El cambio clim芍tico mundial afectar芍 a todos los aspectos de la vida social en el siglo XXI. Las medidas necesarias para responder a los desaf赤os que trae consigo el calentamiento de la Tierra y mitigar su impacto van mucho m芍s all芍 de la indispensable transici車n tecnol車gica de los procesos productivos y de los cambios en los h芍bitos de consumo de los individuos. En el futuro, las ciudades y lo que ahora llamamos entorno "urbano" tambi谷n sufrir芍n transformaciones.
Estos cambios ser芍n muy profundos en las esferas econ車mica, social y pol赤tica. La econom赤a se ver芍 obligada a incorporar progresivamente en su presupuesto los costes ambientales. No existe ning迆n milagro tecnol車gico que pueda ayudar a evitar que se produzca una reconversi車n radical de las fuentes de energ赤a; durante este siglo asistiremos al fin de los combustibles f車siles. La emergencia de una perspectiva mundial en relaci車n a las desigualdades sociales tendr芍 un efecto similar. En los 迆ltimos decenios, hemos sido testigos de los esfuerzos acometidos en todo el mundo para combatir la pobreza, pero la desigualdad en el acceso a los ingresos sigue siendo un problema interno de los territorios nacionales. Vivimos en un mundo en el que los Estados Unidos de Am谷rica y otros pa赤ses desarrollados son responsables de dos tercios de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, mientras alrededor de 900 millones de africanos producen s車lo un 3% de dichas emisiones. Y, sin embargo, ?frica sufrir芍 en mayor medida los efectos de la p谷rdida de productividad agr赤cola, las sequ赤as y las inundaciones. Esta afirmaci車n es v芍lida para todas las poblaciones pobres, mucho m芍s vulnerables a los efectos del calentamiento de la Tierra.
La pol赤tica tambi谷n cambiar芍 de forma significativa. Como consecuencia de la globalizaci車n de los mercados, hay dos procesos hist車ricos que constituyen una sociedad civil internacional que exige la evoluci車n de la gobernanza a escala mundial: la incorporaci車n al presupuesto de la econom赤a global de los costes de los bienes y servicios a largo plazo proporcionados por la naturaleza, que hasta ahora no se contemplan; y la desigualdad social que existe en todo el planeta. La mayor parte de la poblaci車n mundial vive en las ciudades. De hecho, es 谷sta una realidad altamente heterog谷nea: las definiciones geogr芍ficas y estad赤sticas de lo que se considera (o no) "urbano" var赤an considerablemente seg迆n las regiones, ya que no existen modelos comparables desde una perspectiva internacional.
La revoluci車n de la tecnolog赤a de las comunicaciones genera por s赤 misma una gran transformaci車n de la vida urbana, pero los cambios clim芍ticos mundiales acelerar芍n en gran medida este proceso. La reorientaci車n de los medios de producci車n de energ赤a, de los modos de producci車n y consumo de bienes y servicios y una producci車n energ谷tica per capita aceptable para los ciudadanos de los pa赤ses desarrollados y de las clases medias y altas de los pa赤ses emergentes traer芍n consigo una notable transformaci車n en los modos de vida de las grandes ciudades. S車lo podr芍 responderse de manera coherente a los problemas urbanos como el aumento de factores productivos, la reducci車n de la pobreza, la calidad de vida, la movilidad, las caracter赤sticas de la construcci車n de edificios y el acceso a unos entornos naturales m芍s diversificados en un contexto de lucha contra los peores escenarios del calentamiento de la Tierra.
Frente a esta realidad, R赤o de Janeiro ha adoptado una posici車n particular entre las grandes ciudades de todo el mundo. Para la poblaci車n carioca (de R赤o), las cuestiones ambientales resultan indispensables, tanto a diario como desde una perspectiva hist車rica. En el siglo XIX, el bosque Tijuca, uno de los mayores del mundo con una superficie de 105 kil車metros cuadrados, fue replantado en el coraz車n de la ciudad. Otras zonas de monta?a y colinas aisladas representan en torno a 29.000 hect芍reas de superficie forestal en un territorio de 1.225 km2, lo que supone un 23% del 芍rea municipal.
