27 junio 2013

Al final de mis nueve a?os como Directora del Observatorio Europeo de los Fen車menos Racistas y Xen車fobos-- que ha pasado a denominarse "Agencia de los Derechos Fundamentales de la Uni車n Europea" -- , desear赤a hacerles part赤cipes de mi experiencia en la lucha contra la discriminaci車n racial. Me centrar谷 en ocho 芍mbitos de necesidades y oportunidades que siguen, en gran medida, sin examinarse y que, seg迆n creo, deben tratarse de manera m芍s exhaustiva en los debates pol赤ticos y p迆blicos. Estoy profundamente convencida de que, juntos, podemos hallar soluciones que miren hacia el futuro y que permitan a nuestras sociedades afrontarlo mejor.
Hemos de cambiar de mentalidad y pasar de un clima de miedo a otro de esperanza. Alrededor de 80 millones de personas pertenecientes a minor赤as 谷tnicas, culturales o religiosas viven en la Uni車n Europea (UE) actualmente; representan alrededor del 16% de su poblaci車n y su n迆mero aumenta. En los a?os venideros, la evoluci車n econ車mica y demogr芍fica suscitar芍 una demanda a迆n mayor de inmigraci車n. La Comisi車n Europea calcula que, en 2030, la poblaci車n activa de la UE habr芍 disminuido considerablemente y se habr芍 situado en los 20 millones de personas. En muchas ciudades, entre el 30% y el 40% de los ni?os son descendientes de inmigrantes; en otras, ese porcentaje es m芍s elevado y oscila entre el 60% y el 70%. El futuro de nuestra sociedad est芍 en sus manos, y ellos necesitan un futuro al que aspirar. En los estudios realizados se ha comprobado que las sociedades que triunfan son las que poseen estas tres cualidades que empiezan por la letra "t": talento, tecnolog赤a y tolerancia. Hemos de darnos cuenta de que los pa赤ses que poseen una actitud clara y favorable con respecto a la inmigraci車n tienen m芍s probabilidades de aprovechar su potencial.
Hemos de hacer m芍s hincapi谷 en los elementos positivos de la inmigraci車n y clarificar las ventajas que entra?an, para lo cual se requieren nuevas maneras de pensar, sobre todo por parte de los pol赤ticos y los medios de difusi車n. Los pol赤ticos tienen que adoptar una postura clara con respecto al asunto de la inmigraci車n y se?alar las oportunidades que presenta, sin ocultar sus posibles problemas. Hay que resaltar el valor de la inmigraci車n en los manifiestos y resoluciones pol赤ticos, los planes de acci車n y los programas de los partidos. Los cient赤ficos deber赤an elaborar y analizar argumentos favorables a la inmigraci車n y plantearlos en debate p迆blico.
Hemos de mejorar nuestra capacidad de afrontar nuestras emociones, proyecciones y prejuicios, sobre todo el miedo, la envidia y el odio. Los miedos y los prejuicios repercuten profundamente en la convivencia entre los inmigrantes, las minor赤as y la poblaci車n local. Seg迆n una encuesta Eurobar車metro, el 80% de los europeos no han tenido experiencias negativas con las minor赤as en su vida cotidiana. No obstante, m芍s de la mitad abrigan fuertes reservas con respecto a una sociedad pluricultural. Con frecuencia, los prejuicios son m芍s agudos en las zonas con menor proporci車n de minor赤as. En Alemania, por ejemplo, Berl赤n-Brandenburgo posee una proporci車n de poblaci車n inmigrante del 2%, pero los prejuicios son m芍s acusados que en Frankfurt, donde esa proporci車n es del 26%. Lo que ello demuestra no es que un grado m芍s elevado de inmigraci車n mitigue los prejuicios, sino que las ideas que las personas se hacen de la realidad son m芍s poderosas que la propia realidad.
