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El océano necesita urgentemente nuestra ayuda. Si permitimos que continúe el ciclo de deterioro en que se encuentra actualmente, los efectos perniciosos sobre las formas de vida que habitan en las aguas superficiales y profundas del océano y cerca de él pueden llegar a ser irreversibles.

Todas las formas de vida en este planeta dependen en última instancia de la salud del océano, por lo que frenar su deterioro es uno de los desafíos más importantes de nuestra era. Si queremos preservar la abundancia de recursos de nuestro planeta para nosotros y para las generaciones futuras, ha llegado el momento de actuar.

El carácter de los isle?os viene definido por el océano. Nacido y criado en Fiji, desde mi más tierna infancia consideré al océano la fuente esencial de sustento y vida. En el Fiji de mi infancia, nos ba?ábamos en un entorno donde las formas de vida eran abundantes. Procedentes del océano, los esponjosos cúmulos impulsados por los vientos alisios nos traían la fresca lluvia de la tarde que llenaba nuestros tanques de agua. Los pescadores reabastecían el mercado con sus capturas y las mujeres vendían marisco y algas comestibles en bolsas fabricadas con hojas de cocotero. Vivíamos en el corazón del océano.

En un artículo que escribí hace tiempo para esta revista (Crónica ONU vol. L, núm. 1, abril de 2013) describí la situación que en ese momento vivía Fiji, un peque?o Estado insular en desarrollo (PEID), destacando los desafíos ambientales y climáticos que se presentaban para garantizar la gestión sostenible de los recursos del océano. Refiriéndome a dichos desafíos, subrayé el hecho de que no eran exclusivos de mi país, sino comunes a todos los PEID.

Este artículo amplía la perspectiva de los PEID, presentando un panorama universal del estado de los océanos y demostrando que sus problemas actuales nos afectan en última instancia a todos, desde las naciones insulares hasta los países sin litoral y los Estados continentales. Esta perspectiva me lleva a la Conferencia sobre los Océanos, que se celebrará en la Sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, del 5 al 9 de junio de 2017. La Conferencia es muy posiblemente la mejor y la última oportunidad real para que el mundo se una en la adopción de las medidas integrales necesarias para invertir el deterioro de la salud de los océanos.

EL OC?ANO COMO SUSTENTO DE NUESTRO PLANETA

El océano nos une a todos. La abundancia de sus recursos, su energía ilimitada y sus indispensables rutas comerciales son vitales para nuestro planeta. La salud de los océanos es crucial para el bienestar de la humanidad; por eso ha llegado el momento de reconocer que la actividad humana, cada vez más intensa, ha puesto en peligro al océano.

Los océanos cubren tres cuartas partes de la superficie de la Tierra y contienen el 97% del agua del planeta, por tanto, guían las pautas meteorológicas mundiales, absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono generado por los seres humanos y actúan como un crucial mecanismo amortiguador de los efectos, cada vez más graves, del calentamiento de la Tierra. Más del 50% del oxígeno que respiramos proviene del océano. Los océanos albergan casi 200.000 especies identificadas, según cifras reales calculadas en millones, por lo que constituyen una inmensa reserva de biodiversidad. Miles de millones de personas dependen de ellos para su subsistencia, su seguridad alimentaria y su identidad cultural. ?De verdad queremos sacrificar todo esto?

Dado que la integridad del precioso ecosistema del océano es esencial para la supervivencia de la humanidad, la lógica dictaría que deberíamos cuidar de su bienestar con la máxima diligencia. Lamentablemente, ocurre lo contrario. Para aceptar la veracidad de esta afirmación, basta con considerar el hecho de que arrojamos el equivalente a un gran camión de basura de residuos de plástico en el océano cada minuto de cada día. Si continúa la tendencia actual, para 2050 habrá más plástico en el océano que peces. Esta es solo una de las muchas actividades humanas vergonzosas que han provocado el deterioro de los océanos. El reto existencial de invertir ese ciclo se ha convertido en uno de los mayores imperativos de la humanidad.

