22 julio 2020

La pandemia del COVID-19 ha expuesto las fallas, fisuras y fragilidades de las sociedades y econom¨ªas de todo el mundo, y la regi¨®n ¨¢rabe no es la excepci¨®n.

La regi¨®n cuenta con una diversidad y un potencial inmensos; aun as¨ª, todos los pa¨ªses ¨¢rabes ¡ªya sean ricos en petr¨®leo, de ingreso mediano o menos adelantados¡ª tienen dificultades para responder a la pandemia.

La pandemia mundial ha hecho patentes ciertos problemas end¨¦micos.

Algunas comunidades se ven especialmente afectadas, como las mujeres, los migrantes ¡ªque representan el 40?% de la fuerza de trabajo¡ª y los 55 millones de personas que ya dependen de la asistencia humanitaria para sobrevivir.

La econom¨ªa regional ha sufrido m¨²ltiples conmociones, tanto por el virus como por la marcada ca¨ªda de los precios del petr¨®leo, las remesas y el turismo.

Las previsiones econ¨®micas son las m¨¢s bajas de los ¨²ltimos 50 a?os.

Se prev¨¦ que la econom¨ªa regional se contraiga m¨¢s del 5?%, y que en algunos pa¨ªses la contracci¨®n llegue a los dos d¨ªgitos.

Millones de personas m¨¢s han descendido en la escala econ¨®mica, por lo cual es posible que una cuarta parte de la poblaci¨®n ¨¢rabe viva en la pobreza.

En una regi¨®n que ya est¨¢ plagada de tensiones y desigualdades, esto tendr¨¢ profundas consecuencias para la estabilidad pol¨ªtica y social.

Algunas comunidades se ven especialmente afectadas, como las mujeres, los migrantes ¡ªque representan el 40?% de la fuerza de trabajo¡ª y los 55 millones de personas que ya dependen de la asistencia humanitaria para sobrevivir.

Las personas que han quedado atrapadas en medio de conflictos armados padecen especiales dificultades, sobre todo los 26 millones de refugiados y desplazados internos, uno de los grupos m¨¢s expuestos al virus.

Pese a todo, la pandemia del COVID-19 tambi¨¦n puede ser una oportunidad para solucionar conflictos prolongados y encarar los puntos d¨¦biles estructurales.

Son cuatro los conjuntos de prioridades que pueden orientar la respuesta para reconstruir mejor y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En primer lugar est¨¢n las medidas inmediatas para frenar la propagaci¨®n de la enfermedad, poner fin a los conflictos y satisfacer las necesidades urgentes de los m¨¢s vulnerables.

Esas medidas implican dar prioridad a la atenci¨®n m¨¦dica vital que se presta a las v¨ªctimas del COVID-19, respetando el llamamiento a un alto el fuego internacional; garantizar la asistencia humanitaria a los m¨¢s vulnerables, incluidos los refugiados, los desplazados y las comunidades de acogida; prestar apoyo de emergencia a las personas y los hogares; y empezar a actuar para aliviar la deuda, promover el comercio y ampliar el socorro, por ejemplo mediante un fondo de solidaridad regional.

En segundo lugar, debemos intensificar los esfuerzos para encarar las desigualdades invirtiendo en la salud y la educaci¨®n universales, en pisos de protecci¨®n social y en tecnolog¨ªa.

La regi¨®n presenta la mayor brecha de g¨¦nero en el desarrollo humano de todo el mundo. La recuperaci¨®n del COVID-19 es una oportunidad para invertir en las mujeres y las ni?as y garantizar la igualdad de derechos y participaci¨®n, lo que tendr¨¢ beneficios duraderos para todos.

La educaci¨®n y las oportunidades tambi¨¦n son fundamentales para la poblaci¨®n joven de la regi¨®n, que padece un desempleo cinco veces superior al de la poblaci¨®n adulta. Con las inversiones adecuadas, la juventud ¨¢rabe, que ahora es el grupo etario m¨¢s numeroso de la regi¨®n, tambi¨¦n puede ser su mayor baza.

En tercer lugar, hay que impulsar la recuperaci¨®n econ¨®mica reimaginando el modelo econ¨®mico regional en favor de econom¨ªas verdes y m¨¢s diversificadas.

Eso significa crear empleos decentes y sostenibles, introducir medidas de progresividad fiscal, eliminar los subsidios a los combustibles f¨®siles y tener m¨¢s en cuenta los riesgos clim¨¢ticos.

En cuarto lugar, es hora de dar prioridad a los derechos humanos, garantizar una sociedad civil pujante y medios de comunicaci¨®n libres y crear instituciones m¨¢s responsables que aumenten la confianza de la ciudadan¨ªa y refuercen el contrato social.

Todas estas medidas son fundamentales para ayudar a la regi¨®n ¨¢rabe a reconstruirse mejor y tener m¨¢s capacidad de resistir futuras conmociones.

La regi¨®n ¨¢rabe puede lograr esos resultados aprovechando al m¨¢ximo el notable potencial, la compasi¨®n y el ingenio de su pueblo.

Juntos podemos convertir una crisis en una oportunidad: hag¨¢moslo por el bien de la regi¨®n y tambi¨¦n de nuestro mundo. Muchas gracias.