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Objetivo 7

Garantizar el acceso a una energ¨ªa asequible, fiable, sostenible y moderna para todos

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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por el Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General de las Naciones Unidas reconocen la importancia del medio natural y sus recursos para el bienestar del ser humano. En su conjunto, constituyen una excelente compilaci¨®n para el siglo XXI, puesto que buscan soluciones a los diversos problemas a los que nos enfrentamos como comunidad mundial. El ODS 7 (¡°garantizar el acceso a una energ¨ªa asequible, fiable, sostenible y moderna para todos¡±) es un problema que afecta a todos los pa¨ªses y que nos alcanza a todos. Para entender por qu¨¦ es necesario alcanzar este objetivo, y lo que hace falta para conseguirlo, vamos a analizar punto por punto la frase con la que se ha formulado. Las cuatro dimensiones del Objetivo 7 son la asequibilidad, la fiabilidad, la sostenibilidad y la modernidad. Estas dimensiones distintas no son excluyentes, sino que est¨¢n superpuestas e incluso, en algunos casos, una dimensi¨®n conlleva otra.

Reflexionemos sobre lo que significa tener acceso a energ¨ªa asequible. La heterogeneidad del uso de la energ¨ªa en todo el mundo se debe en gran medida a las diferencias de patrimonio de recursos naturales y de poder adquisitivo. Por ejemplo, un pa¨ªs con grandes dep¨®sitos de carb¨®n probablemente utilizar¨¢ ese material con liberalidad para industrializar su econom¨ªa. Es muy posible que la poblaci¨®n de ese pa¨ªs use el carb¨®n como fuente primaria para generar energ¨ªa.

Por otro lado, la poblaci¨®n que viva en lugares donde no haya dep¨®sitos de combustibles f¨®siles accesibles podr¨ªa recurrir a m¨¦todos de combusti¨®n m¨¢s primitivos, con materiales como fibras de madera o incluso esti¨¦rcol. De hecho, esta es la situaci¨®n en la que se ha encontrado la gran mayor¨ªa de la humanidad a lo largo de la historia, y sigue siendo la situaci¨®n en muchas partes del mundo en desarrollo. Por ejemplo, en la actualidad hay unos 2.700 millones de personas (en torno al 40% de la poblaci¨®n mundial) que utilizan combustibles de biomasa tradicional para cocinar¹. Esos combustibles de baja calidad pueden ser una fuente importante de contaminaci¨®n del aire interior. A pesar del aumento de la disponibilidad de energ¨ªa y del desarrollo econ¨®mico, el n¨²mero anual de v¨ªctimas mortales por contaminaci¨®n del aire interior sigue siendo superior a los 1,5 millones de personas, es decir, una tasa m¨¢s elevada que las de la malaria y la tuberculosis².

A medida que la globalizaci¨®n sigue conectando el planeta mediante redes de comercio cada vez m¨¢s extensas, los pa¨ªses pueden incrementar y diversificar su patrimonio energ¨¦tico mediante las importaciones. Sin embargo, si un pa¨ªs tiene un bajo nivel de desarrollo y los costos de la energ¨ªa (que est¨¢n cada vez m¨¢s determinados por las fuerzas financieras mundiales) son elevados, la poblaci¨®n carecer¨¢ de acceso a la energ¨ªa independientemente de la magnitud o la diversidad del patrimonio energ¨¦tico del pa¨ªs en cuesti¨®n. Por tanto, una condici¨®n esencial de la asequibilidad es aumentar el nivel de ingreso (y, en consecuencia, el poder adquisitivo) y controlar el efecto que tienen las fuerzas impersonales de la econom¨ªa a nivel mundial en los gastos cotidianos de la poblaci¨®n.

