27 junio 2013

El descubrimiento del tratamiento antirretroviral para las personas que viven con el VIH es uno de los mayores ¨¦xitos de la investigaci¨®n m¨¦dica en los ¨²ltimos a?os. Ha cambiado la manera en que se considera al VIH, no ya como una sentencia de muerte sino como una enfermedad cr¨®nica. Sin embargo, los tratamientos de por vida requieren un acceso constante a nuevos reg¨ªmenes de medicamentos, puesto que en la persona infectada por el VIH aparecen efectos secundarios graves o resistencia del virus a los medicamentos. Si bien los pacientes de los pa¨ªses desarrollados disponen de opciones en materia de tratamiento, no se puede afirmar lo mismo respecto de los pa¨ªses en desarrollo. Existen m¨¢s de 20 medicamentos antirretrovirales aprobados, de ah¨ª que se estima que el mercado global de estos se acercar¨¢ a 16.000 millones de d¨®lares en 2016. Ahora bien, no todos los medicamentos antirretrovirales, en especial lo m¨¢s nuevos y m¨¢s potentes, han sido autorizados o est¨¢n disponibles en todos los pa¨ªses, particularmente en el Sur Global. ?Por qu¨¦ existe esa brecha en el acceso a los medicamentos entre los pa¨ªses industrializados y los pa¨ªses en desarrollo? ?Por qu¨¦ los medicamentos antirretrovirales m¨¢s nuevos, m¨¢s potentes y menos t¨®xicos no est¨¢n al alcance de las personas del Sur Global que viven con el VIH? ?C¨®mo puede modificarse esta creciente disparidad entre las opciones de tratamiento?

Actualmente 33,3 millones de personas viven infectadas con el VIH en todo el mundo, de las cuales el 95% viven en pa¨ªses en desarrollo, y ocurren alrededor de 2,7 millones de nuevas infecciones por a?o. La mayor¨ªa de estas personas necesitar¨¢ tratamiento poder disfrutar de vidas saludables y productivas. Se estima que en 2030, 55 millones de personas necesitar¨¢n tratamiento. Al final de 2009, el ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA) estim¨® que cinco millones de los 14 millones de personas que necesitaban tratamiento estaban recibiendo medicamentos antirretrovirales1. Para las personas infectadas por el VIH que los recib¨ªan por conducto de sistemas de atenci¨®n de la salud de base estatal, las opciones de tratamiento disponibles depend¨ªan del costo del medicamento. Estos salvaban vidas pero provocaban graves efectos secundarios. Si un paciente ten¨ªa la mala suerte de que su tratamiento no diera resultado, con frecuencia sin que esto se diagnosticara debido al alto costo de ex¨¢menes que no estaban adaptados para los pa¨ªses en desarrollo, o de que surgieran efectos secundarios graves, las opciones que le quedaban eran escasas o nulas.

El tratamiento m¨¢s com¨²nmente utilizado en los pa¨ªses en desarrollo contiene el medicamento stavudine (d4T). Este provoca a largo plazo efectos secundarios graves e irreversibles, y en sus directrices revisadas para el tratamiento del VIH, de 2009, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomend¨® reducir gradualmente su utilizaci¨®n. Aunque el stavudine ya no se utiliza en los pa¨ªses desarrollados, la mayor¨ªa de las personas de los pa¨ªses en desarrollo sigue recibiendo alg¨²n tratamiento combinado que lo contiene debido a su bajo costo, gracias a la competencia existente entre numerosas compa?¨ªas productoras de medicamentos gen¨¦ricos en los pa¨ªses en que este medicamento no est¨¢ patentado. La siguiente mejor opci¨®n de tratamiento contiene tenofovir (TDF) y cuesta el doble del anterior, alrededor de 176 d¨®lares por persona por a?o. Sin embargo, incluso algunos pa¨ªses de ingresos medianos no pueden acceder a tratamientos basados en reg¨ªmenes de TDF porque el medicamento est¨¢ protegido por patentes, y para ellos el precio se multiplica por seis, es decir, que cuesta alrededor de 1.033 d¨®lares por persona por a?o2.

La mayor¨ªa de los pa¨ªses no pueden costear los gastos m¨¢s altos de las nuevas opciones de tratamiento, ya se trate de mejores tratamientos de primera l¨ªnea, o, en el caso de resistencia del virus a los medicamentos, de tratamientos de segunda l¨ªnea. Se observa una disminuci¨®n en t¨¦rminos reales de los recursos destinados a institutos y programas globales como el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria y el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos de Am¨¦rica para el Alivio del SIDA (PEPFAR), que proporcionan la mayor parte de la financiaci¨®n de los tratamientos mediante la compra de medicamentos gen¨¦ricos. En momentos en que los donantes retroceden ante los compromisos de financiaci¨®n, incluso Bill Gates, copresidente de la Bill and Melinda Gates Foundation, al hacer uso de la palabra en la Conferencia Internacional contra el SIDA, celebrada en Viena, en julio de 2010, se?al¨® que no tenemos dinero suficiente para librarnos de esta epidemia con tratamientos. Desafortunadamente, este vuelco en los recursos, junto con la idea de que el tratamiento es caro y se encarecer¨¢ m¨¢s a medida que aumenten los n¨²meros, llega en momentos en que la evidencia cient¨ªfica demuestra que tratamientos anteriores con medicamentos m¨¢s nuevos y mejorados reducen la mortalidad y la hospitalizaci¨®n entre los pacientes de VIH, y que una mejor observancia por parte de estos impide que transmitan el virus.

