Se est芍n produciendo cambios acelerados en la regi車n de Asia y el Pac赤fico, incluidas sus zonas rurales, al constituirse en motor impulsor del crecimiento de la econom赤a mundial. En 2010, los pa赤ses en desarrollo de la regi車n crecieron a la impresionante tasa de 8,8%, frente al 2,7% de crecimiento de las econom赤as del mundo desarrollado. Se espera que el crecimiento de los pa赤ses desarrollados se mantenga alrededor del 2,5% durante gran parte del presente decenio, por tanto, se est芍 conformando un nuevo paradigma de desarrollo. El modelo de desarrollo "hecho en Asia, consumido en Occidente" que sirvi車 tan bien a este 迆ltimo en el pasado, est芍 dando paso a un crecimiento econ車mico m芍s inclusivo y sostenible, y por ello sus fuentes se encuentran cada vez m芍s en la regi車n. La innovaci車n digital, que ha surgido como contribuyente fundamental a este cambio de paradigma, es muy prometedora y permite esperar el empoderamiento de todos los pueblos para que puedan hacer una contribuci車n m芍s significativa a la nueva sociedad del conocimiento.
Hay tres aspectos de esta revoluci車n digital que encierran grandes esperanzas para el futuro: las promesas del milagro de la telefon赤a m車vil, la revoluci車n de la banda ancha y los medios de comunicaci車n sociales.
EL MILAGRO DE LA TELEFON?A M?VIL
En menos de cinco a?os el n迆mero de abonados a la telefon赤a m車vil en la regi車n ha crecido en m芍s del doble, de alrededor de 1.080 millones a 2.530 millones. En Asia Oriental, por ejemplo, el 83% de las personas que viven en zonas rurales tienen un tel谷fono m車vil. Paralelamente aument車 el n迆mero de fabricantes y operadores aut車ctonos, que ya pueden considerarse rivales de los de Occidente. El modelo comercial que aplican se basa en tomar como objetivo la base de consumidores de la regi車n, de un bajo nivel de gastos pero de enorme tama?o. El resultado es que por primera vez contamos con una telefon赤a m車vil asequible y verdaderamente inclusiva que llega a todos: pobres y ricos, habitantes de zonas rurales y de zonas urbanas, mujeres y hombres, j車venes y personas de edad.
LA REVOLUCI?N DE LA BANDA ANCHA
Con la introducci車n de la banda ancha de alta velocidad, la Internet ha dejado de ser un servicio de informaci車n para convertirse en una infraestructura decisiva de computadoras y personas conectadas, transformando as赤 todos los aspectos de nuestras vidas y nuestras econom赤as. Tambi谷n en este caso nuestra regi車n ha mostrado destreza para la innovaci車n. Las aplicaciones locales que utilizan cada vez m芍s dispositivos m車viles en lugar de computadoras personales est芍n haciendo importantes contribuciones al desarrollo a medida que los servicios electr車nicos evolucionan y pasan a ser, por ejemplo, servicios m車viles de salud, bancarios y de educaci車n. Sobre todo entre los habitantes pobres de zonas rurales geogr芍ficamente aisladas, cada d赤a se observan evidencias de que va desapareciendo irreversiblemente el yugo de la pobreza predestinada; no cabe duda de que nos encontramos en medio de una segunda revoluci車n de la tecnolog赤a de las comunicaciones como nunca se hab赤a visto desde principios del decenio de 1990, cuando comenzamos a enviar cautelosamente mensajes electr車nicos. Esto ha encontrado eco en la Comisi車n sobre la Banda Ancha para el Desarrollo Digital, de las Naciones Unidas, que en su declaraci車n a los dirigentes mundiales asistentes a la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio1, celebrada en 2010, indic車 que la banda ancha representar芍 un memorable cambio econ車mico y social que marcar芍 una diferencia en la forma de abordar los innumerables desaf赤os que encaramos, como los costos de la atenci車n de la salud, las disparidades en el campo de la educaci車n y los efectos del cambio clim芍tico, por solo mencionar algunos.