Ahora bien, la asequibilidad es in¨²til si no hay un suministro fiable de energ¨ªa. En muchos lugares del mundo en desarrollo, las fuentes de energ¨ªa suelen ser escasas y el suministro es intermitente. Hoy d¨ªa, el 20% de la poblaci¨®n mundial sigue sin tener electricidad y una proporci¨®n a¨²n mayor sufre cortes de electricidad persistentes³. En 2012, el descomunal apag¨®n de alcance nacional que se produjo en la India afect¨® a casi 700 millones de personas, paraliz¨® los sistemas de transporte y comunicaci¨®n y ocasion¨® un n¨²mero a¨²n desconocido de v¨ªctimas mortales⁴. Este desastre se debi¨® no solo a problemas de abastecimiento, sino tambi¨¦n a la mala gesti¨®n y al subdesarrollo de la infraestructura energ¨¦tica. Por tanto, la actividad econ¨®mica b¨¢sica se sustenta en un suministro constante, una gobernanza firme y un sistema de distribuci¨®n eficiente y estable. La fiabilidad de la energ¨ªa tiene m¨²ltiples dimensiones socioecon¨®micas.

La electricidad, el transporte automatizado y la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n son esenciales para el desarrollo econ¨®mico y son tambi¨¦n elementos b¨¢sicos de la sociedad moderna, por lo que las fuentes y los sistemas energ¨¦ticos que satisfacen estas necesidades de forma fiable y asequible pueden considerarse ¡°modernos¡±. El crecimiento de la poblaci¨®n de la India, el ?frica Subsahariana y otras partes del mundo en desarrollo va a continuar, y tambi¨¦n aumentar¨¢ el consumo econ¨®mico per capita, con lo que se crear¨¢ una demanda mucho mayor de los servicios citados y, por tanto, de acceso a energ¨ªa moderna. Durante el pr¨®ximo cuarto de siglo, aproximadamente el 90% del crecimiento de la demanda energ¨¦tica corresponder¨¢ a pa¨ªses que no son miembros de la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®micos, esto es, pa¨ªses que no forman parte de las econom¨ªas ricas occidentales ni el Jap¨®n⁵. Satisfacer esta oleada creciente de energ¨ªa ser¨¢ uno de los principales retos del siglo XXI y es una de las razones por las que ocupa un lugar tan destacado entre los ODS. Esto nos lleva a la ¨²ltima dimensi¨®n del ODS 7: la sostenibilidad.

La energ¨ªa deber¨ªa generarse con un caudal constante para satisfacer las necesidades humanas, mantener y mejorar el funcionamiento de la sociedad y hacer progresar las condiciones de vida. Tambi¨¦n deber¨ªa desempe?ar esas funciones de la forma m¨¢s sostenible posible, es decir, la cantidad de energ¨ªa generada deber¨ªa ser mucho mayor que los desechos y la contaminaci¨®n resultantes. Toda la energ¨ªa sostenible debe ser moderna, aunque no todas las formas de energ¨ªa moderna son sostenibles. El carb¨®n quiz¨¢ sea el caso concreto m¨¢s importante. Hist¨®ricamente, el carb¨®n ha sido indispensable para la industrializaci¨®n y el progreso del bienestar humano. Si en la actualidad hay m¨¢s gente que disfruta de condiciones de vida que antes eran inimaginables, se debe en gran medida al carb¨®n. Sin embargo, sus muchas ventajas (por ejemplo, la abundancia, la amplia distribuci¨®n y la facilidad de uso) se ven contrarrestadas por una larga lista de problemas graves, que a¨²n sigue creciendo en esta ¨¦poca de crecimiento demogr¨¢fico y deterioro medioambiental.

Hoy, el carb¨®n genera a¨²n en torno al 40% de la electricidad mundial y casi la misma proporci¨®n de las emisiones mundiales de carbono⁶. Adem¨¢s, el carb¨®n es ineficiente, pues tiene un bajo ¨ªndice de conversi¨®n de masa en energ¨ªa y produce much¨ªsima contaminaci¨®n. Por tanto, el carb¨®n no es sostenible a escala mundial por su contribuci¨®n al cambio clim¨¢tico antrop¨®geno, ni tampoco a escala local por ser una amenaza para la salud p¨²blica y el medio ambiente (adem¨¢s de los subproductos contaminantes de la combusti¨®n, la miner¨ªa del carb¨®n crea una mir¨ªada de problemas ambientales). Dada la escala a la que se usa el carb¨®n y el auge de una econom¨ªa mundial impulsada en gran medida por combustibles f¨®siles, ?qu¨¦ puede hacerse?