En lugar de preguntarnos por qu¨¦ los tratamientos antirretrovirales m¨¢s nuevos tienen precios que no est¨¢n al alcance de muchos que los necesitan, aceptamos la realidad de que el medicamento de segunda categor¨ªa disponible para tratar a pacientes que se encuentran en etapas avanzadas de la enfermedad por VIH es una opci¨®n aceptable. La protecci¨®n mediante patentes es la raz¨®n por la que los medicamentos m¨¢s nuevos no est¨¢n al alcance del 95% de las personas infectadas por SIDA que viven en el Sur Global. La barrera que impide que personas infectadas por el VIH en pa¨ªses de ingresos bajos y medianos tengan acceso al tratamiento con medicamentos antirretrovirales m¨¢s nuevos y potentes data de la firma del ADPIC (Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio) en 1994, cuyo objetivo era abarcar protecciones de la propiedad intelectual a escala mundial. Durante mucho tiempo fue totalmente legal copiar mol¨¦culas existentes, incluso las desarrolladas en otros lugares, como en pa¨ªses industrializados, por ejemplo, lo que permiti¨® a muchos pa¨ªses crear una base farmac¨¦utica local y ofrecer productos similares en el mercado local a precios m¨¢s bajos. Pero la protecci¨®n de patentes en virtud del ADPIC ha limitado la competencia por medicamentos gen¨¦ricos m¨¢s nuevos y ha impedido el acceso de las personas de pa¨ªses en desarrollo infectadas por el VIH a opciones de tratamiento mejoradas. La mayor¨ªa de los medicamentos m¨¢s nuevos est¨¢n protegidos por patentes pertenecientes a compa?¨ªas farmac¨¦uticas que tienen derechos exclusivos para adjudicar la producci¨®n y la distribuci¨®n a unos cuantos pa¨ªses y compa?¨ªas ¨²nicamente. Estos medicamentos no son asequibles. Esta guerra tiene como centro un concepto muy b¨¢sico: la diferencia entre el bien colectivo de la salud p¨²blica y la b¨²squeda de ganancias por las empresas privadas. Un ejemplo de concesi¨®n de franquicias es el de Tibotec, una compa?¨ªa farmac¨¦utica internacional perteneciente a Johnson & Johnson que autoriz¨® a un fabricante sudafricano y a dos indios para que produjeran la medicina antirretroviral rilpivirine. Ahora bien, la compa?¨ªa ha limitado el alcance geogr¨¢fico de su licencia, de manera que las personas infectadas por el VIH que viven en pa¨ªses de ingresos medianos no tendr¨¢n acceso a versiones gen¨¦ricas del medicamento y, por consiguiente, deber¨¢n pagar un precio m¨¢s alto3.

La epidemiolog¨ªa del VIH var¨ªa en los diferentes pa¨ªses y entre los sectores de poblaci¨®n que se encuentran en mayor riesgo, incluidos los usuarios de drogas inyectables, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, los profesionales del sexo, los migrantes, las personas con discapacidad y las mujeres, que ya de por s¨ª experimentan estigma y discriminaci¨®n. Lo que tienen todos en com¨²n es que dependen de programas de salud estatales para los ex¨¢menes, el tratamiento y los servicios de atenci¨®n. Cuando los costos de los insumos aumentan, como los de los medicamentos antirretrovirales, los gobiernos racionan o reducen estos servicios. Ejemplos de esas situaciones en ?frica son el agotamiento de las existencias de medicamentos o el que no se incluya a personas con nuevas infecciones por VIH en los tratamientos4.

Los gobiernos y las instituciones internacionales deber¨ªan utilizar mecanismos de salvaguardia de la salud p¨²blica para oponerse a las leyes sobre patentes y al otorgamiento de derechos exclusivos a las compa?¨ªas farmac¨¦uticas. A fin de que los medicamentos antirretrovirales m¨¢s nuevos sean asequibles para todas las personas infectadas por el VIH, dondequiera que se encuentren, presento algunas recomendaciones tomadas de M¨¦dicos sin Frontera a las que he a?adido algunas contribuciones personales:

? Todo pa¨ªs o pa¨ªses de un bloque econ¨®mico de comercializaci¨®n debe tener el derecho de dise?ar leyes flexibles sobre patentes para la exportaci¨®n o importaci¨®n, seg¨²n sea necesario, de medicamentos esenciales para preservar la vida.

