30 diciembre 2011

Es muy dif赤cil lograr mejoras estructurales duraderas en la esfera de los derechos humanos. Los 赤ndices mundiales sugieren que el mundo de hoy se diferencia muy poco del de hace 10 a?os. Seg迆n Freedom House, una organizaci車n no gubernamental de los Estados Unidos, en 2002 hab赤a 85 Estados "libres", 59 "parcialmente libres" y 48 "no libres". En 2011 solo dos nuevos pa赤ses se consideraron "libres" y hubo uno menos en la categor赤a de "no libres". El informe anual titulado The Political Terror Scale, aunque se concentra en las violaciones de la integridad y se compila sobre la base de informes de Amnesty International y el Departamento de Estado de los Estados Unidos, presenta una situaci車n similar. De acuerdo con una escala de 1 a 5 en la que 5 representa el estado de terror m芍s grave, en 2001 el promedio mundial fue de 2,58. Pese a las diferencias entre los datos, en 2010 el promedio mundial permaneci車 en 2,58. Esta insolubilidad aparente parece confirmar evidencias cada vez m芍s amplias de que no es probable que la asistencia externa en materia de gobernanza y derechos humanos facilite mejoras nacionales sostenibles sin un genuino liderazgo pol赤tico local. Estas cifras tal vez indiquen tambi谷n que frente a poderosas fuerzas contrarias, las Naciones Unidas deben esforzarse al m芍ximo, simplemente para no retroceder.

Teniendo presente lo anterior, se han alcanzado muchos resultados satisfactorios durante el primer mandato del Secretario General Ban Ki-moon. Si bien persisten los desaf赤os, por t谷rmino medio ha disminuido el n迆mero de personas asesinadas arbitrariamente y torturadas por sus propios gobiernos, hay menos posibilidad de reanudaci車n de conflictos armados, y los episodios de violencia contra civiles, cuando ocurren, tienden a ser m芍s cortos y menos sangrientos. Tambi谷n se han registrado progresos institucionales. Cabe se?alar en particular el compromiso del Secretario General de promover la responsabilidad de proteger, que ha dado lugar a progresos reales. La nueva Oficina Conjunta del Asesor Especial para la Prevenci車n del Genocidio y el Asesor Especial sobre la Responsabilidad de Proteger, aprobada por la Quinta Comisi車n de la Asamblea General a fines de 2010, ya ha hecho una contribuci車n positiva mediante alertas tempranas y llamamientos a los gobiernos para que asuman sus responsabilidades. Tambi谷n ha comenzado a prestar asistencia en el fortalecimiento de las capacidades regionales y nacionales para detectar y mitigar los riesgos asociados al genocidio y las atrocidades masivas. La Secretar赤a de las Naciones Unidas ha reforzado el papel de la protecci車n de los derechos humanos en sus actividades, por ejemplo, mediante el mandato de que se proteja a los civiles en las operaciones de paz, la creciente utilizaci車n de las oficinas pol赤ticas para apoyar la promoci車n de los derechos humanos en cada pa赤s y los v赤nculos entre la Secretar赤a y las oficinas regionales.

Se ha reforzado la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, bajo la capaz direcci車n de Navanethem Pillay. No solo la propia Alta Comisionada ha desempe?ado un papel fundamental alertando al mundo sobre peligros inminentes y recordando a los diferentes Estados Miembros, entre ellos Libia, Siria y mi pa赤s, Australia, el cumplimiento de sus responsabilidades jur赤dicas, sino que la Oficina tambi谷n ha ampliado su presentaci車n de informes sobre los derechos humanos y preparado informes notables, incluido uno en el que figura el inventario de las atrocidades y otras violaciones de los derechos humanos cometidas en la Rep迆blica Democr芍tica del Congo. Su labor de apoyo y aliento de las instituciones de derechos humanos ha contribuido a la constante proliferaci車n de estos 車rganos.

El Consejo de Derechos Humanos ha mostrado indicios de haber superado algunos de los problemas que agobiaron al 車rgano predecesor. Durante los cinco 迆ltimos a?os, el Consejo ha demostrado que est芍 dispuesto a eliminar de entre sus miembros a aquellos pa赤ses que atentan contra los derechos de sus ciudadanos, y el proceso del examen peri車dico universal ha pasado a ser un elemento b芍sico de las actividades del Consejo, creando as赤 expectativas comunes entre los Estados. Esta labor tambi谷n ha contribuido a diseminar las normas de derechos humanos en todo el mundo. Una indicaci車n de ello es el establecimiento de la Comisi車n Intergubernamental de Derechos Humanos de la ASEAN.

