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Este oto?o se cumplir¨¢n 17 a?os desde que se aprob¨® la resoluci¨®n 1325 (2000) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las mujeres y la paz y la seguridad. Esta agenda incluye disposiciones espec¨ªficas con respecto a las negociaciones y los acuerdos de paz, al igual que la Convenci¨®n sobre la Eliminaci¨®n de Todas las Formas de Discriminaci¨®n contra la Mujer (CEDCM), de 1979. Aunque se han logrado avances en el acceso de la mujer a los procesos de paz y su participaci¨®n en ellos, todav¨ªa queda mucho por hacer. Lamentablemente, las mujeres siguen quedando en gran medida excluidas de participar y mediar en los procesos de paz¹, por lo que los nuevos acuerdos de paz carecen de perspectivas de g¨¦nero. Esto sucede a pesar del importante papel que desempe?an las mujeres en la promoci¨®n de la paz, el di¨¢logo pac¨ªfico y el cese de las hostilidades en muchos conflictos armados. Un estudio de 2012 elaborado por ONU-Mujeres sobre 31 procesos de paz entre 1992 y 2011 pone de relieve esta marginaci¨®n de la mujer: solo el 4% de los signatarios, el 2,4% de los mediadores principales, el 3,7% de los testigos y el 9% de los negociadores eran mujeres².

?C¨®mo pueden ayudar los agentes y las redes regionales externos a impedir que se margine a la mujer o incluso se la excluya de participar en los procesos de paz?

Establecer un alto el fuego entre las partes beligerantes es un aspecto decisivo de los procesos de paz. Sin embargo, es igualmente importante que los procesos de paz tambi¨¦n impliquen dise?ar y definir nuevas estructuras e instituciones pol¨ªticas de gobernanza e incluso, en algunos casos, elaborar nuevas constituciones o disposiciones de car¨¢cter constitucional. Los procesos de paz, cuando llegan a buen puerto, representan momentos decisivos de la historia y la trayectoria de un pa¨ªs, y las mujeres no deber¨ªan quedar excluidas. En segundo lugar, los procesos de paz presentan una oportunidad excepcional para promover los compromisos de un pa¨ªs en favor de la igualdad de g¨¦nero, cumpliendo las disposiciones de la CEDCM, y para integrar estos objetivos estrat¨¦gicos en la definici¨®n de acuerdos, instituciones, mecanismos y procesos.

En noviembre de 2015 se puso en funcionamiento en Oslo (Noruega) la red regional Nordic Women Mediators (NWM) inspirada y en parte motivada por una iniciativa similar de Sud¨¢frica (el Gertrude Shope Annual Dialogue Forum), y desde entonces ha surgido una red nacional en cada uno de los cinco pa¨ªses n¨®rdicos. La red NWM se cre¨® con el prop¨®sito de dar soluci¨®n al acceso limitado de la mujer a los procesos de paz y su escasa participaci¨®n en ellos promoviendo y respaldando la participaci¨®n de la mujer en las negociaciones de paz en todos los niveles y etapas, ya sea dando mayor difusi¨®n a las opiniones y las preocupaciones de las mujeres, defendiendo procesos m¨¢s inclusivos, realizando proyectos conjuntos, compartiendo experiencias o estableciendo contactos y forjando lazos con otras redes de mediadoras. Por lo tanto, reconocer y promover activamente la plena participaci¨®n de la mujer en los procesos de paz ¡ªcomo partes, participantes y mediadoras¡ª constituye un aspecto fundamental del cumplimiento de esta agenda y nuestro respaldo a ella. Se est¨¢n creando otras redes regionales que pueden servir como instrumento eficaz en distintas crisis y zonas de conflicto.

La General de Divisi¨®n Kristin Lund, como primera mujer Comandante de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP), pudo participar en las actividades de apoyo y promoci¨®n correspondientes al actual proceso de paz. Las mujeres representan el 50% del Equipo Directivo Superior. Las cuestiones de g¨¦nero siempre han ocupado un lugar prioritario en la agenda a nivel interno y externo, nunca se han relegado al ¨²ltimo lugar. La perspectiva de g¨¦nero se integr¨® en todos los aspectos de nuestro trabajo. Adem¨¢s, como dirigente de las Naciones Unidas, se tiene la responsabilidad y la obligaci¨®n de apoyar la diversidad y actuar conforme a la resoluci¨®n 1325 (2000) del Consejo de Seguridad. En la UNFICYP, esto fue sencillo, puesto que tener dirigentes mujeres ayud¨® a abrir muchas puertas en la comunidad. Llegar a distintos estratos de la sociedad puede contribuir de forma importante al proceso de paz.