Adem芍s de por su verde vegetaci車n, la personalidad de la ciudad se define por el azul de sus aguas (196 km de costa). Una amplia zona costera de playas es, junto con los bosques, responsable de la emergencia de una proximidad 迆nica entre la poblaci車n urbana de m芍s de 6 millones de habitantes y una superficie construida en plena expansi車n, con la cercan赤a del medio ambiente natural. A pesar de que las 芍reas boscosas de las colinas han resistido a las presiones de la ocupaci車n urbana, los incendios forestales y la plantaci車n de cultivos de pl芍tano, sigue existiendo un importante programa intensivo de reforestaci車n. Adem芍s, los bancos de arena pr車ximos a la costa perdieron algo m芍s de un 30% de su superficie entre 1984 y 2004, y se enfrentan actualmente al aumento del nivel del mar.
En la esfera de la construcci車n existe tambi谷n una cercan赤a 迆nica entre hombre y naturaleza. Para los cariocas, el ciclismo es algo m芍s que una actividad de ocio. La bicicleta es un medio de transporte alternativo para las distancias cortas y medias, y ejerce un efecto directo sobre la calidad de vida de la ciudad. R赤o de Janeiro es la capital nacional del ciclismo, con una amplia red de itinerarios y m芍s de 140 km de carriles para bicicletas. Su red es la segunda mayor de toda Am谷rica Latina, despu谷s de la de Bogot芍, con aproximadamente 300 km. En 1994, el ayuntamiento de la ciudad puso en marcha un proyecto denominado Proceso de Estructuraci車n del Transporte en la Zona Metropolitana de R赤o de Janeiro. Una parte del trabajo efectuado consisti車 en la realizaci車n de una encuesta a los hogares en la que se preguntaba por los puntos de partida y de destino. Los resultados fueron asombrosos: un 74% de los encuestados estaban de acuerdo en que, si las condiciones fueran favorables, posiblemente utilizar赤an la bicicleta como medio de transporte.
En 2001, la ciudad se adhiri車 al proyecto "Red 8-Movilidad Urbana". Entre las actividades del proyecto, se firm車 un contrato con el Programa de Ingenier赤a del Transporte de la Coordinaci車n de Programas de Ingenier赤a para Posgraduados de la Universidad Federal de R赤o de Janeiro, destinado a evaluar el uso potencial de la bicicleta e integrar 谷sta con otros medios de transporte p迆blico, como los trenes, el metro, los barcos y los autobuses. En 2003 se present車 el Plan Maestro del Transporte. La nueva encuesta de puntos de partida y destino estim車 un flujo de 221.000 trayectos diarios en bicicleta por unas 320.000 personas, lo que representa alrededor del 2% del flujo total del conjunto de medios de transporte. Es preciso se?alar que la importancia de la bicicleta es muy superior en algunos distritos, como en Realengo o Santa Cruz, donde los trayectos a trav谷s de este medio representan un 6 y un 8%, respectivamente, del flujo de todos los medios de transporte.
Desde 2005, el Instituto Municipal de Urbanismo participa en el proyecto "Movilizaci車n", cuyo objetivo es mantener la accesibilidad de las ciudades a trav谷s del fomento del uso de las bicicletas. Durante el primer a?o del proyecto, el ayuntamiento promovi車 la campa?a "Pedalear mola", con el fin de fomentar el uso de la bicicleta en la ciudad como medio de transporte seguro. Durante el segundo a?o se llev車 a cabo la campa?a "Pedalear mola en la escuela", destinada a dar a conocer los beneficios del transporte sostenible y del uso de la bicicleta. De acuerdo con la Asociaci車n Brasile?a de Fabricantes de Motocicletas y Veh赤culos Similares, la producci車n mundial de bicicletas ascendi車 a cerca de 120 millones de unidades en 2002, de las que Brasil aport車 un 5%. Debemos destacar en este punto que el Brasil es el tercer mayor productor de bicicletas, despu谷s de China y la India. Entre 1991 y 2005, la producci車n brasile?a de bicicletas aument車 de 2,5 millones a 5,2 millones de unidades.
