La educación superior puede transformar el panorama de los reasentamientos de refugiados. Las personas refugiadas enfrentan muchas barreras al buscar servicios sociales y de salud, frecuentemente sin el apoyo financiero y social adecuado, y todo esto mientras afrontan el estrés y el trauma del reasentamiento. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los refugiados no cuentan con los antecedentes crediticios y el número de seguro social necesario para garantizar una vivienda segura y accesible a su llegada. La doctora Diya Abdo, fundadora de Cada Campo es un Refugio (ECAR por sus siglas en inglés), expone en este artículo la manera en que las instituciones de educación superior pueden apoyar la correcta integración de los refugiados.
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Las universidades cuentan con las instalaciones y los recursos humanos necesarios para proveer de vivienda temporal y apoyo comunitario a los refugiados.
Fundado en 2015 en el Colegio Guilford en California del Norte, Estados Unidos, Cada Campo es un Refugio (ECAR) revoluciona el reasentamiento de personas refugiadas y destaca las misiones educativas, de investigación y de servicio de universidades y colegios. ECAR fue inspirado por el Papa Francisco, quien pidió a cada parroquia en Europa hospedar a una familia de refugiados. Al igual que las parroquias, los campus de las universidades y colegios se asemejan a peque?as ciudades y cuentan con todo lo necesario (viviendas, cafeterías, clínicas, y una gran cantidad de recursos humanos y experiencia) para hacer lo mismo. Esta iniciativa asocia a las universidades y colegios con las agencias locales de reasentamientos para aprovechar los recursos subutilizados por los campus y brindar a los recién llegados el apoyo que tanto necesitan. (Este mapa permite a cualquier universidad de los Estados Unidos encontrar la agencia de reasentamiento de refugiados más cercana).
Bajo el modelo de ECAR, una agencia de reasentamiento de refugiados asigna casos de este tipo (individuales, parejas, o familias) a una universidad o colegio y supervisa sus experiencias. Entonces, los refugiados aprovechan las viviendas temporales gratis y servicios públicos y acceden a las instalaciones y amenidades del campus. Debido a que ECAR fue construido en torno a las prioridades identificadas por la comunidad, así como a la dignidad de los recién llegados, el programa crea asociaciones sustentables entre las universidades y organizaciones y las comunidades locales para facilitar el acceso de los refugiados a servicios de educación, salud, sociales y culturales más allá del proceso común de reasentamiento en los Estados Unidos. Estudiantes, profesores, personal y la comunidad son validados y entrenados como voluntarios culturalmente receptivos para proveer apoyo a la gestión de estos casos. Ellos dan la bienvenida en el aeropuerto, preparan el alojamiento en el campus, colectan fondos y donaciones, comparten alimentos, actúan como agentes culturales, ofrecen servicios de interpretación, ayudan con el cuidado de ni?os y la búsqueda de trabajo, hacen citas importantes de reasentamiento, y ayudan con las compras, el transporte, a completar los documentos gubernamentales, y a mudarse fuera del campus. En el Colegio Guilford, los estudiantes pueden participar en los Estudios de Migración Forzada y Reasentamientos, y ganar créditos por acoger refugiados en el campus de la universidad y ayudarlos en su reasentamiento.
Una vez que los refugiados estén preparados económicamente (frecuentemente después de 5 a 8 meses) se mudan a viviendas seguras de su elección fuera del campus, pero continúan gozando del apoyo de ECAR. El resultado es una adaptación más amena y un comienzo más digno para los recién llegados.
El campus del Colegio Guilford ha albergado hasta ahora 66 refugiados; 18 evacuados afganos serán albergados en el campus de la universidad en enero de 2022. ECAR ha sido aplicado por diez universidades y colegios de diferentes tama?os, como la Universidad Wake Forest (en Carolina del Norte), el Colegio Lafayette (en Pensilvania) y el Colegio Northampton Community (en Pensilvania); otras instituciones (como el Colegio Russell Sage en Nueva York y la Universidad Old Dominion, una institución pública en Virginia) se unieron recientemente, atendiendo a la necesidad urgente de alojamiento inmediato y apoyo comunitario para los evacuados afganos. ECAR espera que al menos diez por ciento de las universidades y colegios en Estados Unidos se comprometan en sus esfuerzos durante los próximos tres a?os.
La investigación realizada por el Colegio Guilford muestra un gran impacto: más de una docena de refugiados acogidos reportaron una mayor sensación de estabilidad financiera y pertenencia, mientras que muchos estudiantes voluntarios reportaron un crecimiento en el conocimiento y comprensión de los problemas relacionados a los refugiados y migrantes. Esto se debe a que tal modelo amplía la tendencia a movilizar mayores recursos de educación para apoyar el desarrollo profesional y el bienestar de los refugiados.
Como un ejemplo importante, el departamento de arte de un campus de ECAR proporcionó a uno de sus invitados refugiados, Ali Al-Khasrachi, acceso a un estudio privado y materiales de arte. Al-Khasrachi es un artista y calígrafo iraquí que viajó a Estados Unidos con una visa especial de inmigrante con su esposa y sus tres hijos. Fue posible para él crear nuevas piezas de arte que fueron exhibidas en la galería del campus y, como resultado, seleccionadas para una gran galería de arte en la ciudad. Estas oportunidades le permitieron comercializar su trabajo, que ahora hace por encargo. Esta experiencia, comentó Al-Khasrachi, lo ha hecho sentirse esperanzado acerca de su calidad de vida en los Estados Unidos.
La ense?anza de esta historia es que los recursos de los campus y el apoyo de la comunidad pueden proveer oportunidades importantes para los refugiados; el modelo ECAR atiende a la persona “en su totalidad”, asegurando un reasentamiento significativo donde los refugiados prosperen, en lugar de sólo sobrevivir, y mejorando su salud física y mental. Como Ali, otros invitados refugiados de ECAR han disfrutado el acceso a recursos (por ejemplo, clubs deportivos, orquestas musicales y la granja del campus) de manera que puedan desarrollar sus pasiones, dones y talentos. La historia de Ali también nos muestra cómo estos recursos y oportunidades rompen las barreras para el éxito económico y la movilidad. Los pedidos de las obras de arte de Ali le han proporcionado ingresos adicionales, permitiendo a su familia comprar una casa y recibir a otros ni?os en sus vidas. Las personas que disfrutan de las obras de arte de Ali y quienes son ahora sus vecinos, se benefician de manera muy importante del reasentamiento exitoso de refugiados.
Los refugiados enriquecen nuestras comunidades y vidas. El modelo ECAR puede generar una infraestructura significativa para el reasentamiento y el apoyo a los refugiados. Incluso si sólo el 10 por ciento de las universidades y colegios en los Estados Unidos alojaran a sólo una de cada cinco familias, miles de refugiados podrían acceder inmediata y dignamente a los servicios y el apoyo de los reasentamientos. Varios miembros de ECAR (como el Colegio Guilford, la Universidad Wake Forest, o el Colegio Lafayette) continuarán albergando familias de refugiados durante muchos a?os más, representando la capacidad de un sistema sustentable de vivienda y apoyo comunitario más allá de la crisis actual, y basado en la dignidad para los recién llegados.
Guiado por las mejores prácticas y las prioridades identificadas por la comunidad, el apoyo a los refugios en los campus podría aumentar significativamente la capacidad en los reasentamientos en Estados Unidos e involucrar a sus estudiantes en oportunidades significativas de crédito y de servicio. Es nuestro ideal que las “peque?as comunidades” de universidades y colegios presten atención al llamado del Papa Francisco alrededor del mundo. ?Tu universidad será un próximo refugio?