Pese a ser testigos de la realidad de la sociedad pluricultural que nos circunda-- en los trenes, las escuelas, los restaurantes -- , hay personas que llevan negando dicha realidad durante decenios, mostrando, con ello, lo profundamente que tenemos arraigado el "miedo al otro". En consecuencia, el asunto de ese miedo omnipresente hacia los extranjeros apenas si ha tenido influencia en los debates sociales y en la formulaci車n de pol赤ticas con respecto a las minor赤as o en las relaciones p迆blicas con ellas. Las cuestiones del "afrontamiento de las emociones" y de la "otredad" deben incorporarse en el trazado de estrategias, programas de acci車n e iniciativas, as赤 como en las relaciones p迆blicas y los medios de difusi車n. Por ejemplo, deber赤an incluirse unos programas de "cultivo de la capacidad de afrontar las propias emociones" en la formaci車n escolar, as赤 como en la formaci車n de los profesores y los periodistas. Deber赤a prestarse m芍s consideraci車n a las ideas-- en cuanto divergentes de los puros hechos --que se hacen las personas tanto en los an芍lisis del complejo fen車meno de la inmigraci車n como en la definici車n de f車rmulas para tratarlo.
Hemos de encontrar nuevas f車rmulas de colaboraci車n entre los diversos segmentos de la sociedad perteneciente a todos los grupos ocupacionales, con la cooperaci車n de los medios de difusi車n. Los asuntos de la inmigraci車n y la cohesi車n social afectan a casi todas las facetas de la vida-- la cultura y la educaci車n, la econom赤a, el mercado laboral, por citar s車lo unas pocas --y permean todos los 芍mbitos pol赤ticos. Necesitamos unas f車rmulas sostenibles de cooperaci車n para aplicar unas soluciones hol赤sticas. Las cumbres, las comisiones y los consejos nacionales y locales que se ocupan de la integraci車n no ganar芍n aceptaci車n si no se da cabida, en ellos, a los propios inmigrantes. Deber赤an estar representados, en ellos, las minor赤as 谷tnicas, religiosas y culturales, los grupos de inmigrantes, los sindicatos, las asociaciones patronales, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las comunidades religiosas, los partidos pol赤ticos y los medios de difusi車n, lo que posibilitar赤a llegar a acuerdos conjuntos e idear soluciones. La cooperaci車n con los medios de difusi車n posee particular importancia. Pocos sectores tienen tanto poder para influenciar nuestros sentimientos. Pocas profesiones emplean im芍genes y m迆sica para excitar, de manera tan efectiva, nuestras emociones.
Necesitamos estructuras sostenibles para idear nuevas f車rmulas de cooperaci車n y transferir conocimientos de manera constante. Por ejemplo, deber赤amos organizar reuniones anuales de 芍mbito europeo en las que los pol赤ticos, los medios de difusi車n, los cient赤ficos, las ONG, las minor赤as y los inmigrantes trabajen juntos para determinar cu芍les son las cuestiones fundamentales y supervisar los progresos. Tenemos que instituir comisiones, consejos y otros 車rganos, tanto de 芍mbito local como nacional, para favorecer una participaci車n de base amplia, con la ayuda de los medios de difusi車n.
En todas nuestras previsiones, iniciativas, publicaciones y declaraciones p迆blicas, hemos de adoptar una perspectiva que se oriente preferentemente a hallar soluciones. Al haber trabajado durante un cuarto de siglo en instituciones nacionales y europeas, me atrevo a afirmar que nuestros planteamientos suelen orientarse demasiado a determinar problemas y demasiado poco a hallar soluciones. Sin un planteamiento positivo, estamos condenados a olvidar que hemos de definir, con nitidez, unas buenas pr芍cticas y unas soluciones viables. Los planteamientos orientados hacia las soluciones son mucho m芍s efectivos, puesto que suscitan una clase muy distinta de motivaci車n y favorecen las iniciativas nuevas e innovadoras. Gastamos demasiada energ赤a en examinar fen車menos negativos y no utilizamos lo suficiente nuestra capacidad de hacer lo necesario para provocar cambios duraderos, concebir soluciones pr芍cticas y, sobre todo, ponerlas en pr芍ctica. Deber赤an analizarse los factores responsables del 谷xito en los casos de buenas pr芍cticas, as赤 como las posibilidades de trasplantarlos a otras regiones y pa赤ses.
