para resolver problemas internacionales urgentes y atender las necesidades regionales. Asimismo, ofrece a los Estados miembros la oportunidad de centrar sus esfuerzos en objetivos comunes de acuerdo con los principios de la cooperación voluntaria y la distribución equitativa de responsabilidades.

Expansión de la OCS: el desarrollo de la capacidad de la organización

La cumbre histórica de los Jefes de los Estados miembros de la OCS, celebrada en Astaná (Kazajstán) los días 8 y 9 de junio de 2017, abrió una nueva etapa en el desarrollo de la organización. Uno de los resultados principales fue otorgar la condición de miembros de pleno derecho de la OCS a la India y el Pakistán. La adhesión de estos dos Estados poderosos e influyentes de Asia Meridional ha permitido que la OCS refuerce su capacidad y amplíe su abanico de oportunidades, en particular con respecto a combatir los retos y las amenazas actuales y emergentes.

La inmensa región que comprende a los Estados miembros de la OCS —que se extiende de norte a sur desde el ?rtico hasta el océano ?ndico, y de este a oeste desde Lianyungang en China hasta Kaliningrado en la Federación de Rusia— alberga a casi el 44% de la población mundial y plantea la labor fundamental de mantener en conjunto la estabilidad y contrarrestar con eficacia las amenazas a la seguridad en nuestros respectivos territorios, responsabilidad de la que hoy en día es la mayor organización regional del planeta.

Al unir a cuatro Potencias nucleares —la mitad de los Estados nucleares del mundo— en una sola organización regional, la OCS actúa como elemento disuasivo dentro del sistema establecido para mantener el equilibrio estratégico de poder y estabilidad política a nivel mundial.

Además de los acuerdos entre los Estados miembros de la OCS sobre cuestiones clave de las agendas regionales y globales, el texto de la Declaración de los Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái, que es el documento final de la cumbre de Astaná, resume las nuevas medidas que tomará la organización contra las amenazas a la paz y la seguridad internacionales.

Enfoques y avances prácticos para lograr la seguridad y la estabilidad

La OCS, al adherirse a la observancia estricta de las normas universalmente reconocidas del derecho internacional, así como al respeto constante por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, permanece inquebrantable en su creencia de que, como medio de solución de conflictos, nada iguala a la diplomacia. En este sentido, la OCS sigue apoyando que las Naciones Unidas desempe?en una función de coordinación aún más destacada en las relaciones internacionales, haciendo hincapié en impulsar una cooperación más estrecha con la Organización mundial.

Varias iniciativas especiales puestas en marcha bajo los auspicios de las Naciones Unidas y la OCS han contribuido considerablemente a mejorar la cooperación internacional en la lucha contra los desafíos y las amenazas comunes a la seguridad. Un caso concreto es el resultado del evento especial de alto nivel sobre "Las Naciones Unidas y la Organización de Cooperación de Shanghái: enfrentándose conjuntamente a los problemas y las amenazas", celebrado en noviembre de 2016 en Nueva York, así como el acto paralelo de alto nivel sobre “Las Naciones Unidas y la Organización de Cooperación de Shanghái en la lucha contra las drogas: amenazas comunes y medidas conjuntas”, celebrado en colaboración con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en marzo de 2017 en Viena.

La OCS seguirá esforzándose de forma coordinada por combatir los retos y las amenazas comunes a la seguridad, ampliar el diálogo y reforzar la colaboración para lograr seguridad general combatiendo el terrorismo, el ciberterrorismo, el separatismo, el extremismo, la delincuencia organizada transnacional y el tráfico ilícito de drogas, y promoviendo la seguridad de la información internacional y la respuesta en casos de emergencia.

En este sentido, la OCS pretende seguir desarrollando su órgano permanente fundamental, la Estructura Regional contra el Terrorismo. Los datos ponen de manifiesto lo eficaz que ha resultado la labor de dicho órgano. Entre 2011 y 2015, bajo la coordinación de la Estructura Regional contra el Terrorismo, las autoridades de los Estados miembros de la OCS consiguieron impedir 20 atentados terroristas cuando todavía se estaban planeando, evitó que se cometieran 650 delitos terroristas y extremistas y neutralizó 440 campamentos de adiestramiento de terroristas y a 1.700 miembros de organizaciones terroristas internacionales. Fueron detenidos más de 2.700 miembros de grupos armados ilícitos, sus cómplices y personas sospechosas de actividad delictiva, se extraditó a 213 personas relacionadas con organizaciones terroristas o extremistas, muchas de las cuales fueron condenadas a cumplir largas penas de prisión; se incluyó a 180 sospechosos en listas de personas buscadas, se descubrieron 600 bases clandestinas que guardaban armamento y se confiscaron más de 3.250 artefactos explosivos improvisados, junto con 10.000 armas, alrededor de 450.000 unidades de munición y más de 52 toneladas de explosivos.