En mayo de 2016, la red NWM (Noruega) fue invitada a Chipre para reunirse con organizaciones de mujeres, el Equipo Consultivo sobre G¨¦nero, el Comit¨¦ T¨¦cnico sobre la Igualdad de G¨¦nero, la Representante Especial del Secretario General y el Asesor Especial del Secretario General. La red NWM (Noruega) adquiri¨® amplia experiencia gracias a los procesos de paz del Oriente Medio, Colombia y Filipinas. Se intercambiaron y compartieron muchas experiencias. Era evidente que promover la igualdad de g¨¦nero todav¨ªa se presenta como un esfuerzo ascendente, en lugar de como un enfoque descendente, que es tan esencial para la paz sostenible. En lo que respecta a los datos emp¨ªricos, en investigaciones recientes se ha demostrado que en los procesos de paz inclusivos, el ¨¦xito de las soluciones negociadas es mayor y las probabilidades de establecer una paz sostenible tambi¨¦n aumentan.

Empoderamiento de la mujer en las crisis y los conflictos

En las situaciones de crisis y conflicto resulta fundamental empoderar a las mujeres. Representan el 50% de la poblaci¨®n mundial y, por tanto, deben formar parte de las soluciones.

En las situaciones de conflicto armado y crisis es necesario llegar a distintas mujeres y organizaciones de mujeres y consultar peri¨®dicamente con ellas. Las mujeres no constituyen un grupo homog¨¦neo en ning¨²n pa¨ªs y es importante tener en cuenta las identidades ¨¦tnicas, religiosas, ling¨¹¨ªsticas y de otros tipos. No cabe esperar que todas las mujeres piensen del mismo modo. Por ejemplo, las opiniones, inquietudes y necesidades de las mujeres profesionales de las zonas urbanas probablemente ser¨¢n distintas de las que tengan las agricultoras y microempresarias de las zonas rurales. Tomemos en serio a las mujeres. Habr¨¢ mujeres en distintos lados del conflicto cuyas opiniones, perspectivas, necesidades e inquietudes no siempre coincidir¨¢n, como tampoco lo har¨¢n las de los hombres.

En muchos pa¨ªses afectados por conflictos, habr¨¢ iniciativas de paz impulsadas por mujeres locales, a menudo no en la capital sino en las ¨¢reas afectadas. Es indispensable ponerse en contacto con estas iniciativas de las mujeres locales, consultarles y prestarles apoyo para detener las hostilidades y promover el di¨¢logo y el entendimiento. Esta obligaci¨®n figura tambi¨¦n en la resoluci¨®n 1325 (2000) del Consejo de Seguridad (p¨¢rrafo 8).

Cuando no existen organizaciones oficiales de mujeres y de la sociedad civil, es fundamental entablar comunicaci¨®n con las mujeres directamente y, de ser posible, disponer un mecanismo para realizar consultas con sus pares y asociados. Sin duda, es necesario ser consciente de la estructura pol¨ªtica para no acabar suplantando a la mujer.

Durante los per¨ªodos de conflicto y crisis, diversas iniciativas de ¨¢mbito local, nacional, regional e internacional tienen por objeto frenar o reducir la violencia y procurar que las partes beligerantes entablen unas negociaciones preliminares con el fin de valorar si ser¨ªa posible sentar los cimientos de unas conversaciones de paz oficiales entre estos agentes ¡ªque a menudo incluyen alg¨²n tipo de alto el fuego temporal¡ª. Las negociaciones preliminares, cuando son fruct¨ªferas, dan lugar a una hoja de ruta de cuestiones clave con respecto a las conversaciones y el acuerdo oficiales.

Las mujeres y los agentes de la sociedad civil a menudo quedan excluidos de las conversaciones y los acuerdos de las negociaciones preliminares, que adem¨¢s suelen ser confidenciales. Como resultado, las mujeres y la sociedad civil no pueden presentar sus necesidades e inquietudes durante esas negociaciones preliminares, que es cuando se establece la agenda correspondiente a las conversaciones oficiales, en las que se examina en qu¨¦ consiste el conflicto. La mayor¨ªa de los procesos de paz se centran en poner fin a la violencia ¡ªo la violencia pol¨ªtica¡ª, pero no reconocen las distintas formas de violencia que sufren las mujeres y las minor¨ªas, como los pueblos ind¨ªgenas, por lo que no abordan estas formas de violencia ni dan respuesta a las preocupaciones de la mitad de la poblaci¨®n con respecto a la seguridad. Como tales, las negociaciones preliminares y los acuerdos suponen un gran reto para las mujeres y la sociedad civil, ya que estas negociaciones y acuerdos sientan las bases y la estructura de las conversaciones oficiales.

