26 febrero 2010

Quienes estamos preocupados por la violencia contra las mujeres y las ni?as refugiadas estaremos de acuerdo en dos cosas: la primera es que se trata de un problema grave por su magnitud y la segunda es que aunque ha habido muchos intentos por abordar el problema durante las 迆ltimas tres d谷cadas, queda por evaluar la efectividad de los resultados.

Las mujeres y las ni?as refugiadas est芍n expuestas a m迆ltiples formas de violencia. El desplazamiento que trae consigo vivir en lugares en los que se producen conflictos armados convierte a las mujeres y ni?as en v赤ctimas de asesinatos, violaciones, esclavitud sexual, prostituci車n forzada, trata de personas y pobreza extrema y las expone a un mayor riesgo de violencia infligida por sus parejas, familiares o los miembros de su comunidad. Un informe reciente del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, seg迆n el cual medio mill車n de mujeres fueron violadas en Rwanda durante el genocidio de 1994, pone de manifiesto la gravedad del problema . Adem芍s, el informe indica que se denunciaron 60.000 casos de violaciones de mujeres en Croacia y Bosnia y Herzegovina durante el conflicto en la ex Yugoslavia. Otra publicaci車n reciente, basada en un estudio del a?o 2000, contiene cifras alarmantes similares : entre 50.000 y 64.000 desplazadas internas fueron sometidas a abusos sexuales durante el conflicto armado de Sierra Leona. Esta misma fuente se?ala adem芍s que tan solo entre octubre de 2004 y febrero de 2005, M谷dicos Sin Fronteras dispens車 tratamiento a 500 mujeres que hab赤an sido violadas en Darfur.
A nivel internacional, se han adoptado importantes medidas con el fin de combatir la violencia contra las mujeres. En 1993, las Naciones Unidas aprobaron la Declaraci車n sobre la eliminaci車n de la violencia contra la mujer. Asimismo, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de 1998 incluy車 la violaci車n, la esclavitud sexual, la prostituci車n forzada, el embarazo forzado y la esterilizaci車n forzada en la lista de cr赤menes de lesa humanidad. De hecho, la mitad de los procesados por la Corte Penal Internacional fueron acusados de violaci車n o agresi車n sexual. Lo mismo ocurri車 con los procesados por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, el Tribunal Penal Internacional para Rwanda y el Tribunal Especial para Sierra Leona .

La Convenci車n sobre la eliminaci車n de todas las formas de discriminaci車n contra la mujer, aprobada en 1979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, es el instrumento internacional m芍s exhaustivo que existe para considerar los diferentes tipos de violaciones de los derechos de las mujeres. Aunque esta Convenci車n no menciona expresamente la violencia, el comit谷 encargado de interpretarla y de supervisar su aplicaci車n por parte de los Estados incluy車 en su recomendaci車n general n迆m. 19 de 1992 la obligaci車n de los Estados partes de adoptar las medidas necesarias con el fin de erradicar la violencia contra las mujeres en sus respectivos pa赤ses.

Para fortalecer los derechos de las mujeres y las ni?as refugiadas y combatir los actos de violencia cometidos contra ellas, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) formul車 una serie de pol赤ticas. En 1991, public車 la Gu赤a para la protecci車n de mujeres refugiadas . Este documento introdujo medidas normativas para el dise?o de programas dirigidas al personal del ACNUR y sus asociados en la ejecuci車n con el fin de llenar las lagunas espec赤ficas que pudieran existir en el 芍mbito de la protecci車n de las mujeres refugiadas. Entre dichas medidas se encontraban la falta de seguridad en la configuraci車n de los campamentos de refugiados y los procedimientos para la distribuci車n de la ayuda, lo cual expone a las mujeres a situaciones de posible violencia sexual y las priva de recursos vitales. Cuatro a?os despu谷s, en 1995, el ACNUR public車 el documento titulado "Violencia sexual contra los refugiados: directrices relativas a su prevenci車n y respuesta", que pretend赤a establecer un marco de acci車n para las organizaciones de las Naciones Unidas y las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajan con los refugiados. La gu赤a, que fue actualizada en 2003, no se refiere solamente a los refugiados, sino tambi谷n a los repatriados y los desplazados internos. Adem芍s, este 迆ltimo documento del ACNUR pone de relieve un nuevo enfoque preventivo del problema de la violencia sexual y la violencia basada en el g谷nero.
En 2000 se present車 una nueva pol赤tica, los cinco compromisos del ACNUR con las mujeres refugiadas. Uno de los cinco compromisos se refiere a las estrategias para los pa赤ses en desarrollo destinadas a combatir la violencia sexual y basada en el g谷nero contra las mujeres y las ni?as refugiadas. Los dem芍s compromisos est芍n relacionados con las mujeres y las ni?as refugiadas que est芍n privadas de sus derechos por carecer de autonom赤a e iniciativa en los procesos de registro, distribuci車n de alimentos y toma de decisiones de los campamentos de refugiados.