Hemos de adoptar un planteamiento m芍s en谷rgico, innovador y de largo plazo de los procesos de seguimiento, a fin de potenciar la aplicaci車n de las iniciativas, propuestas y recomendaciones. Abundan las publicaciones con recomendaciones, resoluciones e iniciativas en casi todas las esferas que ata?en a la inmigraci車n y a la sociedad pluricultural. Ideemos sistemas que nos permitan formular recomendaciones de manera m芍s sistem芍tica y mejor definida y supervisemos y apoyemos su aplicaci車n, de manera continuada. Cabe aducir ejemplos como los siguientes: la instauraci車n de un sistema de vigilancia de las labores de seguimiento, en el que se informe peri車dicamente del progreso del cumplimiento de las recomendaciones adoptadas; la creaci車n de un procedimiento de revisi車n anual de las recomendaciones adoptadas, en parte para determinar si son lo suficientemente pr芍cticas, y la cooperaci車n con organizaciones internacionales, no s車lo para formular recomendaciones conjuntas, sino tambi谷n para supervisar su aplicaci車n.
Hemos de incrementar la participaci車n de las minor赤as y los inmigrantes en todos los procesos democr芍ticos y de planificaci車n estrat谷gica. Todav赤a, los debates suelen ser "acerca de" las minor赤as, no "con" las minor赤as. As赤 se desaprovecha la oportunidad de ganarse su participaci車n y voluntad en el momento de la aplicaci車n de medidas; se desaprovecha la oportunidad de dar a las minor赤as y a los inmigrantes m芍s ocasiones de participar en los procesos democr芍ticos y de identificarse con ellos. Tambi谷n se desaprovecha la oportunidad de derribar las barreras entre comunidades paralelas. La inclusi車n de las minor赤as y los inmigrantes en los procesos democr芍ticos y estrat谷gicos no deber赤a obedecer, de manera exclusiva, a las razones formales de la participaci車n y el aut谷ntico respeto, sino tambi谷n, y de manera fundamental, a la idea de "pertenencia a una comunidad". Este deseo de pertenencia es la segunda necesidad m芍s elemental de todo ser humano, despu谷s de la necesidad de seguridad. Los sentimientos de falta de pertenencia los experimentan, sobre todo, los inmigrantes de segunda y tercera generaci車n, pese a sus esfuerzos por integrarse. Esta experiencia de marginaci車n, de falta de respeto y aceptaci車n puede desembocar en el aislamiento social, la resistencia y la violencia. Tenemos que hacer que las minor赤as 谷tnicas, culturales y religiosas y los inmigrantes participen en el trazado de iniciativas y en la ejecuci車n de proyectos. Deber赤amos celebrar actos que fueran retransmitidos por los medios de difusi車n y en los que esos grupos pudieran hacer o赤r su propia voz y expresar sus necesidades.
Hemos de entablar un debate p迆blico general para determinar qu谷 clase de sociedad queremos ser: cu芍l ser芍 nuestra identidad social. Tenemos que entablar un di芍logo franco y de amplias miras sobre la inmigraci車n y la integraci車n, que apunte hacia el consenso social pero no deje de tener en cuenta las circunstancias. A fin de cuentas, hemos de preguntarnos-- y permitir que otros nos pregunten --si el problema de la inmigraci車n es lo que, de verdad, inquieta a las personas. Quiz芍 deber赤amos plantear otras cuestiones que suscitan miedo hacia el otro: la globalizaci車n, el desempleo, el futuro incierto, la marginaci車n social-- el sentimiento de falta de pertenencia a la comunidad y de ser impotente ante los cambios -- , temores e inseguridades que aquejan a muchos grupos.