LOS MEDIOS DE COMUNICACI?N SOCIALES
La conexi車n a trav谷s de redes sociales se ha arraigado como una nueva forma de comunicaci車n. Est芍 cambiando las oportunidades de expresi車n, la naturaleza del intercambio de contenidos y todo el panorama de los medios de comunicaci車n. Ya los consumidores no solo consiguen lo que quieren y donde y cuando lo quieren, sino que adem芍s se est芍n empoderando como productores de contenido puesto que hacen aportes a una corriente continua de textos, datos y v赤deos. As赤, la comunicaci車n a trav谷s de redes sociales por Internet se ha convertido en un elemento central del poder de comunicaci車n de los individuos y de sus valores plurales. Esta situaci車n repercute ampliamente en la din芍mica de grupo, la formaci車n de ideolog赤as de grupo y las estructuras sociales e institucionales.
Si se consideran estos avances en conjunto, hoy resulta m芍s real que nunca la promesa de que las tecnolog赤as de la informaci車n y las comunicaciones (TIC) dotaran a las personas de medios para transformar la informaci車n en mejor comprensi車n y conocimientos.
Al mismo tiempo es necesario que, junto con todos los interesados, reconozcamos plenamente que un acceso ilimitado a la informaci車n, las ideas, los conocimientos y las aplicaciones plantea inmensos desaf赤os. A la vez que aumentan las promesas, tambi谷n aumentan los peligros y ello da lugar a una interacci車n que nunca es est芍tica. En este sentido, tres cuestiones se destacan en nuestra regi車n.
PRIMERA CUESTI?N: EL PELIGRO DE QUE AUMENTEN LAS BRECHAS EN LA NACIENTE SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO DENTRO DE LA REGI?N
Durante el decenio pasado la brecha digital no se redujo; se ampli車. En nuestra regi車n ello no ocurre solamente con las diferencias que tradicionalmente separan al Norte y el Sur Globales, sino que las brechas m芍s amplias son intrarregionales; es decir, entre los pa赤ses de Asia y el Pac赤fico m芍s avanzados en tecnolog赤as de la informaci車n -Australia, el Jap車n, Nueva Zelandia, la Rep迆blica de Corea y Singapur- y sus pa赤ses en desarrollo. Asimismo, respecto de los pa赤ses en desarrollo existen amplias disparidades entre Asia Oriental y Asia Meridional. Ciertamente, esto refleja en gran medida el cambio de paradigma regional en el que algunos pa赤ses se abren paso como l赤deres mundiales en innovaci車n, dinamismo y crecimiento. Ahora bien, m芍s inquietante es el hecho de que cuatro de cada cinco personas de los pa赤ses en desarrollo (muchas de ellas residentes en zonas rurales) no tienen acceso a Internet y esa brecha ha aumentado precisamente en tecnolog赤as (Internet m車vil de banda ancha) que son los instrumentos m芍s poderosos para lograr la transformaci車n en una econom赤a de conocimientos.
SEGUNDA CUESTI?N: EL PELIGRO DE UNA MAYOR MARGINACI?N DE LOS POBRES
Las personas m芍s pobres corren el riesgo de quedar a迆n m芍s rezagadas. En la regi車n hay m芍s de 950 millones de personas que viven con menos de 1,25 d車lares diarios, muchas de ellas dedicadas a la agricultura de subsistencia. De hecho, 2.400 millones de personas, o sea, alrededor del 58% de la poblaci車n, viven en zonas rurales a las que, en muchos pa赤ses, todav赤a no llegan las redes m車viles de tercera generaci車n (3G). Por otra parte, a pesar de las promesas de la telefon赤a m車vil, es peligroso limitarse a suministrar dispositivos a las zonas rurales y esperar que todo marche bien. Para que se materialicen las promesas de esa tecnolog赤a, es necesario dotar a los m芍s pobres de nuevas capacidades, no solo para adquirir informaci車n, sino tambi谷n para transformarla en opciones, en una mejor comprensi車n de las ventajas comparadas y en nuevos medios de sustento.