Otro documento normativo importante del ACNUR es el titulado "Directrices Complementarias de 2000 sobre Procedimientos y Criterios para Determinar la Condici車n de Refugiado". Aunque no es un instrumento jur赤dicamente vinculante para determinar la condici車n de refugiado, promueve el reconocimiento del g谷nero como motivo de persecuci車n al considerar algunas solicitudes de la condici車n de refugiado. Se trata de un paso importante en la direcci車n correcta hacia la adopci車n de medidas de protecci車n con enfoque de g谷nero para las mujeres refugiadas, si bien a迆n es necesario considerar que los instrumentos internacionales, como la Convenci車n de las Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados de 1967, y la Convenci車n de la Organizaci車n de la Unidad Africana sobre los Refugiados de 1969, no identifican ni reconocen la persecuci車n por motivos de g谷nero como fundamento v芍lido para solicitar la condici車n de refugiado. Cabe citar las medidas positivas tomadas a nivel nacional a este respecto por los Gobiernos del Canad芍, los Estados Unidos de Am谷rica y Australia, que han establecido mecanismos legales para reconocer la persecuci車n por motivos de g谷nero como fundamento para otorgar la condici車n de refugiado .

Asimismo, las organizaciones no gubernamentales y un n迆mero creciente de organizaciones dirigidas por refugiados de varios pa赤ses desempe?an un papel importante y directo en ayudar a las mujeres y las ni?as refugiadas que son v赤ctimas de la violencia prest芍ndoles los servicios cotidianos que necesitan para su rehabilitaci車n, respaldo y empoderamiento .

Es encomiable que haya actores como los organismos de las Naciones Unidas y algunos Estados que se preocupan y se movilizan para que se entienda el problema de la violencia contra las mujeres refugiadas en toda su extensi車n y con todos los matices. Por ejemplo, algunos de los documentos normativos del ACNUR mencionados destacan c車mo la violencia contra las mujeres y las ni?as refugiadas se manifiesta de m迆ltiples formas que est芍n conectadas entre s赤. Por tanto, las violaciones y agresiones sexuales en gran escala, por un lado, y la pobreza extrema y las condiciones deplorables de la vivienda, por otro, pueden ser formas distintas de violencia: la primera de car芍cter sexual y la segunda de car芍cter estructural. Pero estos dos tipos de violencia tambi谷n est芍n interconectados en el sentido de que a menudo se basan en el g谷nero y se manifiestan por que las mujeres refugiadas se encuentran inmersas en relaciones y estructuras sociopol赤ticas desiguales y discriminatorias. Tenemos que determinar la vinculaci車n entre las distintas formas de violencia y esclarecer el significado de dicha conexi車n. Pero esto a迆n no se ha logrado de forma adecuada.
En el discurso p迆blico y en la labor de los actores interesados en lograrlo todav赤a no se aborda la violencia estructural de que son objeto las mujeres y las ni?as refugiadas y ni siquiera se percibe el car芍cter sexual terrible y denigrante de la misma. Quiz芍 se deba a que no hay una concienciaci車n generalizada de la conexi車n entre las diferentes formas de violencia contra las mujeres y las ni?as refugiadas. Y tal vez esto explique en parte la falta de voluntad y la ausencia de medidas legales, pol赤ticas y econ車micas satisfactorias de que adolecen hasta la fecha muchos pa赤ses de acogida cuando se plantean la necesidad de proteger a los refugiados en situaciones de desplazamiento prolongado. Las mujeres refugiadas que se encuentran en esta situaci車n son las que sufren las consecuencias de esta inacci車n, que se traduce en experiencias diarias de violencia estructural. Dichas mujeres tienen que enfrentarse a dificultades econ車micas con escasos medios de subsistencia o ninguno en absoluto; carecen de unos servicios sanitarios y educativos adecuados; viven en hogares insalubres y masificados donde son objeto de violencia sexual o corren el riesgo de serlo; sus opciones y recursos para tomar decisiones sobre sus actividades sexuales y reproductivas teniendo en cuenta su seguridad y su salud son nulos o muy limitados; y, sobre todo, viven en un estado de indefinici車n e inestabilidad.