La ciudad de R赤o es la puerta que comunica a Brasil con el mundo, no s車lo debido a sus infraestructuras hist車ricas, sino tambi谷n a que cuenta con una poblaci車n altamente cosmopolita, con una producci車n cultural capaz de influir en los acontecimientos culturales y art赤sticos de todo el mundo. En el siglo XXI, la realidad local y la mundial estar芍n fuertemente entrelazadas. La ciudad est芍 lista para ocupar su espacio en el inmenso desaf赤o que supone afrontar las consecuencias del calentamiento de la tierra y cambiar el mundo para contrarrestar el "estado habitual de las cosas", evitando as赤 los peores escenarios posibles descritos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim芍tico (IPCC).
En 2007 R赤o de Janeiro, pionera entre las ciudades de Am谷rica Latina en la realizaci車n de un inventario de las emisiones de gases de efecto invernadero desde 1998, decidi車 otorgar un estatus permanente y estructural a esta actividad a trav谷s de una iniciativa denominada "Protocolo de Intenciones de R赤o de Janeiro", cuyos objetivos son:
? apoyar y participar en la movilizaci車n de la sociedad carioca en la lucha contra el calentamiento de la Tierra;
? promover una mayor sensibilizaci車n y difusi車n de informaci車n entre el p迆blico infantil, poniendo el acento en las redes escolares y los debates comunitarios;
? ampliar los conocimientos acerca de los efectos y consecuencias del calentamiento de la Tierra con relaci車n a la ciudad;
? poner en marcha el plan de acci車n necesario para afrontar estas consecuencias, para conservar la ciudad y proteger a la poblaci車n que se enfrenta a mayores riesgos;
? integrar las variables del cambio clim芍tico en toda la planificaci車n municipal;
? promover actuaciones encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a la captura del carbono de la atm車sfera;
? apoyar proyectos e iniciativas, tanto p迆blicos como privados, que puedan ser objeto de financiaci車n a trav谷s del mecanismo para un desarrollo limpio; y
? trasladar al Gobierno Federal el deseo de la ciudad de albergar en 2009 la Conferencia de las Partes de la Convenci車n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim芍tico, cuya celebraci車n est芍 prevista en Am谷rica Latina.
Las consecuencias del calentamiento de la Tierra, en especial el aumento del nivel del mar, representan una amenaza para la existencia de R赤o de Janeiro en su estado actual. Pero esto no llegar芍 a suceder. No podemos perder nuestros colores verde y azul, puesto que forman parte de quienes vivimos en esta extraordinaria ciudad. Con sus m芍s de 6 millones de habitantes, y a pesar de los graves problemas metropolitanos y de la violencia que la azota, la ciudad ha sido capaz de conservar y enriquecer su alma. Pero, para superar todos estos retos, los cariocas tendr芍n que ser algo m芍s que ciudadanos de R赤o: deber芍n ser ciudadanos del mundo.
*R赤o de Janeiro cuenta con la segunda red m芍s grande para el transporte en bicicleta de Am谷rica Latina, s車lo superada por la de Bogot芍 (Colombia). Cerca de 2 millones de peatones y ciclistas utilizan los 153 kil車metros de calzadas de Bogot芍 que cada domingo quedan cerradas para los autom車viles.
Fotograf赤a por cortes赤a del Instituto para la Recreaci車n y el Deporte, Ciudad de Bogot芍
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