Las pruebas científicas del deterioro son contundentes. Ya se trate de la destrucción de hábitats, de la pérdida de biodiversidad, de la sobrepesca y el agotamiento de las poblaciones de peces, de la contaminación marina o de los efectos del cambio climático que se manifiestan en la acidificación y el calentamiento de los océanos, los desafíos que tenemos por delante son enormes y muy complejos.

Consideremos los niveles intolerables de contaminación marina y de desechos que se acumulan en los océanos y en nuestras playas. Hay gigantescos giros de basura circulando en alta mar. Por desgracia, el plástico está ahora entrando en la cadena alimentaria marina, provocando efectos tóxicos evidentes para la vida marina y en última instancia para nosotros. Las zonas muertas hipóxicas se expanden a lo largo de nuestras costas, y los arrecifes que sustentan la vida de multitudinarias formas de coral se están convirtiendo en cementerios blancos desprovistos de vida.

Mientras tanto, la actividad humana sigue liberando niveles cada vez mayores de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que a su vez aumenta la acidificación de los océanos. Si esta tendencia persiste, la vida marina que depende del calcio estará gravemente amenazada. Los gases de efecto invernadero recalientan a su vez los océanos, un proceso que agravará aún más el aumento del nivel del mar y provocará que los peces abandonen las calientes aguas ecuatoriales. Los efectos que todo esto conllevará para el ecosistema del planeta no se conocen todavía, pero las consecuencias para la humanidad no pueden ser buenas.

Mientras los océanos se enfrentan a estas calamidades, el temerario comportamiento humano sigue ejerciendo una enorme presión sobre la supervivencia de muchas especies marinas a través de las prácticas pesqueras destructivas, las perjudiciales subvenciones pesqueras, la pesca ilegal y no reglamentada y los insensatos modelos de sobrepesca. Las fuentes oficiales se?alan que casi una tercera parte de todas las poblaciones de peces está ya por debajo de los niveles sostenibles.

Todos estos problemas emanan de la actividad humana. Por tanto, es el ser humano quien debe encontrar las soluciones, y ha llegado el momento de llevar a cabo acciones concertadas.

LA AGENDA 2030 Y EL OBJETIVO DE DESARROLLO SOSTENIBLE 14

Los líderes mundiales reconocieron la importancia fundamental de los océanos para la humanidad y para el planeta en septiembre de 2015 con la aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible —el plan maestro de la humanidad para lograr un futuro sostenible en este planeta—.

La Agenda 2030 se articula en torno a 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y el ODS 14 establece metas específicas a cumplir con miras a conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Las metas del ODS 14 abordan: la contaminación marina; los ecosistemas marinos y costeros; la restauración de las poblaciones de peces; la eliminación de las subvenciones pesqueras perjudiciales; la conservación del medio marino; la acidificación de los océanos; el cumplimiento del derecho internacional aplicable; la ampliación de los conocimientos científicos y el fortalecimiento de la cooperación; el aumento de los beneficios de los PEID y los países menos adelantados; y el acceso de los pescadores artesanales a los recursos marinos y los mercados.

El ODS 14 es la única hoja de ruta acordada a nivel mundial para la conservación y la gestión sostenible de los recursos marinos. Su fiel cumplimiento es por tanto nuestra mejor esperanza para remediar los males del océano.

LA CONFERENCIA SOBRE LOS OC?ANOS

Con la inclusión de un objetivo claro relativo a los océanos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, todo estaba preparado para pasar a la siguiente fase, la de adopción de medidas correctivas. Era preciso aplicar un sistema para permanecer firmes en la consecución del ODS 14. En 2016, tras prolongadas negociaciones, los Estados Miembros de las Naciones Unidas acordaron unánimemente celebrar en 2017 una conferencia sobre el ODS 14, con miras a impulsar la cooperación concertada a través de la creación de alianzas entre todas las partes interesadas en apoyo de las metas del ODS 14.