? En los casos de medicamentos esenciales patentados, el pa¨ªs en el que estos medicamentos no sean asequibles puede emitir licencias obligatorias sin sufrir consecuencias provenientes de las grandes compa?¨ªas farmac¨¦uticas.

? Debe alentarse a las compa?¨ªas farmac¨¦uticas a que participen en el nuevo Fondo com¨²n de patentes farmacol¨®gicas (MPP) del UNITAID5. El Fondo permite que los titulares de las patentes concedan licencias por su conducto, y que quienes reciban las licencias paguen regal¨ªas sobre sus ventas. De esta manera, en los pa¨ªses en desarrollo habr¨¢ disponibilidad de versiones gen¨¦ricas de medicamentos antirretrovirales patentados, y las compa?¨ªas fabricantes de medicamentos gen¨¦ricos podr¨¢n producir y vender medicamentos en combinaciones de dosis fijas y crear f¨®rmulas pedi¨¢tricas.

La batalla por el derecho a la salud y el acceso a las medicinas ha sido una marcha cuesta arriba, en contra de aquellos miembros de la sociedad que ven en estos medicamentos una oportunidad para obtener ganancias. Lo que se requiere es un enfoque racionalizado: necesitamos determinar un precio aceptable y asequible por la inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo que hace el inversionista. El activismo en torno al SIDA ha sido un agente de cambio de la manera en que apreciamos el derecho a la vida y, en representaci¨®n de este, el derecho a la salud. Esta pr¨®xima batalla por un acceso nuevo y mejorado a los medicamentos antirretrovirales no ser¨¢ f¨¢cil; los precios de los medicamentos m¨¢s nuevos no se podr¨¢n rebajar tan f¨¢cilmente como los de la primera generaci¨®n de opciones de tratamiento. Los activistas contra el VIH necesitar¨¢n movilizar y utilizar los mecanismos de salvaguardia de la salud p¨²blica y las normas internacionales de derechos humanos a fin de proteger su acceso a los medicamentos esenciales para salvar vidas. En la Reuni¨®n de alto nivel sobre el SIDA que celebrar¨¢ la Asamblea General de las Naciones Unidas del 8 al 10 de junio de 2011, las instituciones internacionales, con sus estrategias de nivel cero6, deber¨¢n pronunciarse resueltamente a favor de las comunidades afectadas por la epidemia del VIH y del derecho al acceso a los nuevos tratamientos antirretrivirales. En cuestiones de vida y muerte, no debe existir el tratamiento diferencial.

Notas

1 ONUSIDA, Informe sobre la epidemia mundial de SIDA, 2010, Cap¨ªtulo 4, "Tratamiento contra el VIH." Ginebra, ONUSIDA.

2 MSF (2010), Access to Essential Medicines. Untangling the Web of Antiretroviral Price Reductions. 13th Edition.

3 Publicaci¨®n The Pharma Letter, en: file/101692/jj-unit-tibotec-signs-multiple-deals-with-generic-drug-makers-for-access-to-new-hiv-treatment-rilpivirine-pre-pre-approval.html/. V¨¦ase tambi¨¦n el comunicado de prensa de MSF al respecto en: .

4 MSF (2010), "The Ten Consequences of AIDS Treatment Delayed, Deferred or Denied." MSF.

5 El UNITAID es un mecanismo internacional de compra de medicamentos para tratar el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis. Fue fundado en 2006 y proporciona una intervenci¨®n estrat¨¦gica del mercado dirigida a reducir el precio de las medicinas para enfermedades prioritarias y aumentar el suministro de medicamentos y diagn¨®sticos (). En 2008, el UNITAID estableci¨® el Fondo com¨²n de patentes farmacol¨®gicas (MPP) con objeto de incrementar el acceso a las m¨¢s nuevas medicinas antirretrovirales para el tratamiento del VIH/SIDA. El MPP es actualmente una entidad separada que negocia con los titulares de patentes para que compartan su propiedad intelectual con ¨¦l, y despu¨¦s concede la licencia a otros productores para facilitar la producci¨®n de medicinas gen¨¦ricas asequibles y adaptadas para su utilizaci¨®n en contextos de pocos recursos.

6 El ONUSIDA ha creado una nueva estrategia contra el VIH para 2011-2015 denominada "Llegar a cero", en la que se aspira a lograr cero nuevas infecciones, cero muertes relacionadas con el SIDA y cero discriminaci¨®n en 2015. Actualmente la OMS y el ONUSIDA se est¨¢n concentrando tambi¨¦n en el Tratamiento 2.0, un nuevo paradigma de tratamiento/prevenci¨®n con el que se optimizan los enfoques del tratamiento, es decir, reg¨ªmenes m¨¢s simples, m¨¢s seguros y m¨¢s flexibles con la utilizaci¨®n de medicamentos nuevos y existentes e instrumentos de laboratorio simplificados. Puede obtenerse m¨¢s informaci¨®n sobre estas estrategias en el sitio web .

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