No estoy negando la vulnerabilidad de los hombres y los ni?os refugiados en situaciones de desplazamiento prolongado ni que ellos no sean tambi谷n objeto de violencia, lo cual puede calificarse igualmente de violencia estructural. Sin embargo, hay formas inconfundibles en que la violencia estructural contra los refugiados se manifiesta en funci車n del g谷nero y de la marginaci車n que provoca. Por ejemplo, las mujeres refugiadas en estas condiciones siguen atendiendo a los familiares y los hijos, al mismo tiempo que realizan actividades que generan ingresos, como el trabajo dom谷stico o la prostituci車n, en las que son explotadas y sometidas a violencia f赤sica y sexual. Por tanto, la perspectiva de g谷nero y la caracterizaci車n basada en el g谷nero de la violencia estructural contra las mujeres y las ni?as refugiadas, particularmente en situaciones de desplazamiento prolongado, tienen que ponerse de relieve y tomarse en consideraci車n en la adopci車n de pol赤ticas y en la labor de concienciaci車n.

Por 迆ltimo, la cuesti車n de la clasificaci車n de las personas es intr赤nseca al trabajo que desempe?an el ACNUR y sus asociados en la ejecuci車n con el fin de ofrecer protecci車n y prestar servicios a los refugiados. Sin embargo, este proceso a veces socava el objetivo de esta labor, es decir, los retos que plantea la insuficiencia de fondos y servicios a menudo empuja al personal del ACNUR y a sus asociados en la ejecuci車n a crear y adoptar ideas estrictas y r赤gidas de c車mo debe ser la "mujer refugiada merecedora" de recibir sus servicios humanitarios. Esto puede ser especialmente perjudicial para las mujeres que sufren la violencia en formas difusas y "dif赤ciles de categorizar". Pongamos el ejemplo de una mujer refugiada de entre 30 y 40 a?os que vive en una situaci車n de desplazamiento prolongado en una zona urbana del Sur. Su marido la abandon車 y cuida sola de sus dos hijos; tiene problemas de salud por haberse dedicado durante a?os al trabajo dom谷stico y tiene que rechazar a diario las insinuaciones sexuales de los hombres de su vecindario. ?Qu谷 relaci車n y comparaci車n se puede hacer entre sus experiencias y necesidades de protecci車n y las de una refugiada de 15 a?os que ha sido violada por un hombre con el que comparte la vivienda o las de una refugiada de 21 a?os que fue violada durante la huida de su pa赤s de origen y ahora sufre los efectos f赤sicos y psicol車gicos de esta violencia sexual?, ?y c車mo podemos expresar estas diferentes experiencias de violencia con un lenguaje que tenga sentido y adoptar medidas normativas adecuadas que satisfagan las necesidades de estas mujeres y protejan sus derechos humanos? . Puesto que las realidades del desplazamiento y la violencia para muchas mujeres y ni?as refugiadas son heterog谷neas, complejas y din芍micas, necesitamos entender dichas experiencias, en todas sus variedades y dimensiones y disponer de pol赤ticas que se basen en dicho entendimiento. Se trata de una tarea necesaria, pero no por ello sencilla.

NOTAS

UNIFEM. Violence against Women-Facts and Figures, 2007. .
IRIN/OCHA. Broken bodies, broken dreams: violence against women exposed. Noviembre de 2005.
UNIFEM. Ib赤d.
Este documento normativo fue actualizado y sustituido por el Manual del ACNUR para la Protecci車n de Mujeres y Ni?as de 2008.
El Canad芍 public車 en 1993 sus Directrices sobre las mujeres que solicitan asilo alegando temor a la persecuci車n por motivos de g谷nero. Los Estados Unidos de Am谷rica siguieron su ejemplo en 1995 y Australia en 1996.
Para obtener una lista de dichas organizaciones, v谷ase ACNUR, Annual Consultations with Non-Governmental Organizations: Partner in Brief, Ginebra (Suiza), 2009.
Estas son experiencias reales de mujeres refugiadas que actuaron como informantes en alguno de los estudios (fase I) realizados sobre la poblaci車n de refugiados somal赤es en Egipto.

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