Se trata de problemas que requieren un enfoque pragm¨¢tico y polifac¨¦tico. Se deben hallar soluciones a escala mundial, en las que deben trabajar juntos gobiernos y organismos. Los acuerdos internacionales sobre el cambio clim¨¢tico son los frutos m¨¢s visibles de tales esfuerzos. Los ODS tambi¨¦n han ayudado a marcar la pauta de la cooperaci¨®n y han contribuido a que aparezca un consenso en cuanto a las prioridades. En t¨¦rminos de pol¨ªticas, la transferencia de tecnolog¨ªas de energ¨ªa no contaminante a los pa¨ªses en desarrollo es un ejemplo importante. De hecho, los acuerdos internacionales en materia de cambio clim¨¢tico, como el mecanismo para un desarrollo limpio (MDL), contemplan expresamente esas transferencias. Pero no basta con eso: tambi¨¦n hay que buscar soluciones a nivel local. Se ha demostrado que los beneficios del MDL, aunque necesarios y en general positivos en ¨²ltima instancia, no siempre llegan al nivel local, en particular las zonas rurales pobres⁷. El desarrollo deber¨ªa tener en cuenta las condiciones locales y calcular los efectos no deseados de las pol¨ªticas energ¨¦ticas. La b¨²squeda imprudente de biocombustibles a nivel mundial y regional puede dar lugar a una degradaci¨®n ambiental no intencionada, pero grave. Las incontables hect¨¢reas de terreno deforestado para la obtenci¨®n de aceite de palma socavan el bienestar local y constituyen un crudo recordatorio de la complejidad de los problemas energ¨¦ticos a los que nos enfrentamos.

El acceso a una energ¨ªa asequible, fiable, sostenible y moderna para todos es una parte fundamental del desarrollo mundial en el siglo XXI. A¨²n no se dispone de todas las soluciones que se necesitan para afrontar este reto, y las que s¨ª est¨¢n disponibles pueden no ser claras. Ser¨¢ dif¨ªcil encontrar estas soluciones y adaptarlas a cada escala. Sin embargo, la tarea se puede lograr si las organizaciones internacionales demuestran la suficiente visi¨®n, si los gobiernos consiguen trabajar juntos y si se ofrecen a las comunidades y a las personas los incentivos adecuados y los medios necesarios. El ODS 7 es, como m¨ªnimo, un paso importante en esa direcci¨®n.

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Notas

1 Agencia Internacional de la Energ¨ªa, Energy Poverty: How to make modern energy access?universal? Special early excerpt of the World Energy Outlook (WEO) 2010 for the Ãå±±½ûµØGeneral Assembly on the Millennium Development Goals (Par¨ªs, 2010), p¨¢g. 9, 20. Se puede consultar en ingl¨¦s en .

2 Agencia Internacional de la Energ¨ªa, World Energy Outlook 2010 (Par¨ªs, 2010), p¨¢g. 237. Se?puede consultar en ingl¨¦s en .

3 Agencia Internacional de la Energ¨ªa, Energy Poverty: How to make modern energy access?universal?, p¨¢g. 9. Se puede consultar en ingl¨¦s en .

4 Helen Pidd, ¡°India blackouts leave 700 million without power¡±, The Guardian, 31 de julio de?2012. Se puede consultar en ingl¨¦s en

.

5 Agencia Internacional de la Energ¨ªa, World Energy Outlook 2011 Factsheet: How will global?energy markets evolve to 2035? (Par¨ªs, 2011). Se puede consultar en ingl¨¦s en .

6 Michelle Nijhuis, ¡°Can Coal Ever Be Clean?¡±, National Geographic Magazine, vol. 225, n¨²m.?4 (abril de 2014), p¨¢gs. 30 a 40. Se puede consultar en

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7 Srikanth Subbarao and Bob Lloyd, ¡°Can the Clean Development Mechanism (CDM) Deliver?¡±, Energy Policy, vol. 39, n¨²m. 3 (marzo de 2011), p¨¢gs. 1600 a 1611.