No deber赤amos eludir los debates sobre el futuro de una sociedad pluricultural, en su propio contexto. Asimismo, hemos de evitar culpar a "la pol赤tica" o a "los medios de difusi車n" o al "sistema educativo". Gran parte del descontento se achaca a la pol赤tica, por ejemplo; y es evidente que se ha esperado demasiado de ella en los 迆ltimos a?os. Las cuestiones relativas a una sociedad pluricultural nos afectan a todos nosotros: a mayor赤as y a minor赤as, a todos y cada uno de los ciudadanos. No debemos ni ocultar los problemas ni abrigar expectativas demasiado elevadas. Sin embargo, la celebraci車n de un debate p迆blico-- en el que ni se soslayara el asunto de la sociedad pluricultural ni se justificaran las numerosas contradicciones y dilemas que 谷sta lleva aparejadas --pondr赤a de manifiesto la vitalidad y la capacidad innovadora inherentes a la sociedad y favorecer赤a un cambio positivo.
El di芍logo nos brinda la oportunidad de determinar lo que tenemos en com迆n y lo que nos separa, y afrontarlo. Tambi谷n nos recuerda que la inmigraci車n nunca ha llevado a ninguna sociedad al punto de la ruptura, como demuestra la experiencia de los recientes procesos de paz que siguen su curso. De hecho, el mejor ejemplo de ello es la propia UE, que constituye el mayor proyecto de paz de la historia. Ese di芍logo deber赤a inscribirse en un debate m芍s general sobre los valores, dado que 谷sta es la coyuntura m芍s apropiada para emprender un di芍logo sobre la integraci車n.
Tenemos que dejar claro que nuestra sociedad depende econ車mica, pol赤tica y culturalmente de la interacci車n permanente entre personas de distintas ra赤ces culturales, 谷tnicas y religiosas. Esta es la base sobre la que se asientan la UE y sus ideales. La "sociedad homog谷nea" que tantos invocan nunca ha existido en Europa. Hemos de reconocer jur赤dicamente y reconocer p迆blicamente nuestro pluralismo pol赤tico. Asimismo, hemos de dejar claro que, por encima de todas las diferencias culturales, estamos unidos por unos valores y por unas normas sociales fundamentales que compartimos: el respeto de los derechos humanos y la fe en las constituciones y los ordenamientos jur赤dicos.
La sociedad civil-- los intelectuales, los medios de difusi車n y las ONG --deber赤an emprender y fomentar un di芍logo social de amplio espectro con los Estados miembros de la UE. Podr赤an hacerlo redactando un manifiesto p迆blico que se distribuyera ampliamente entre la sociedad y estuviera respaldado por actos culturales (conciertos, exposiciones). Podr赤an crearse foros interactivos, aprovechando, tal vez, la Internet, para favorecer unos debates extensos. De este modo, podr赤amos abrir un proceso que encabezaran conjuntamente tanto las instituciones europeas y nacionales como la sociedad civil de toda Europa.
Necesitamos una visi車n unitaria de una sociedad que concilie los derechos individuales con las exigencias de justicia, preocupaci車n social y compasi車n; una cultura de los derechos humanos en la UE que se plasme en la vida cotidiana. Mi aspiraci車n es la de una sociedad de respeto y aceptaci車n mutuos, en la que, juntos, podamos insuflar vida a esa "cultura de los derechos humanos". Responde a una idea positiva de la sociedad pluricultural, en la que la mayor赤a y la minor赤a conviven mostrando respeto mutuo por los valores culturales y las costumbres diferentes de cada cual, tomando como base los derechos humanos y los ordenamientos jur赤dicos compartidos.
S谷 que se trata de un sue?o fruto de la esperanza, que dista mucho de la realidad de la vida de muchas personas que sufren, d赤a a d赤a, discriminaci車n y humillaci車n. Sin embargo, tambi谷n s谷 que cuando diversos grupos se comprometen en una causa com迆n, sus esfuerzos pueden tener efectos perdurables en las mentalidades y en los comportamientos. S谷 que el cambio es posible. Aunemos nuestras cualidades, diversas y comunes, para erigir una cultura de los derechos humanos en la que tengamos cabida todos y cada uno de nosotros y que nos infunda el sentimiento de pertenecer a una misma comunidad. Se puede consultar una versi車n m芍s extensa del presente art赤culo en

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