Los cinco pa¨ªses que conforman Asia Central (Kazajst¨¢n, Kirguist¨¢n, Tayikist¨¢n, Turkmenist¨¢n y Uzbekist¨¢n) tienen una poblaci¨®n total de m¨¢s de 60 millones de personas con una considerable diversidad ¨¦tnica, cultural y religiosa. En 2019, la regi¨®n celebr¨® el 30? aniversario de los servicios para el VIH, establecidos en 1989 en las Rep¨²blicas de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Las actuales epidemias del VIH y los programas nacionales de control del VIH en los pa¨ªses de Asia Central presentan muchas similitudes, aunque tambi¨¦n diferencias. Dada la falta de datos fiables sobre la poblaci¨®n afectada por el VIH en Turkmenist¨¢n y Uzbekist¨¢n, el presente art¨ªculo se centrar¨¢ en Kazajst¨¢n, Kirguist¨¢n y Tayikist¨¢n.
Al firmar la Declaraci¨®n Pol¨ªtica de las Naciones Unidas sobre el fin del SIDA de 2016,1?Kazajst¨¢n, Kirguist¨¢n y Tayikist¨¢n han declarado su compromiso de acelerar los esfuerzos por acabar con la epidemia de SIDA para 2030, lo que implica alcanzar tres objetivos globales. El primero es asegurar que las personas con VIH viven una vida larga y saludable, lo que significa que todas ellas sepan que est¨¢n infectadas, reciban tratamiento antirretrov¨ªrico (TAR) y tengan niveles indetectables de viremia (carga v¨ªrica suprimida). El segundo objetivo es reducir el n¨²mero de nuevas infecciones por VIH. El tercero, eliminar el estigma y la discriminaci¨®n relacionados con el VIH. Adem¨¢s, los alcaldes de tres grandes ciudades (Almaty, en Kazajst¨¢n, y Bishkek y Osh, en Kirguist¨¢n) se han comprometido a poner a las ciudades en la v¨ªa r¨¢pida para acabar con la epidemia del VIH.?
Las estimaciones m¨¢s recientes de ONUSIDA muestran que en 2018 hab¨ªa 26.000 personas infectadas por VIH en Kazajst¨¢n, 8.500 en Kirguist¨¢n y 13.000 en Tayikist¨¢n2. En los ¨²ltimos a?os, los tres pa¨ªses han realizado grandes progresos en lo que se refiere a garantizar que m¨¢s personas se sometan a pruebas de detecci¨®n del VIH y comiencen a recibir TAR. No obstante, de acuerdo con los datos nacionales comunicados en octubre de 2019, la proporci¨®n estimada de personas infectadas por VIH con viremia suprimida en la regi¨®n permanece muy por debajo de la meta deseada del 73 % necesario para invertir la curva de la epidemia del VIH (Gr¨¢fico 1).
Existen muchos factores que contin¨²an alimentando y favoreciendo la epidemia del VIH, y dificultando la articulaci¨®n de respuestas eficaces. Por consiguiente, a pesar del progreso y los compromisos logrados, resulta improbable alcanzar un control eficaz de la epidemia para 2020 en Asia Central.
Consumo de drogas inyectables. Asia Central se ubica en la ruta del tr¨¢fico de Afganist¨¢n a Europa, motivo por el que los opi¨¢ceos son relativamente accesibles y las tasas de consumo son m¨¢s elevadas. El creciente n¨²mero de personas que se inyectan catinonas sint¨¦ticas (¡°sales de ba?o¡±) y otras drogas no opi¨¢ceas supone un reto adicional para los esfuerzos de prevenci¨®n del VIH. A finales de 2018, seg¨²n los datos del programa nacional de lucha contra el VIH, aproximadamente el 40 % de las personas con VIH en Kazajst¨¢n y Kirguist¨¢n, y el 30 % en Tayikist¨¢n declararon haber consumido o consumir drogas inyectables.3?Asimismo, las parejas sexuales de las personas que se inyectan drogas (PWID) representaban una proporci¨®n considerable de todas las infecciones por VIH transmitidas sexualmente. Un aspecto inherente al control de la droga y al tratamiento de la drogodependencia en los pa¨ªses de Asia Central ha sido el excesivo ¨¦nfasis en las medidas punitivas. El registro obligatorio de todas las personas con trastornos adictivos conduce a la restricci¨®n de sus derechos civiles, incluida la empleabilidad, y a la reticencia por parte de las personas que se inyectan drogas a recurrir a los servicios sanitarios. La penalizaci¨®n del consumo de drogas ha dado lugar asimismo a elevadas tasas de encarcelamiento. Tambi¨¦n contribuyen a la diseminaci¨®n del VIH el acceso limitado a opciones integrales de reducci¨®n de da?os durante la reclusi¨®n, la falta de apoyo eficaz al cumplimiento para los reclusos con VIH, y la continuaci¨®n limitada de la atenci¨®n para las personas con VIH que ingresan en un centro penitenciario o salen de este.