TERCERA CUESTI?N: EL PELIGRO DE QUE FRACASEN LAS POL?TICAS, INCLUIDA LA DE PROTEGER A LOS VULNERABLES
En relaci車n con lo anterior, cabe considerar el peligro de que la formulaci車n de la pol赤tica siga imbuida de perspectivas tecnodeterministas y no reconozca ni aborde las complejas interrelaciones que surgen cuando la innovaci車n tecnol車gica ofrece mayores oportunidades solo para algunos grupos de personas. Hoy d赤a la sociedad de la informaci車n est芍 organizada en torno a sistemas creativos de adopci車n de decisiones, en los que la iniciativa est芍 pasando a manos de personas que tienen un conocimiento detallado de lo que se necesita o se desea. Las jerarqu赤as tradicionales ya no garantizan la aplicaci車n de determinados resultados que se logran mediante una adopci車n de decisiones centralizada. En lugar de ello, los cambios evolucionan en un contexto de valores compartidos gracias a la tecnolog赤a de la informaci車n que permanecen fluidos, puesto que la creatividad de las personas puede siempre dar lugar a nuevos cambios. A medida que se trazan y se vuelven a trazar nuevas l赤neas, los que m芍s ganan son aquellos que tienen m芍s capacidad -y recursos- para aprovechar los sistemas de conocimiento cambiantes. En este proceso se est芍n estableciendo l赤neas de demarcaci車n que pueden acentuar un desarrollo exclusivo y no inclusivo, agrandar las disparidades socioecon車micas al excluir a迆n m芍s a los pobres y vulnerables de los sectores productivos, y profundizar la incongruencia de que existan 谷lites conectadas a escala mundial y poblaciones locales desconectadas.
Otro peligro que se avizora es la posibilidad de que las pol赤ticas dejen de incorporar, preparar y proteger al n迆mero cada vez mayor de personas vulnerables de nuestra sociedad. Durante los pr車ximos 40 a?os, la tendencia demogr芍fica m芍s importante en las econom赤as de la regi車n de Asia y el Pac赤fico ser芍 el envejecimiento de la poblaci車n. Para 2025 el coeficiente de dependencia de las personas de edad habr芍 aumentado de 10 en 2009 a 27 en 2025. Alrededor de 1.200 millones de personas ser芍n mayores de 60 a?os y habr芍 un grupo de edad "muy avanzada" que representar芍 a unos 200 millones de personas. Las enfermedades cr車nicas y alguna forma de discapacidad, incluida la demencia, afectar芍n a un nutrido segmento de la poblaci車n. Dado que los m芍s j車venes trabajan en zonas urbanas, las mayores cohortes de personas de edad avanzada con discapacidad se encuentran en las zonas rurales, y muchas de ellas son mujeres y pobres, lo que las hace especialmente vulnerables a una triple discriminaci車n.
Aunque existen muchos ejemplos de las formas en que las TIC pueden mejorar la calidad de vida de una sociedad que envejece, como productos inteligentes para el hogar que facilitan una vida independiente, la conexi車n a redes sociales para superar el aislamiento y los servicios de salud m車viles que facilitan la vida en el hogar, hasta ahora la respuesta entre las personas de edad ha sido lenta. Esto se debe en parte a una clara falta de conocimiento en la industria sobre las necesidades de las personas de edad, y, por consiguiente, a escasas se?ales de que los fabricantes est谷n dise?ando productos de tecnolog赤as de la informaci車n para satisfacerlas. Adem芍s, la aplicaci車n de mejoras de la pol赤tica y la legislaci車n ha tenido lugar con relativa lentitud.
