Este a?o se celebra el 150? aniversario de la Organización Meteorológica Internacional, entidad predecesora de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). También es el 60? aniversario del Programa de Vigilancia Meteorológica Mundial (WWW, por sus siglas en inglés), una iniciativa que probablemente, tenga la misma relevancia en nuestra vida cotidiana que la bien conocida World Wide Web.
Somos el segundo organismo más antiguo de las Naciones Unidas y nos enorgullece haber creado un modelo de referencia para la cooperación internacional. En los últimos 150 a?os, los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales han recopilado y normalizado datos que sirven para realizar las previsiones meteorológicas que actualmente damos por ciertas. La historia del intercambio de datos de la OMM es un caso de éxito en el ámbito de la colaboración y la coordinación científicas para salvar vidas y medios de subsistencia.
Comenzamos nuestra andadura en la época del código Morse y los telegramas para enviar las previsiones. Las supercomputadoras y la tecnología de satélites están abriendo nuevos horizontes para lograr unas predicciones meteorológicas y climáticas cada vez más fiables en el marco de un planteamiento integrado de sistema terrestre.
Por tanto, el Día Meteorológico Mundial, que se celebra el 23 de marzo, será una ocasión para conmemorar los numerosos logros de la comunidad meteorológica y para anticipar oportunidades y retos. El tema de este a?o es "El futuro del tiempo, el clima y el agua a través de las generaciones".
Alertas Tempranas para Todos
El Congreso Meteorológico Mundial, con capacidad de adoptar decisiones, se reúne en mayo y se centrará en las futuras prioridades estratégicas para promover nuestra visión de un mundo más resiliente a las condiciones extremas del tiempo, el clima y el agua, así como otros acontecimientos medioambientales.
Nuestra más absoluta prioridad es la iniciativa Alertas Tempranas para Todos de las Naciones Unidas, anunciada por su Secretario General António Guterres, con motivo del Día Meteorológico Mundial de 2022. Hemos recibido un fuerte apoyo tanto de países desarrollados como de países en desarrollo. El plan de acción de Alertas Tempranas para Todos de las Naciones Unidas se lanzó durante la Cumbre de Dirigentes Mundiales celebrada en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2022 (COP 27). El plan reclama nuevas inversiones selectivas iniciales de 3.100 millones de dólares para garantizar que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos frente a una climatología peligrosa en 2027.
Puede que la cifra parezca excesiva, pero equivale a tan solo 50 centavos por persona al a?o, y las inversiones parecerían insignificantes en comparación con los beneficios que se obtendrían. Además, es una ínfima parte (solo el 6%) de los 50.000 millones de USD requeridos en concepto de financiación para la adaptación al cambio climático. Estas inversiones abarcarían sistemas de conocimiento, observaciones y previsión del riesgo de desastres, preparación y respuesta, así como comunicación de alertas tempranas.
La OMM se ha asociado con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para avanzar en los distintos pilares de la iniciativa.
Existe una necesidad imperiosa. El número de desastres registrados se ha multiplicado por cinco, en parte debido al cambio climático y las condiciones meteorológicas más extremas de origen antropogénico, y se espera que esta tendencia continúe. Las áreas urbanas ubicadas a poca altitud y altamente pobladas son especialmente vulnerables, sobre todo teniendo en cuenta que muchos peligros tienen un efecto combinado y en cascada.
Los avances en la previsión y las alertas tempranas coordinadas, así como la acción temprana, han logrado reducir en los últimos 50 a?os el número de fallecimientos provocados por la climatología. Así ha quedado manifiesto en el caso del ciclón tropical Freddy, que ha azotado dos veces Madagascar y Mozambique en febrero y marzo de este a?o. Los efectos socioeconómicos han sido descomunales, pero los fallecidos no han sido tan numerosos gracias a unas alertas precisas y oportunas.
Un aviso de 24 horas antes de que se produzca una situación peligrosa podría bastar para reducir un 30% los perjuicios causados. La Comisión Mundial de Adaptación se?ala que una inversión en dichos sistemas de tan solo 800 millones de dólares en los países en desarrollo podría evitar pérdidas de entre 3.000 y 16.000 millones de dólares al a?o.
Las alertas tempranas funcionan, pero deben ser eficaces para todos.
La mitad de los miembros de la OMM siguen sin tener sistemas de alerta temprana multirriesgos y debemos subsanar las deficiencias del sistema de observación básico, sobre todo en los países menos adelantados y los peque?os Estados insulares en desarrollo.