Es un hecho ampliamente reconocido que los programas de distribuci¨®n de agujas y jeringuillas y el tratamiento con agonistas opi¨¢ceos disminuyen la incidencia del VIH entre las personas que se inyectan drogas. El tratamiento con agonistas opi¨¢ceos tambi¨¦n apoya el cumplimiento del TAR por parte de las personas con VIH. Las opciones de tratamiento farmacol¨®gico de calidad para la drogodependencia, rehabilitaci¨®n, recuperaci¨®n y reintegraci¨®n social son limitadas. El acceso a los tratamientos con agonistas opi¨¢ceos basados en la metadona se mantiene en un nivel alarmantemente bajo en la regi¨®n: menos del 5 % del n¨²mero estimado de personas que se inyectan drogas se benefician de los programas existentes.4?A fin de ampliar el acceso al tratamiento, los pa¨ªses tienen previsto realizar pruebas con tratamientos con agonistas opi¨¢ceos basados en la buprenorfina. Ni siquiera se han discutido a¨²n otras formas de tratamiento de mantenimiento, como las basadas en la naltrexona de liberaci¨®n prolongada, la morfina y la hero¨ªna para uso m¨¦dico.
Elevada movilidad. Kazajst¨¢n delimita con Rusia, que es el pa¨ªs europeo con la mayor parte de los nuevos diagn¨®sticos de infecci¨®n por VIH. Asimismo, es uno de los principales destinos de los trabajadores migrantes procedentes de toda la regi¨®n de Asia Central. De hecho, en los ¨²ltimos a?os, la movilidad se ha convertido en un importante factor de riesgo para la transmisi¨®n del VIH: el 17,3 % de las personas a las que se diagnostic¨® VIH en 2018 en Tayikist¨¢n declararon haber migrado recientemente y no haber consumido drogas inyectables. Los programas para garantizar las intervenciones transfronterizas de prevenci¨®n y tratamiento del VIH dirigidas a las poblaciones migrantes se limitan a unos pocos proyectos piloto fragmentados y dejan a la mayor¨ªa de los migrantes con VIH sin acceso al tratamiento antirretrov¨ªrico.
Estigma y discriminaci¨®n. El estigma del VIH y la discriminaci¨®n hacia las personas con VIH por parte de las fuerzas policiales, el personal sanitario y los miembros de sus propias comunidades siguen poniendo trabas al control eficaz de la epidemia del VIH. Las costumbres relacionadas con la tradici¨®n, las creencias religiosas y las normas de g¨¦nero que desalientan el debate en torno a la conducta sexual, incluso entre adultos, obstaculizan la prevenci¨®n exitosa del VIH y los esfuerzos de realizaci¨®n de pruebas selectivas. La epidemia mundial del VIH siempre ha estado ligada a los hombres que mantienen relaciones homosexuales, pero el VIH en esta poblaci¨®n es un tema poco estudiado en la regi¨®n. Las personas transg¨¦nero y los hombres que mantienen relaciones homosexuales se enfrentan a una fuerte presi¨®n social y estigmatizaci¨®n, con frecuentes casos de violencia contra miembros de la comunidad, lo que tambi¨¦n limita el acceso a los servicios.
Prestaci¨®n de servicios y retos program¨¢ticos. Debido a las restricciones de financiaci¨®n y las r¨ªgidas normativas burocr¨¢ticas relacionadas con la prestaci¨®n de servicios sanitarios, los pa¨ªses de Asia Central han avanzado con relativa lentitud en lo que se refiere a la adopci¨®n de enfoques innovadores y progresistas para la programaci¨®n de la prevenci¨®n y el tratamiento del VIH. La mayor¨ªa de las pruebas de detecci¨®n del VIH se realizan por iniciativa de los proveedores sanitarios. Las opciones comunitarias y de autodiagn¨®stico del VIH son limitadas. Los algoritmos de las pruebas de detecci¨®n del VIH son complejos y la confirmaci¨®n del diagn¨®stico puede tardar bastante tiempo. La transici¨®n hacia tratamientos m¨¢s nuevos y eficaces basados en el dolutegravir ha sido lenta, y muchas personas reciben tratamientos de varios comprimidos menos tolerables y con una mayor tendencia a la farmacorresistencia. La profilaxis previa a la exposici¨®n, un m¨¦todo eficaz para prevenir la transmisi¨®n del VIH entre personas con un alto riesgo de contraerlo, a¨²n no est¨¢ totalmente extendida en Asia Central.