Por otra parte, un incentivo de la industria es la precoz acogida de las nuevas tecnolog赤as por los m芍s j車venes y los adultos j車venes. Datos disponibles en los pa赤ses desarrollados sugieren que alrededor de la tercera parte de los ni?os ya utilizan la Internet a los seis o siete a?os de edad, y que sus principales actividades recreativas son las comunicaciones por medio de juegos, charlas, mensajes instant芍neos y sitios de redes sociales. Esto ha planteado muchas nuevas cuestiones, entre ellas la exposici車n de los ni?os a nuevas formas de vulnerabilidad, para las que no hay soluciones sencillas en una sociedad sin fronteras y siempre conectada.
RESPUESTAS NORMATIVAS Y FUNCI?N DE LA CESPAP
Es evidente que queda mucho por hacer en la esfera normativa para poder afirmar genuinamente que las TIC han mejorado de forma inequ赤voca el desarrollo humano. Una complacencia arraigada en la noci車n de que lo mejor es dejar el cambio a merced de las innovaciones que dicte el mercado, sin directrices de pol赤tica activas, significar芍 casi seguramente que las poblaciones de Asia y el Pac赤fico, dotadas de muchos recursos pero as赤 y todo pobres, no podr芍n aprovechar las promesas del siglo XXI. La clave radica en hallar modelos en los que la creatividad individual se fusione con las aspiraciones, la flexibilidad y la seguridad colectivas.
La protecci車n social ocupa un lugar prominente en el programa regional. Como se?al谷 al referirme al tema del 67? per赤odo de sesiones de la Comisi車n2, la protecci車n social no es un gasto, es una inversi車n y una decisi車n econ車mica inteligente. En lugar de enfocar la protecci車n social mediante intervenciones en respuesta a determinados sucesos o s赤ntomas, los pa赤ses de Asia y el Pac赤fico est芍n avanzando gradualmente hacia soluciones generales de alcance universal como fundamentos indispensables de su visi車n del desarrollo inclusivo.
Queda mucho por hacer en lo que respecta a utilizar la protecci車n social para enfrentar las causas subyacentes de la pobreza y la desigualdad, y, en este sentido, esa protecci車n puede utilizarse para potenciar el empoderamiento transformador de los instrumentos de las TIC. A ese efecto se precisa de un nuevo pacto social sobre las telecomunicaciones entre el gobierno y los intereses comerciales para aprovechar la conectividad de banda ancha y abrir nuevas sendas hacia el desarrollo inclusivo y sostenible. Mediante una labor en conjunto, el gobierno y la industria pueden reorientar el futuro de las sociedades de Asia y el Pac赤fico, y las oportunidades pueden ser enormes para los primeros en acometer esta empresa. Tambi谷n se necesitan inversiones en una autopista de la informaci車n para la regi車n, utilizando la cooperaci車n entre los pa赤ses para aprovechar las conexiones por aire, mar y tierra con el fin de acelerar las transferencias de informaci車n. A nivel nacional, el caso de la Rep迆blica de Corea, uno de los pa赤ses de la regi車n que ha hecho extraordinarios avances en las tecnolog赤as de la informaci車n, proporciona algunas lecciones de pol赤tica importantes sobre c車mo construir una sociedad del conocimiento para todos. Su red m車vil 3G, construida en 2003, abarca al 99% de su poblaci車n y al 80% de su territorio. Es interesante observar que el Gobierno pidi車 a Korea Telecom (KT), la mayor compa?赤a de telecomunicaciones del pa赤s, que, como parte de las obligaciones universales de servicio que por ley competen a las principales compa?赤as, construyera redes en zonas en que exist赤an 50 o m芍s hogares. Aunque la KT invirti車 recursos propios en la red de fibra 車ptica en 2006, se hizo evidente que no ser赤a posible seguir avanzando en la reducci車n de la brecha digital sin contar con financiaci車n p迆blica. Se estableci車 un sistema de financiaci車n privado/p迆blico por el que el gobierno central, los gobiernos locales y compa?赤as privadas contribu赤an a la financiaci車n en una relaci車n de 1:1:2, respectivamente. En 2008 todas las zonas rurales ten赤an acceso a Internet de alta velocidad a raz車n de 2 megabits por segundo, y las zonas rurales pudieron disfrutar de las mismas tasas fijas que los usuarios urbanos gracias a una expl赤cita pol赤tica gubernamental sobre igual trato geogr芍fico. Adem芍s, dado que se necesitan velocidades de 50 megabits por segundo o m芍s para intercambiar materiales de mucho contenido vinculados con servicios como televisi車n por Internet, cibersalud y cibereducaci車n, en 2010 el Gobierno comenz車 a desplegar una infraestructura de fibra 車ptica mejorada que proporcionar芍 a todos los abonados de las zonas rurales acceso a velocidades ultrar芍pidas. Actualmente el 56,1% de los hogares de las zonas rurales (frente a un promedio nacional de 81,6%) tienen acceso a la banda ancha de 50 megabits por segundo.