Así nació la idea de la Conferencia sobre los Océanos. El encuentro, que será organizado conjuntamente por los Gobiernos de Suecia y Fiji, se conoce oficialmente como la Conferencia de las Naciones Unidas para Apoyar la Consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, y esto es exactamente lo que hará.

La Conferencia movilizará la acción colectiva urgente de todas las partes interesadas en la salud de los océanos, como los Gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas, la sociedad civil, las instituciones filantrópicas, las organizaciones no gubernamentales, la comunidad científica, el mundo académico y los expertos técnicos, el sector privado y las comunidades locales. Juntos trazaremos el rumbo para la recuperación de los océanos.

La Conferencia finalizará con una declaración de "llamamiento a la acción", que los Estados Miembros están preparando y que proporcionará el compromiso político consensuado necesario para impulsar el logro efectivo del ODS 14. La Conferencia permitirá además aumentar la conciencia mundial sobre el estado de los océanos y sobre la necesidad de que la humanidad adopte medidas correctivas.

Otro resultado clave será la propuesta de soluciones, derivada de los siete diálogos de alto nivel entre múltiples interesados y asociados que se celebrarán durante la Conferencia. Estos diálogos se centrarán en aspectos concretos del ODS 14, como la contaminación marina, la acidificación de los océanos y la ordenación de las poblaciones de peces. Para emprender una acción concertada, en estos diálogos recabaremos todos los compromisos voluntarios contraídos para lograr las metas del ODS 14.

REGISTRO DE LOS COMPROMISOS VOLUNTARIOS

Los organizadores de la Conferencia han creado un Registro de Compromisos Voluntarios para que todos los que lo deseen puedan contribuir al logro del ODS 14. Cualquier compromiso voluntario contraído en el marco de la Agenda 2030 en relación con el ODS 14 puede registrarse en .

Una vez registradas las alianzas y los compromisos de acción en el sitio web, esta es la oportunidad tangible para que los Gobiernos, los organismos, el sector privado y la sociedad civil —de hecho, cualquier persona que se preocupe por la salud de los océanos— puedan contribuir de forma significativa a la causa. Los compromisos se plasmarán en el documento final de la Conferencia y servirán como herramienta central de referencia conforme vayamos avanzando en nuestro plan de trabajo durante los próximos a?os. Por tanto, invito a todos los que estén dispuestos a comprometerse a salvar la vida de los océanos a que registren ahora sus compromisos voluntarios.

CONCLUSI?N

En la Conferencia sobre los Océanos, la humanidad asumirá por primera vez la responsabilidad universal de remediar los da?os que hemos infligido al océano. De la Conferencia saldremos armados con un amplio conjunto de alianzas, compromisos y medidas que se pondrán en marcha.

Comenzaremos a trabajar inmediatamente sobre las soluciones integrales propuestas, pero es evidente que el proceso de consecución del ODS 14 no terminará ahí. Los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas nos han encomendado lograr las metas del ODS 14 para 2030. Por tanto, deberemos evaluar regularmente y a nivel universal los progresos realizados y renovar nuestros compromisos en los a?os venideros.

Para aquellos de nosotros que contribuimos a establecer el ODS 14 y a concebir la Conferencia sobre los Océanos, el deber moral de asegurar su éxito no terminará hasta que logremos las metas propuestas. Invitamos a unirse a nosotros a quienes compartan esta visión y estén dispuestos a trabajar para resolver los problemas del océano.

Los principales mensajes de este artículo para todos ellos son los siguientes: registren sus compromisos voluntarios, únanse a nosotros con este propósito común en la Conferencia sobre los Océanos y participen de forma positiva en este acontecimiento histórico. Esta es la oportunidad de ayudar a transmitir a las generaciones venideras un océano lleno de vida, que ellas puedan gestionar sosteniblemente en el futuro.? ?