La respuesta común de la OCS al aumento incesante de la amenaza del extremismo es el Convenio de la OCS sobre la Lucha contra el Extremismo, aprobado en la cumbre de Astaná. Este documento afianzará el marco jurídico internacional para contrarrestar los retos y las amenazas emergentes junto con la Convención de Shanghái para la Lucha contra el Terrorismo, el Separatismo y el Extremismo, la Convención contra el Terrorismo de la Organización de Cooperación de Shanghái y el Programa de cooperación en la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo para 2016-2018 de los Estados miembros de la OCS, además de los instrumentos fundamentales de las Naciones Unidas, como son la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el Terrorismo y las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El Convenio de la OCS sobre la Lucha contra el Extremismo tiene por objeto promover la seguridad, aumentar la cooperación eficaz entre las autoridades y mejorar el marco jurídico en este ámbito.

El aumento de las actividades terroristas en diversas partes del mundo exige el desarrollo y la mejora de los métodos y técnicas existentes que se aplican a nuestra lucha común contra este mal. La Declaración de los Jefes de los Estados Miembros de la OCS sobre la Lucha Conjunta contra el Terrorismo Internacional, realizada en Astaná, constituye un importante instrumento político que incluye una evaluación de la situación, enfoques para consolidar fuerzas conjuntas en nuestra lucha contra el terrorismo, y nuestro llamamiento a la comunidad internacional para que se mantenga unida en una amplia coalición internacional contra el terrorismo para combatir esta grave amenaza mundial.

La difusión de propaganda e ideologías extremistas, incluida la justificación pública del terrorismo como medio de incitación a cometer actos terroristas, ha sido especialmente peligrosa dadas las circunstancias. En este contexto, la OCS incrementará las medidas conjuntas para contrarrestar la radicalización social, que da lugar a la manifestación de las peores formas de extremismo, incluido el terrorismo, sobre todo entre los jóvenes. También estamos tomando medidas para prevenir el extremismo religioso, étnico, ideológico y político, la intolerancia étnica y racial y la xenofobia. Junto con la cooperación entre las fuerzas del orden y los órganos judiciales, se hará especial hincapié en reforzar la función destacada de los Estados en la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo, así como en las posibles contribuciones voluntarias y responsables de la sociedad civil, incluidas las organizaciones religiosas tradicionales, las instituciones educativas y de investigación, los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales que trabajan en los Estados miembros de la OCS de conformidad con sus respectivas legislaciones nacionales.

Los Estados miembros, a raíz de su adhesión a las disposiciones del Acuerdo de Cooperación para Detectar y Bloquear las Vías de Entrada a los Estados Miembros de la OCS de las Personas Implicadas en Actividades Terroristas, Separatistas y Extremistas (2006), y al Acuerdo de Cooperación e Interacción entre los Estados Miembros de la OCS sobre Cuestiones Fronterizas (2015), seguirán colaborando a fin de impedir actividades maliciosas y la circulación de terroristas, militantes y grupos terroristas extranjeros mediante el control eficaz de fronteras, el intercambio de información sobre personas implicadas en actividades terroristas y la detección de documentos de identificación falsificados o robados, al igual que para realizar investigaciones conjuntas de delitos terroristas transnacionales.

Los Estados miembros de la OCS también contribuirán a neutralizar las actividades de personas y organizaciones relacionadas con el reclutamiento, el adiestramiento y el uso de terroristas y propaganda, así como la justificación o financiación de actos terroristas.

Aunque la OCS no representa una alianza militar, nuestra lucha en primera línea contra las amenazas terroristas requiere que sigamos desarrollando y perfeccionando los mecanismos dirigidos a la total erradicación de las actividades terroristas. En este sentido, la OCS proseguirá las maniobras de entrenamiento antiterrorista que tiene programadas, entre ellas, el establecimiento de la Misión de Paz de la OCS. También potenciaremos nuestra colaboración en la lucha contra la propaganda radical y la justificación pública del terrorismo, el separatismo y el extremismo en los medios de comunicación y el espacio informativo, basándonos en el Acuerdo de Cooperación para Garantizar la Seguridad de la Información Internacional entre los Estados Miembros de la OCS.

Combatir el tráfico ilícito de drogas es una de las principales prioridades de la OCS

La producción y el tráfico ilícitos de drogas siguen siendo una de las amenazas más graves a la seguridad y ponen en peligro la paz y la estabilidad internacionales. La OCS seguirá fomentando la cooperación y coordinando la actuación de sus Estados miembros en la lucha contra esta amenaza, basándose en el Acuerdo de Cooperación entre los Estados Miembros de la OCS contra el Tráfico Ilícito de Drogas, Sustancias Sicotrópicas y Precursores (2004), la Declaración de los Jefes de los Estados Miembros de la OCS sobre la Amenaza de las Drogas (2015), y de acuerdo con las disposiciones de las convenciones y resoluciones de las Naciones Unidas, en particular, las conclusiones del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas, celebrado en abril de 2016 en Nueva York. Durante las operaciones antidroga especiales que se llevaron a cabo dentro de los territorios de la OCS durante los últimos cinco a?os, se incautaron a traficantes 69 toneladas de heroína letal, lo que demuestra la eficacia de nuestras iniciativas conjuntas en este ámbito. Esta cifra supone aproximadamente el 14% de las drogas confiscadas a nivel mundial. Gracias a la colaboración eficaz entre las fuerzas del orden también se incautaron 75 toneladas de precursores utilizados en la producción ilícita de venenos estupefacientes.