La creaci車n de la entidad ONU-Mujeres en 2010 constituy車 un avance que puede ser significativo para la promoci車n y protecci車n de los derechos humanos de la mujer. Sus programas, que est芍n dedicados a la eliminaci車n de la violencia contra la mujer y se concentran en la protecci車n de las mujeres durante los conflictos armado, son especialmente pertinentes en este sentido. El nombramiento por el Secretario General de Margot Wallstr?m como Representante Especial sobre la Violencia Sexual en los Conflictos tambi谷n ha fortalecido la capacidad de la Organizaci車n para proteger a las mujeres, pese a las cr赤ticas por su respuesta a los casos de violaciones en masa que tuvieron lugar en la Rep迆blica Democr芍tica del Congo en 2010.

Las cr赤ticas formuladas al Secretario General por su actuaci車n en relaci車n con los derechos humanos tienden a concentrarse en lo que se percibe como abstenci車n de denunciar las violaciones, especialmente respecto de Myanmar, Sri Lanka y China. Esas cr赤ticas contradicen investigaciones acad谷micas recientes que han demostrado que aislar a los Estados es un modo relativamente ineficaz de dar respuesta a problemas cr車nicos de derechos humanos. En este sentido cabe se?alar que el Secretario General ha expresado reiteradamente su preocupaci車n por la situaci車n de los derechos humanos en Myanmar, Sri Lanka y otros lugares. No obstante, esta controversia tiene que ver m芍s con las t芍cticas que con el contenido. Cada caso individual es diferente, y lo que puede dar resultado en lugar tal vez fracase en otro. En ocasiones el Secretario General se ha expuesto a considerables riesgos pol赤ticos para proteger los derechos humanos, muy especialmente en el caso de C?te d'Ivoire, a principios de 2011. A menudo tales t芍cticas no funcionan.

Con todo, persisten importantes problemas y desaf赤os:

Como ha demostrado la experiencia reciente con Siria, en algunos casos sigue siendo dif赤cil crear consenso sobre cuestiones concretas relacionadas con la protecci車n de los derechos humanos.

El Consejo de Derechos Humanos sigue propenso a la politizaci車n, como demuestran las decisiones que dan preferencia a los intereses pol赤ticos sobre la protecci車n de los derechos humanos, por ejemplo, su resoluci車n de 2009 en la que encomi車 a Sri Lanka antes de que se realizaran investigaciones apropiadas.

En los 迆ltimos a?os, los derechos humanos de grupos que ya eran marginados han sido objeto de ataques concertados provenientes de varios sectores. Se destacan en particular las violaciones de los derechos humanos de las mujeres, la proliferaci車n de leyes homof車bicas y otras violaciones contra los homosexuales, una tendencia a la detenci車n arbitraria de personas que piden asilo y abusos contra las poblaciones itinerantes.

Persisten los problemas de coherencia. Algunos funcionarios de las Naciones Unidas sobre el terreno siguen inseguros del lugar que ocupan los derechos humanos en su trabajo y de si deben abordar con los gobiernos anfitriones cuestiones relacionadas con la protecci車n. Ostensiblemente, la protecci車n de los derechos humanos es un elemento central de la labor de muchas misiones y organismos, pero algunos funcionarios siguen reticentes a cumplir estos mandatos por temor a una reacci車n pol赤tica violenta.

Algunos lugares del mundo se han convertido efectivamente en "zonas libre de derechos humanos", en los que se violan los derechos humanos b芍sicos con impunidad. Somalia se destaca como pa赤s caracterizado por violaciones tan masivas y generalizadas de estos derechos que la expresi車n "derechos humanos" parece ir車nica e inadecuada.

En su conferencia Cyril Foster de 2011, el Secretario General describi車 un ambicioso programa de protecci車n humana que constituy車 un llamado a la interiorizaci車n de los derechos humanos en todo el sistema de las Naciones Unidas. Por supuesto, es en extremo dif赤cil pensar estrat谷gicamente sobre la mejor manera de utilizar los limitados recursos de las Naciones Unidas para promover y proteger los derechos humanos frente a poderosas fuerzas contrarias y en competencia con numerosas prioridades. En lo que respecta a la estructura institucional del sistema, el fortalecimiento de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el establecimiento de la Oficina Conjunta del Asesor Especial para la Prevenci車n del Genocidio y el Asesor Especial sobre la Responsabilidad de Proteger, la creaci車n de ONU-Mujeres y la incorporaci車n de los principios relativos a la protecci車n en las actividades de mantenimiento de la paz y ayuda humanitaria de la Organizaci車n, han sentado las bases durante el primer mandato del Secretario General Ban Ki-moon. Ahora el desaf赤o consiste en hacer que esas instituciones funcionen.

