Hace unos 30 a?os que el mundo vive con la epidemia del VIH/SIDA, y casi durante el mismo per赤odo se han probado cient赤ficamente m谷todos de prevenci車n que se han diseminado al p迆blico. Sin embargo, de acuerdo con la Comisi車n de Alto Nivel sobre Prevenci車n del VIH del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), cada d赤a ocurren por lo menos 7.000 nuevas infecciones, cifra alarmante que indica que la sensibilizaci車n sobre este flagelo se encuentra en un inaceptable nivel de descuido por parte de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado. Si bien a principios del decenio de 1990, cuando la enfermedad comenz車 a propagarse por todo el mundo en desarrollo, se desplegaron en谷rgicos esfuerzos de prevenci車n del VIH a nivel mundial, m芍s recientemente se ha relegado la prevenci車n en favor del tratamiento, al que se ha dedicado una cantidad desproporcionada de fondos. Es obvio que la prevenci車n es el m谷todo m芍s eficaz para contener esta terrible enfermedad, pero para los encargados de adoptar decisiones la prevenci車n del VIH sigue siendo un problema sanitario y no social.
En mi pa赤s natal, Tailandia, ante los primeros casos de la enfermedad, surgidos en el decenio de 1980, hubo de inmediato una reacci車n de negaci車n por parte del Gobierno, que tem赤a que resultara perjudicial para la industria del turismo. Nos percatamos de que la crisis exig赤a una acci車n urgente, tomamos aquel "no" del Gobierno como algo que exig赤a respuesta y nos dirigimos entonces a las fuerzas armadas tailandesas, que ten赤an una actitud m芍s receptiva. Como estaban muy interesados en asegurar que sus soldados, marinos y reclutas no fueran infectados por el VIH, nos permitieron emprender una campa?a de sensibilizaci車n p迆blica en 200 de sus radioemisoras y en dos de sus estaciones de televisi車n.
El Sr. Anand Panyarachun, nombrado Primer Ministro en 1991, abord車 con mucha m芍s seriedad que sus predecesores la cuesti車n de atajar la r芍pida propagaci車n del virus. Me sent赤 complacido de ser miembro de su Gabinete. Aprob車 pol赤ticas de promoci車n de relaciones sexuales seguras, sensibilizaci車n p迆blica y, lo que es m芍s importante, contactos con todos los segmentos de la sociedad tailandesa a fin de educar a las personas acerca de los peligros del VIH/SIDA. La labor que se realiz車 con las comunidades consideradas vulnerables, entre ellas los consumidores de drogas, los profesionales del sexo y los adolescentes sexualmente activos, y el hecho de hacerlos participar en la soluci車n, permiti車 cambiar sus conductas para disminuir la tasa de infecci車n por VIH. De acuerdo con un estudio realizado por el Banco Mundial en 2005, se estim車 en 7.700.000 el n迆mero de vidas que fueron salvadas, y de acuerdo con el ONUSIDA, se registr車 un 90% de disminuci車n de las nuevas infecciones gracias a estos singulares e innovadores enfoques. Lamentablemente, durante la 迆ltima d谷cada del Gobierno de Thaksin Shinawatra se centr車 la atenci車n casi totalmente en el tratamiento y se descuid車 la vigilancia con respecto a la sensibilizaci車n p迆blica. Debido a este tr芍gico error en materia de pol赤tica p迆blica, se ha observado un aumento de la tasa de adolescentes tailandeses infectados por el VIH. Tailandia no es el 迆nico pa赤s que sufre los efectos de un lapso en la prevenci車n, y es preciso que todos se empe?en en reactivar la educaci車n y la sensibilizaci車n sobre el VIH/SIDA.
Cabr赤a considerar el caso de una compa?赤a mundial con marca de f芍brica conocida internacionalmente, como la Coca-Cola, y preguntarnos por qu谷 dedica tanto tiempo y energ赤a a la propaganda y la comercializaci車n. Ello se debe a que, como nos ense?a la naturaleza humana, las personas tienden a olvidar f芍cilmente. El sector privado comprende esa caracter赤stica y de manera constante presenta al p迆blico informaci車n para comercializar sus productos. En cambio, el Gobierno y el sector de la sociedad civil han llegado a depositar una confianza excesiva en el lapso de atenci車n de las personas, y a creer, equivocadamente, que ya el p迆blico est芍 debidamente educado acerca de la prevenci車n del VIH. Para abordar la necesidad del cambio de conducta de las personas en cuanto a relaciones sexuales sin protecci車n y consumo il赤cito de drogas, es imperioso encaminar la pol赤tica y la financiaci車n hacia la educaci車n de los ni?os. Los j車venes son los m芍s fuertes factores de cambio de sus comunidades locales, y toda pol赤tica que no se adapte a las necesidades de la comunidad ir芍 al fracaso. Es indispensable promover en las escuelas y entre los grupos de j車venes las relaciones sexuales seguras para eliminar en toda la comunidad el estigma asociado a la utilizaci車n de preservativos. En el siglo XXI, debido a las modernas tecnolog赤as de la comunicaci車n y a la Internet, llegan a conocimiento de los ni?os temas mucho m芍s maduros que en las generaciones anteriores; por tanto, no hay raz車n para ser t赤midos a la hora de hablarles sobre sexualidad. En realidad, probablemente aprendieron sobre esa cuesti車n en l赤nea mucho antes de que un adulto considerara siquiera la posibilidad de hablarles al respecto. Si nos enfocamos resueltamente en la educaci車n de los j車venes podemos ayudar a prevenir el VIH para la pr車xima generaci車n.
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