Vivimos tiempos inciertos. No es la primera vez que se dice esto y no será la última.
La paz mundial sigue deteriorándose, tal como confirma el?, hecho que podemos constatar cada día en las noticias. La cohesión social también está sometida a presión, pues??en al menos una de las áreas que cubre el derecho internacional de los derechos humanos.
La pandemia de COVID-19 ha exacerbado aún más esta situación, y ha provocado el primer aumento de la pobreza extrema desde 1998, con??solo durante este primer a?o, acabando así con a?os de progresos estables. Y tales pérdidas están demostrando ser persistentes, pues las estimaciones muestran que, para finales de 2022, hasta??en comparación con las proyecciones prepandemia. Sin duda, esto contrasta claramente con la creciente concentración de riqueza e ingresos en la punta de la pirámide, y es que los?.
Estos cambios se producen al mismo tiempo que la crisis climática alcanza nuevos niveles de emergencia: los datos muestran que hemos pasado de?, donde el nivel de mar sube más rápido que en cualquier siglo anterior, y los desastres y los fenómenos meteorológicos extremos aumentan en frecuencia e intensidad. El futuro cercano de nuestro planeta se ha vuelto realmente incierto.
En un contexto en que estas crisis se van acumulando, no sorprende que crezcan los sentimientos de inseguridad y que se pierda la confianza en los gobiernos, los medios de comunicación y la ciencia. Incluso antes de la pandemia de COVID-19,??se sentían inseguras y, a día de hoy, los niveles de inseguridad percibida están aumentado rápidamente. Según el?, menos del 30?% de la gente piensa que la mayoría de las personas son de fiar, el valor más bajo registrado. ?Esto augura una necesidad de cooperación para abordar problemas comunes.
La incertidumbre que están creando las múltiples crisis no es nueva. Ahora bien, lo importante es cómo encontrar formas de superarla a la vez que permanecemos unidos a pesar de nuestras diferencias. Para hacer frente a los retos que plantea un mundo incierto, debemos comprendernos y apoyarnos los unos a los otros, así como trabajar codo con codo. Para lograrlo, reconstruir la confianza debe ser un imperativo colectivo. Debemos reparar las conexiones perdidas y fomentar la tolerancia, lo que nos ayudará a encontrar soluciones conjuntas y crear esperanza.
?Y cómo podemos conseguirlo?
En la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), creemos que el diálogo intercultural se encuentra en el centro de la solución.
El diálogo intercultural se produce cuando diferentes grupos se comprometen a emprender una comunicación elocuente y abierta que cree conexiones y derribe barreras. Como importante herramienta para el entendimiento mutuo, la paz y la cohesión social, el diálogo social se ha utilizado por todo el mundo para combatir la discriminación y luchar contra las divisiones.
Como ejemplo, en Bosnia y Herzegovina se han observado los beneficios del diálogo intercultural con la decisión de la comunidad de Jajce de incluir clases étnicamente mixtas en la escuela secundaria Nikola ?op, aunque el país haya separado tradicionalmente en distintas clases a los tres grupos étnicos principales.
Cuando la asamblea regional intentó en 2016 establecer una escuela aparte para los estudiantes bosniacos, esperando acabar con las clases étnicamente mixtas, los estudiantes protestaron y bloquearon con éxito el plan en 2018. En una entrevista, el antiguo estudiante Ajla Vrebac dijo: "Mi motivación para iniciar la campa?a contra la nueva escuela era un deseo de unidad. Tres pueblos constituyentes viven en nuestro país, y no está bien que solo se nos ense?e nuestras diferencias. Creo que juntos podemos lograr mucho más".
La UNESCO, reconociendo el potencial del diálogo intercultural y la creciente necesidad de herramientas que apoyen la colaboración, lanzó la?. En colaboración con el?, la iniciativa ha desarrollado el?, que incluye datos de más de 160?países de todos los continentes. Ahora contamos no solo con los conocimientos para mejorar nuestras capacidades para el diálogo intercultural, sino también con la evidencia que muestra el impacto que puede tener en cuestiones relacionadas con la paz y la inclusión.??
Las conclusiones de la UNESCO muestran que el diálogo intercultural puede marcar la diferencia, y de hecho lo hace. Los países donde prospera el diálogo obtienen una puntuación un 66?% superior en áreas relacionadas con la protección de los derechos humanos, la prevención del conflicto y la no fragilidad que países donde se posterga el diálogo, y aproximadamente un 89?% de todos los conflictos actuales se producen en contextos con una baja capacidad de iniciar un diálogo intercultural.
Las políticas y las acciones que favorecen el diálogo intercultural pueden tener amplias repercusiones. El nuevo marco desarrollado por la UNESCO ofrece por primera vez a las comunidades una guía sobre cómo maximizar este impacto. Debe aprovechar estos nuevos e importantes datos para impulsar la tolerancia y la inclusión en todo el mundo.??
La UNESCO también ofrece múltiples metodologías y espacios donde las comunidades pueden reunirse, compartir y aprender, tanto a través de los?, el??o las clases magistrales contra el racismo y la discriminación. En esta segunda edición del Foro Mundial de la UNESCO contra el Racismo y la Discriminación celebrado en la Ciudad de México, reunimos a paladines de la acción, incluido el premio Nobel de la Paz Kailash Satyarthi, el presidente de la Fundación Ford Darren Walker, la Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO Xueli Abbing y el actor Tenoch Huerta, para reafirmar los compromisos políticos al más alto nivel.
No podemos permitir que la incertidumbre de nuestros tiempos nos divida. Tenemos que hablar para ser capaces de adaptarnos, mantenernos abiertos y tolerantes.
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