Ello significa velar por que las pr芍cticas de las Naciones Unidas contribuyan a promover y proteger los derechos humanos en todas partes. Ya se han efectuado progresos, pero puede lograrse m芍s llevando el esp赤ritu de la iniciativa "Unidos en la acci車n" al 芍mbito de los derechos humanos, de modo que el sistema de las Naciones Unidas se manifieste con una sola voz y ponga todos sus recursos en juego al servicio de los derechos humanos. Por ejemplo, para prevenir los graves cr赤menes asociados a la responsabilidad de proteger y garantizar que ning迆n lugar del mundo se convierta en una "zona libre de derechos humanos" de facto, el sistema de las Naciones Unidas podr赤a incorporar en su labor general un "lente de prevenci車n de atrocidades" que orientara la formulaci車n de pol赤ticas y la programaci車n. Para abordar los problemas de coherencia, el Secretario General podr赤a emitir directrices sobre la promoci車n y la protecci車n de los derechos humanos sobre el terreno. Para asegurar que estas cuestiones no fueran relegadas por temor a reacciones pol赤ticas, podr赤a proporcionarse un claro apoyo de alto nivel a los funcionarios de las Naciones Unidas sobre el terreno encargados de las cuestiones de derechos humanos, tal vez mediante una carta dirigida al Jefe de Estado o de Gobierno al comienzo de cada misi車n. A fin de velar por que los derechos humanos de las mujeres se situaran en primera l赤nea, ONU-Mujeres y la Representante Especial sobre la Violencia Sexual en los Conflictos podr赤an colaborar m芍s estrechamente y establecer una presencia en todo el sistema de las Naciones Unidas para garantizar que no se perdiera ninguna oportunidad de promover y proteger los derechos humanos de las mujeres.

Dentro de este marco podr赤an tomarse otras medidas m芍s modestas. La informaci車n oportuna y precisa es una manera importante de reducir la politizaci車n y crear consenso. La informaci車n sobre las violaciones de los derechos humanos hace que se concentre la atenci車n, proporciona una base emp赤rica para la formulaci車n de pol赤ticas adaptadas a las situaciones, y ejerce un efecto limitado, pero moderador, sobre los perpetradores. La provisi車n de recursos adicionales para la presentaci車n de informes sobre derechos humanos y el fortalecimiento de la cooperaci車n entre los titulares de los mandatos ser赤a una manera eficaz y relativamente modesta de enfrentar algunos de los desaf赤os. Tambi谷n convendr赤a fortalecer m芍s las relaciones entre la Sede de las Naciones Unidas y las regiones. Oficinas como la Comisi車n Econ車mica y Social para Asia y el Pac赤fico y la Oficina de las Naciones Unidas para ?frica Occidental proporcionan valiosos veh赤culos para el di芍logo entre funcionarios, la capacitaci車n y la cooperaci車n sobre promoci車n y protecci車n de los derechos humanos, en consonancia con el esp赤ritu de "Unidos en la acci車n". Tambi谷n proporcionan la oportunidad de establecer relaciones con 芍nimo de previsi車n, que ayudar赤an a mejorar las respuestas a las crisis de derechos humanos.

No obstante, en 迆ltima instancia mucho depende de los Estados Miembros y de la firmeza de sus compromisos con los derechos humanos. Los recursos de que disponen las Naciones Unidas y los instrumentos que se les permite utilizar influyen en su capacidad para promover y proteger los derechos humanos. Por ejemplo, a medida que se haga habitual el examen peri車dico universal, podr赤a fortalecerse en el sentido de hacerlo m芍s riguroso, integrarlo en el proceso de selecci車n de las elecciones para 車rganos como el Consejo de Derechos Humanos o el Consejo de Seguridad, y conectarlo con otras partes del sistema responsables de la prestaci車n de asistencia material y t谷cnica a los Estados. La Oficina de la Alta Comisionada puede apoyar estos esfuerzos, pero en 迆ltima instancia incumben a los Estados Miembros. Lo mismo puede decirse de la b迆squeda de consenso frente a crisis de derechos humanos. Los Estados Miembros reconocen que las Naciones Unidas son m芍s eficaces cuando sus organismos de adopci車n de decisiones est芍n unidos, pero sobre los Estados recae en primer lugar la responsabilidad de lograr consenso.

Durante su Conferencia Cyril Foster, el Secretario General Ban Ki-moon nos record車 que: "Las Naciones Unidas se crearon para que fueran un agente de cambio, y no solo un objeto de cambio. Han hecho historia y al mismo tiempo han evolucionado con ella. Desde sus inicios la Organizaci車n ha sido incubadora de ideas, creadora de normas y 芍rbitro de su cumplimiento. Lo sigue siendo hoy. Con sus actos, y tambi谷n con sus palabras, el 車rgano mundial ha ayudado a transformar la agenda global al acoger la protecci車n humana como un componente esencial". Durante su primer mandato se efectuaron progresos, pero es preciso hacer m芍s para superar los impedimentos estructurales del desarrollo sostenible. Con la arquitectura institucional ya establecida, hacer avances concretos hacia el enfoque "unidos en la acci車n" es un medio por el que las Naciones Unidas podr赤an fortalecer su papel de agentes de un cambio positivo en materia de derechos humanos.

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La Cr車nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as赤 como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art赤culos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci車n por parte de las Naciones Unidas.?