La cooperación entre las autoridades de los Estados miembros de la OCS resultó muy satisfactoria. No obstante, para combatir con eficacia la amenaza de la droga, será necesario consolidar los esfuerzos de la comunidad internacional en su conjunto. A tal fin, la OCS pretende mantener su estrecha colaboración con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

El desarrollo económico como medio de prevención de la aparición de nuevas fuentes de desafíos y amenazas a la seguridad

El desarrollo económico desigual en diversas partes del mundo conduce cada vez más a la radicalización y, en última instancia, a situaciones de conflicto potencialmente mortales. Las tendencias negativas en el desarrollo de la economía mundial intensifican los desequilibrios actuales, lo que, a su vez, contribuye al creciente número de amenazas y desafíos a la seguridad y el desarrollo sostenible. Ante esta situación, la OCS defiende una amplia cooperación internacional que contribuya a impulsar la recuperación económica mundial, garantizar la estabilidad económica y financiera y mantener el crecimiento sostenible, dinámico, equilibrado e inclusivo en un entorno de rápida globalización. Al mismo tiempo, los Estados miembros de la OCS coinciden en que el comercio mundial debe atenerse a los principios de transparencia, no discriminación e inadmisibilidad de prácticas proteccionistas. El comercio debe basarse en normas que se apliquen por igual a todos los participantes. Es importante eliminar los obstáculos comerciales existentes e impedir que surjan otros nuevos, con el fin de facilitar la formación de una economía mundial abierta que refuerce el sistema de comercio multilateral.

La OCS aplicará más medidas que ayuden a desarrollar las economías regionales, ofrecer condiciones favorables para el comercio, apoyar las iniciativas de inversión, mejorar la infraestructura, construir parques industriales siempre que las condiciones oportunas lo permitan y mejorar la calidad de vida de las poblaciones respectivas.

Un avance práctico que destaca en esa dirección es la aplicación del Acuerdo entre los Gobiernos de los Estados Miembros de la OCS para Crear las Condiciones Favorables para el Transporte Internacional por Carretera, firmado en Dushanbé (Tayikistán), en septiembre de 2014. Este acuerdo no solo establece condiciones equitativas para gestionar intercambios comerciales mutuamente beneficiosos desde Europa Oriental hasta la costa este de la Federación de Rusia y China, sino que también se ha convertido en la base inspirada en tratados para el desarrollo integral y multilateral de infraestructuras regionales y un sistema integrado de transporte por carretera.

El diálogo cultural como medida de prevención contra las amenazas a la seguridad

Un factor clave a la hora de establecer relaciones de confianza mutua, amistad y buena vecindad entre los Estados miembros de la OCS es su colaboración en los ámbitos cultural, educativo y científico. El actual diálogo cultural que se ha consolidado entre los países de la OCS contribuye a conocer unos de otros experiencias culturales enriquecedoras, lo que a la larga propicia un mayor nivel de entendimiento mutuo. El diálogo cultural acerca a las personas y las une en torno a aspiraciones y valores humanísticos comunes, por lo que contribuye a reducir la xenofobia, la intolerancia religiosa y étnica y la discriminación basada en el origen étnico y racial. Dicho diálogo incluye uno de los principales objetivos de la OCS: unir a las civilizaciones.

El abundante legado histórico y cultural de los pueblos de los países de la OCS se refleja en los sitios culturales que actualmente representan el 20% de la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Conocer estos puntos de referencia brinda la oportunidad única de familiarizarse con la emocionante historia de la región de Eurasia, disfrutar la gran variedad de sus singulares atributos nacionales y culturales y comprender mejor la mentalidad y la visión del mundo de las personas que viven allí.

Ampliar las interacciones culturales dentro de la región de la OCS, fomentar el entendimiento mutuo entre sus pueblos, respetar sus tradiciones y costumbres culturales y preservar y mejorar la diversidad cultural dentro de los Estados miembros de la OCS seguirán siendo de suma prioridad en nuestro trabajo dirigido a promover la paz y velar por la seguridad y el desarrollo sostenible. Estos objetivos fundamentales pueden lograrse organizando exposiciones, festivales y concursos internacionales, así como potenciando los intercambios culturales, la colaboración entre países y las actuales actividades de los expertos que examinan el patrimonio cultural y natural de la región.