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La trata de personas sigue siendo un problema acuciante a escala mundial. A pesar de la criminalizaci¨®n generalizada de esta grave violaci¨®n de los derechos humanos y de las d¨¦cadas de intervenci¨®n, se estima que, en un d¨ªa cualquiera, la trata de personas y las formas conexas de explotaci¨®n ¡ªlo que a veces se conoce como esclavitud moderna¡ª afectan a?.

Aunque la trata de personas est¨¢ presente en todas las regiones del mundo, se distinguen algunas tendencias geogr¨¢ficas. En el caso del trabajo forzoso, ?est¨¢n sometidas a estas pr¨¢cticas en un momento dado. La regi¨®n de Asia y el Pac¨ªfico concentra la mitad de ellas (15,1 millones), seguida de Europa y Asia Central (4,1 millones), ?frica (3,8 millones), Am¨¦rica (3,6 millones) y los Estados ?rabes (0,9 millones). Sin embargo, esta clasificaci¨®n regional cambia cuando el trabajo forzoso se expresa como proporci¨®n de la poblaci¨®n. Seg¨²n esta medida, los Estados ?rabes estar¨ªan en primera posici¨®n (5,3 por cada mil personas), seguidos de Europa y Asia Central (4,4 por cada mil), Am¨¦rica, y Asia y el Pac¨ªfico (ambos con 3,5 por cada mil), y ?frica (2,9 por cada mil).

Es evidente que ciertos sectores recurren de manera desproporcionada al trabajo forzoso. Cinco de estos sectores ¡ªservicios, industria manufacturera, construcci¨®n, agricultura y trabajo dom¨¦stico¡ª representan casi el 90 por ciento?del total de adultos sometidos al trabajo forzoso. Tambi¨¦n hay una evidencia clara de que algunas personas son m¨¢s vulnerables que otras a esta forma de explotaci¨®n. Por ejemplo, los trabajadores migrantes tienen tres veces m¨¢s probabilidades de acabar realizando ese tipo de trabajo que los trabajadores adultos no migrantes.

En los ¨²ltimos diez a?os se han realizado muchos esfuerzos para entender los factores que aumentan la vulnerabilidad o la resiliencia a la trata de personas, a fin de poner en marcha medidas de prevenci¨®n m¨¢s eficaces y mejor orientadas.

La trata de personas y las formas conexas de explotaci¨®n tambi¨¦n presentan profundas diferencias en lo que se refiere a g¨¦nero. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas identificadas de la trata de personas han sido tradicionalmente mujeres. Sin embargo, seg¨²n las estad¨ªsticas del , en los ¨²ltimos a?os ha ido aumentando el n¨²mero de personas de sexo masculino v¨ªctimas de esta pr¨¢ctica. Existen diferencias importantes en la forma de explotaci¨®n que sufren los hombres y las mujeres v¨ªctimas de la trata: es mucho m¨¢s probable que las mujeres se vean sometidas a trabajo forzoso realizando tareas dom¨¦sticas, mientras que los hombres tienen muchas m¨¢s probabilidades de ser v¨ªctimas de la trata para trabajar en el sector de la construcci¨®n. En cuanto a la explotaci¨®n sexual, la inmensa mayor¨ªa de personas v¨ªctimas de la trata son mujeres y ni?as.

Por otro lado, los problemas nuevos y emergentes siguen creando vulnerabilidad a la trata de personas, facilitan esta pr¨¢ctica o dificultan la respuesta a la misma.? porque se ven obligadas a desplazarse a otros territorios, as¨ª como por el deterioro del Estado de Derecho, la impunidad, las tensiones sociales, las necesidades humanitarias, la fragmentaci¨®n social y la desintegraci¨®n familiar. El cambio clim¨¢tico y la degradaci¨®n medioambiental comprometen los medios de subsistencia, agravan la pobreza, incrementan los riesgos de desastres naturales y pueden causar conflictos e inestabilidad, todas ellas circunstancias capaces de generar una vulnerabilidad de la que se aprovechan los traficantes de personas. La captaci¨®n y explotaci¨®n por Internet u otros medios tecnol¨®gicos est¨¢n aumentando, lo que pone en entredicho los paradigmas tradicionales de identificaci¨®n, derivaci¨®n, protecci¨®n y asistencia de las personas v¨ªctimas de la trata, as¨ª como las investigaciones y los procesos judiciales.

La Oficina Internacional para las Migraciones (OIM) y la comunidad internacional llevan tiempo utilizando el m¨¦todo de las "3P" (prevenci¨®n, protecci¨®n y persecuci¨®n) para abordar el tr¨¢fico de personas. Son los principales elementos de respuesta identificados en el?, que complementa la?.

Las medidas de prevenci¨®n suelen centrarse en informar y sensibilizar de la poblaci¨®n, a fin de garantizar que los miembros de la sociedad conozcan ese delito y sus terribles consecuencias. Ese conocimiento permite que las personas tomen medidas para protegerse a s¨ª mismas y a sus seres queridos de los traficantes; manifestarse en contra de la trata de personas en sus comunidades y tomar decisiones ¨¦ticas en relaci¨®n con sus propias practicas de consumo, laborales y empresariales para evitar beneficiarse directa o indirectamente de los servicios de personas v¨ªctimas de la trata y no generar una demanda para este tipo de mano de obra.