El Nuevo Pacto Social abordar芍 tambi谷n cuestiones 谷ticas, y en este sentido, una iniciativa que se podr赤a seguir estudiando y ampliando es la de los Principios sobre Redes Sociales m芍s Seguras, de la Uni車n Europea, a la que se han incorporado voluntariamente 20 sitios de redes sociales activos en Europa. Cuando establecemos nuestros marcos normativos regionales, enfrentamos desaf赤os que tienen un alcance mundial, y el trabajo en conjunto con asociaciones que trasciendan nuestra regi車n nos puede hacer m芍s fuertes.
En la Comisi車n Econ車mica y Social para Asia y el Pac赤fico (CESPAP), nuestra labor relacionada con la sociedad de la informaci車n se rige por el criterio de que las TIC son instrumentos que pueden tanto empoderar a los ciudadanos para que sean agentes principales del cambio, como captar la participaci車n de los gobiernos en calidad de asociados de la poblaci車n, prestando apoyo mediante directrices normativas. Examinamos las cuestiones desde amplias perspectivas socioecon車micas, y analizamos las opciones de pol赤tica y las compensaciones. Movilizamos a los principales interesados, incluidos los encargados de adoptar decisiones que pueden lograr el compromiso pol赤tico requerido.
Tambi谷n recabamos respuestas m芍s amplias dentro del sistema de las Naciones Unidas, vali谷ndonos del Mecanismo de Coordinaci車n Regional de los organismos de las Naciones Unidas con base en Bangkok, el cual presido. Por ejemplo, en mayo de 2011, en ocasi車n de celebrarse el 67? per赤odo de sesiones de la Comisi車n, la CESPAP, junto con la Uni車n Internacional de Telecomunicaciones y el Ministerio de Tecnolog赤as de la Informaci車n y las Comunicaciones del Gobierno de Tailandia, celebraron durante tres d赤as actos especiales con el tema "Mejor vida para las comunidades rurales con las TIC", a los que contribuyeron todos los organismos de las Naciones Unidas radicados en Bangkok.
Por 迆ltimo, la sociedad de la informaci車n de hoy puede adaptarse mejor de modo que la sociedad del conocimiento de ma?ana no solo estimule la innovaci車n, sino que incluya tambi谷n las contribuciones productivas de los grupos pobres y vulnerables. Es necesario que demos cumplimiento a nuestras responsabilidades si aspiramos a que se materialicen las promesas. Ya no se trata de asegurar que se preste atenci車n a un nuevo 芍mbito cada vez m芍s importante para el desarrollo, sino de asegurar que se preste suficiente atenci車n a una esfera que ya est芍 haciendo una contribuci車n significativa al desarrollo inclusivo y sostenible.
Notas
1 Un imperativo directriz en 2010: Avanzar hacia un futuro construido en banda ancha. Un informe de la Comisi車n de la Banda Ancha.
2 CESPAP, La promesa de la protecci車n: protecci車n social y desarrollo en Asia y el Pac赤fico, 2011.
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La Cr車nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as赤 como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n por parte de las Naciones Unidas.?