Las alertas tempranas son la opción más factible de la adaptación al cambio climático, algo que ha dejado de considerarse un lujo para convertirse en un imperativo. Según el Foro Económico Mundial, de cara a los próximos 10 a?os, los principales riesgos para la economía mundial son la falta de medidas para mitigar el cambio climático, la falta de adaptación al cambio climático y los desastres naturales.
Al menos la mitad de todos los desastres están relacionados con el agua. En la?, que se celebrará en Nueva York (de 22 al 24 de marzo), la OMM demostrará de qué manera se están incrementando los peligros relacionados con el agua, como las inundaciones y las sequías. El cambio climático y el deshielo de los glaciares también provocarán un mayor estrés hídrico. Es esencial mejorar la vigilancia y la gestión del agua, y, por ello, la OMM está desarrollando un sistema mundial de información sobre el agua para promover el libre intercambio de datos hidrológicos.
Vigilancia de los gases de efecto invernadero
El cambio climático es el principal problema de nuestra época. La manera en que respondamos a este desafío determinará el futuro del planeta y de nuestros hijos y nietos. Esta cuestión se destacará en el Informe de Síntesis del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.
La temperatura media mundial es actualmente más de 1,1 ?C superior a la que existía hace 150 a?os, cuando se fundó la OMI. Nuestra climatología es más extrema, los océanos se están calentando y sufren un proceso de acidificación, los niveles del mar han aumentado y los glaciares y el hielo se están derritiendo. El ritmo del cambio climático se está acelerando.
Los niveles atmosféricos de los gases de efecto invernadero siguen en máximos históricos. Y, aun así, actualmente no existe un sistema internacional de intercambio de datos exhaustivos y oportunos relativos a las observaciones terrestres y espaciales de gases de efecto invernadero.
Para llenar ese vacío, la OMM tiene previsto desarrollar una infraestructura mundial de vigilancia de los gases de efecto invernadero.? La infraestructura ampliaría y consolidaría las actividades tradicionales de la OMM en materia de vigilancia de los gases de efecto invernadero bajo la supervisión de Vigilancia de la Atmósfera Global y del Sistema Mundial Integrado de Información sobre los Gases de Efecto Invernadero.
Sin embargo, sigue habiendo incertidumbres, especialmente en lo que respecta al papel del ciclo de carbono de los océanos, la tierra y la biosfera terrestre y las zonas de permafrost. Por tanto, es necesario llevar a cabo la vigilancia de los gases de efecto invernadero dentro de un marco integrado del sistema terrestre para representar las fuentes y sumideros naturales de carbono, teniendo en cuenta tanto su funcionamiento actual como su evolución futura como consecuencia del cambio climático.? De esta forma obtendremos una información y un apoyo vitales para ejecutar el Acuerdo de París.
La OMM coordinaría las actividades en un contexto internacional colaborativo para aprovechar todas las capacidades existentes de vigilancia de los gases de efecto invernadero —sistemas de observación espaciales y terrestres, así como todas las capacidades pertinentes de modelización y asimilación de datos— en un marco operativo integrado, con arreglo a la resolución.
Muchas de las actividades internacionales y nacionales actuales en el ámbito de los gases de efecto invernadero están apoyadas principalmente por la comunidad investigadora. En estos momentos no existe un sistema internacional de intercambio de datos exhaustivos y oportunos relativos a las observaciones terrestres y espaciales de los gases de efecto invernadero o productos de modelización.
El concepto para el nuevo planteamiento se basa en el excelente Programa de Vigilancia Meteorológica Mundial, puesto en funcionamiento al inicio de la era de los satélites.
Los satélites y las supercomputadoras han revolucionado las previsiones meteorológicas. El futuro es apasionante: nuestro propósito es impulsar una modelización climática a escala kilométrica para realizar mejores simulaciones de la física de las nubes, de los futuros riesgos de inundación y sequía, y, por ejemplo, de la velocidad a la que se derriten los glaciares en la Antártida. Es necesario que se cree un consorcio de países con recursos informáticos de alto rendimiento para alcanzar ese nivel de previsión en un futuro próximo.
Nuestro ciclo meteorológico, climático e hidrológico del futuro no se parecerá al del pasado. Los servicios meteorológicos, climáticos e hidrológicos nos ayudarán a abordar los restos asociados y a aprovechar las oportunidades.
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