En los ¨²ltimos diez a?os se han realizado muchos esfuerzos para entender los factores que aumentan la vulnerabilidad o la resiliencia a la trata de personas, a fin de poner en marcha medidas de prevenci¨®n m¨¢s eficaces y mejor orientadas. Las pruebas recopiladas a lo largo de los a?os demuestran que existe una??que incrementan el riesgo de ser presa de los traficantes. Entre ellos figuran la pobreza, la marginaci¨®n, la exclusi¨®n financiera, el estatus migratorio irregular, los bajos niveles educativos, la discapacidad y entornos familiares disfuncionales. Las respuestas eficaces a estos riesgos van m¨¢s all¨¢ de la sensibilizaci¨®n y pasan por elaborar programas de gobernanza capaces de crear sociedades m¨¢s justas y equitativas, que reduzcan la vulnerabilidad en general, pero tambi¨¦n a la violencia, la explotaci¨®n y el abuso.

La labor de protecci¨®n se centra en atender las necesidades y proteger los derechos de las personas que han sufrido la trata a fin de favorecer su recuperaci¨®n y restablecer su capacidad para sobrevivir y prosperar. En las primeras etapas de la atenci¨®n, esta protecci¨®n suele consistir en atender las necesidades b¨¢sicas e inmediatas, como, por ejemplo, la seguridad f¨ªsica, y proporcionar acceso a refugio, comida y atenci¨®n m¨¦dica.

Una vez atendidas las necesidades m¨¢s inmediatas, las respuestas intermedias se centran en ayudar a las personas v¨ªctimas de la trata a establecer las bases para una recuperaci¨®n correcta y duradera abordando los factores que contribuyen a su vulnerabilidad. Entre las respuestas intermedias cabe citar mayor informaci¨®n sobre los derechos y la capacidad para exigirlos; adquisici¨®n de capacidades y competencias para lograr medios de vida sostenibles, as¨ª como asesoramiento, divulgaci¨®n y otro tipo de asistencia que genere la movilizaci¨®n de las redes sociales y las comunidades para promover la recuperaci¨®n y la reintegraci¨®n. La labor de protecci¨®n a largo plazo tiene por objeto ayudar a las personas v¨ªctimas de la trata a obtener y reclamar su lugar y sus responsabilidades, y conseguir su recuperaci¨®n econ¨®mica, social y psicosocial. Para las personas v¨ªctimas de la trata, una recuperaci¨®n duradera suele significar la regularizaci¨®n de su estatus migratorio, ya sea mediante la integraci¨®n local, la migraci¨®n posterior regular, o el regreso y la reintegraci¨®n en sus pa¨ªses de origen.

Por ¨²ltimo, la labor de persecuci¨®n judicial tiene por objeto reforzar la capacidad de los organismos encargados del orden p¨²blico para investigar y llevar ante los tribunales a aquellos que captan y explotan a personas v¨ªctimas de la trata para lucrarse.

La labor de protecci¨®n a largo plazo tiene por objeto ayudar a las personas v¨ªctimas de la trata a obtener y reclamar su lugar y sus responsabilidades, y conseguir su recuperaci¨®n econ¨®mica, social y psicosocial.

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha encargado al Grupo Interinstitucional de Coordinaci¨®n contra la Trata de Personas que mejore la coordinaci¨®n entre los organismos de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales pertinentes en su labor para facilitar un modelo integral de prevenci¨®n y lucha contra la trata de personas que incluya la protecci¨®n y el apoyo a las v¨ªctimas.

El Grupo Interinstitucional de Coordinaci¨®n contra la Trata de Personas est¨¢ coordinado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y actualmente est¨¢ copresidido por la OIM y el . Entre las prioridades actuales de este organismo figuran el establecimiento de est¨¢ndares de investigaci¨®n para mejorar la base emp¨ªrica; abordar los factores que favorecen la trata de personas; promover el compromiso de los supervivientes y contribuir a su empoderamiento; explorar interconexiones entre los desastres naturales imprevistos o los de aparici¨®n lenta y la vulnerabilidad a la trata y la explotaci¨®n, y reforzar los enfoques empleados para abordar la trata de personas en contextos de crisis y conocer mejor dicho fen¨®meno.

En general, el delito de la trata de personas contin¨²a arraigado en muchas sociedades, siendo necesaria una labor exhaustiva y constante para combatirlo. No obstante, se ha avanzado mucho en aspectos como la comprensi¨®n de los factores sociales, culturales, medioambientales y pol¨ªticos que contribuyen a la trata, as¨ª como en la necesidad de dejar espacio a las v¨ªctimas y los supervivientes de la trata para que tomen la iniciativa en su recuperaci¨®n y en la labor de lucha contra la trata en todo el mundo.

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