°ä´Ç²Ô³¦±ô³Ü²õ¾±¨®²Ô. Para lograr el control de la epidemia del VIH, los pa¨ªses de Asia Central deber¨¢n abordar los factores fundamentales que favorecen la transmisi¨®n del VIH e impiden la participaci¨®n de las personas con VIH y las poblaciones clave, como las personas drogodependientes, las personas transg¨¦nero y homosexuales, y otros hombres que mantienen relaciones con hombres, en programas eficaces de prevenci¨®n y tratamiento. Esto incluye una tolerancia cero ante el estigma y la discriminaci¨®n relacionados con el VIH, y una defensa intensiva para superar los profundos prejuicios sociales contra las poblaciones clave, as¨ª como esfuerzos concertados para ajustar a necesidades espec¨ªficas las respuestas contra el VIH. El control de la epidemia requerir¨¢ asimismo la despenalizaci¨®n del consumo de drogas, y la eliminaci¨®n del requisito y la pr¨¢ctica de registro de las personas con trastornos de drogodependencia. La programaci¨®n en torno al VIH debe dejar atr¨¢s el enfoque vertical y basarse en una participaci¨®n comunitaria m¨¢s activa y significativa. La prevenci¨®n de nuevas infecciones por VIH requerir¨¢ la ampliaci¨®n del acceso a intervenciones clave de prevenci¨®n primaria basadas en pruebas, como los programas de reducci¨®n de da?os y de mantenimiento con f¨¢rmacos para las personas que se inyectan drogas. Adem¨¢s, resulta urgente adoptar innovaciones, incluida la expansi¨®n de las opciones de autodiagn¨®stico, la profilaxis previa a la exposici¨®n y la distribuci¨®n comunitaria. Teniendo en cuenta la disminuci¨®n en la financiaci¨®n externa para la lucha contra el VIH en los pa¨ªses de Asia Central, tambi¨¦n es fundamental reunir una fuerte voluntad pol¨ªtica y garantizar la optimizaci¨®n de los recursos nacionales para permitir la implementaci¨®n de intervenciones con base emp¨ªrica para la prevenci¨®n del VIH, la realizaci¨®n de pruebas, la vinculaci¨®n al tratamiento y el apoyo al cumplimiento.
La autora agradece el apoyo de la Sra. Sarina Dane, oficial superior de proyectos en ICAP, Universidad de Columbia, en el desarrollo de este art¨ªculo.
Notas
[1] Declaraci¨®n pol¨ªtica sobre el VIH y el SIDA: en la v¨ªa r¨¢pida para acelerar la lucha contra el VIH y poner fin a la epidemia del SIDA para 2030 (A/RES/70/266). Disponible en .
[2] Datos disponibles en
[3] Anna P. Deryabina y Wafaa M. El-Sadr, ¡°Optimizing HIV prevention and treatment outcomes for persons with substance use in Central Asia: what will it take?¡±, Current Opinion in HIV and AIDS, vol. 14, n¨²m. 5 (septiembre de 2019).? Disponible en .
[4]?Ibid.
2 de diciembre de 2019
La Cr¨®nica ONU no constituye un registro oficial. Las opiniones expresadas por autores individuales, as¨ª como las fronteras y los?nombres mostrados en las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n de car¨¢cter oficial por parte de las Naciones Unidas.??
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La Cr¨®nica?ONU??no?constituye un registro oficial. Tiene el privilegio de acoger a los altos funcionarios de las Naciones Unidas, as¨ª como a distinguidos colaboradores de fuera del sistema de las Naciones Unidas cuyas opiniones no son necesariamente las de las Naciones Unidas. Del mismo modo, las fronteras y los nombres que se muestran y las designaciones utilizadas en los mapas o en los art¨ªculos no implican necesariamente un apoyo o una aceptaci¨®n por parte de las Naciones Unidas.?