Tambi¨¦n pueden existir oportunidades para respaldar los procesos de di¨¢logo paralelos entre las mujeres y los agentes de la sociedad civil, pero esto depende en gran medida de las condiciones de seguridad en que se encuentre el pa¨ªs. Una vez que se ve con mayor claridad que es posible convocar conversaciones oficiales, resulta esencial colaborar con las mujeres, las organizaciones de mujeres y la sociedad civil a fin de ayudarles a prepararse para su participaci¨®n en los procesos de paz, ya sea directamente en la mesa oficial de negociaciones o en v¨ªas, estructuras y procesos paralelos. Muy pocos agentes de la sociedad civil pueden presentarse sin m¨¢s y participar en estos procesos. Muchos necesitan asistencia, orientaci¨®n y apoyo si de verdad desean participar eficientemente, lo que significa recibir no solo apoyo t¨¦cnico y financiero, sino tambi¨¦n contar con los medios necesarios para consultar a sus bases y con estrategias relativas a los temas clave de la agenda, cuando se preparen sugerencias sobre asuntos concretos.

El papel de la mujer en los procesos de paz actuales

Las mujeres desempe?an diversas funciones en procesos de paz complejos y de m¨²ltiples v¨ªas. Pueden sentarse en la mesa oficial de negociaciones, en un comit¨¦ o subcomisi¨®n de cuestiones t¨¦cnicas o pueden permanecer fuera de las conversaciones y participar como agentes de la sociedad civil en los acontecimientos posteriores. Todas estas funciones son fundamentales. En el proceso reciente llevado a cabo entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ¨C Ej¨¦rcito del Pueblo (FARC), las mujeres y los agentes de la sociedad civil desempe?aron un papel clave en su movilizaci¨®n nacional y en la definici¨®n de sus demandas e inquietudes. Estas voces incesantes desempe?aron un papel importante en la aprobaci¨®n de varias disposiciones en favor de la mujer en los acuerdos finales³.

La labor de mujeres expertas y representantes de la sociedad civil tambi¨¦n es importante para lograr que las nuevas constituciones, disposiciones jur¨ªdicas, mecanismos e instituciones incluyan las inquietudes, perspectivas y necesidades de las mujeres, como es el caso de la reforma de los tribunales, la polic¨ªa, el sector de la seguridad y otras instituciones gubernamentales. Las disposiciones jur¨ªdicas son decisivas, pero tambi¨¦n lo son los mecanismos de ejecuci¨®n. En todas estas reformas reside la oportunidad excepcional de integrar objetivos estrat¨¦gicos sobre las cuestiones de g¨¦nero y los derechos humanos y de afrontar los or¨ªgenes estructurales de la desigualdad.

Se tiende a considerar los "asuntos de la mujer" de una forma muy limitada, b¨¢sicamente como servicios de salud, educaci¨®n y a veces de protecci¨®n social. Es urgente escapar de esta falta de comprensi¨®n, de manera que la reforma de la polic¨ªa, el sector de la seguridad y los tribunales se considere esencial para las mujeres al igual que para los hombres. Por ejemplo, la violencia contra la mujer sigue siendo un fen¨®meno global y una de las principales fuentes de inseguridad para las mujeres y las ni?as, tanto si tiene lugar en el hogar como en la esfera privada o en p¨²blico. Es necesario que las mujeres participen en la reforma de los servicios policiales y los tribunales para que realmente sea posible integrar sus necesidades en la labor de estas instituciones. A fin de que las mujeres y los agentes de la sociedad civil puedan intervenir en estos procesos y de que exista una amplia base de participaci¨®n, se han de crear mecanismos para los procesos de consulta sectoriales.

La necesidad de que los mediadores realicen actividades de acercamiento no disminuye porque se celebren conversaciones de paz oficiales. M¨¢s bien al contrario, la responsabilidad de los mediadores y los facilitadores aumenta despu¨¦s de que se haya establecido un proceso de paz oficial. Para ello, los mediadores deber¨ªan fijar un plan de acci¨®n y un protocolo que garanticen la participaci¨®n de las mujeres. Debemos permitir y facilitar que los grupos de mujeres definan y formulen sus inquietudes y demandas, como en el caso del proceso de Colombia y las FARC con la movilizaci¨®n nacional de mujeres. En segundo lugar, es importante crear mecanismos por los cuales estos grupos puedan acceder a las negociaciones oficiales.

Los agentes externos desempe?an un papel fundamental a la hora de conseguir que estas organizaciones de mujeres y mecanismos dispongan de suficientes recursos para poder participar. Otra funci¨®n importante que los mediadores, los facilitadores y los agentes externos pueden desempe?ar es velar por que las conversaciones creen un ¨¢mbito en el que las mujeres puedan expresar sus preocupaciones.

El empoderamiento de las mujeres en las situaciones de crisis y conflicto debe ser uno de los instrumentos m¨¢s importantes de un proceso de paz, y recurrir a las mediadoras o redes de mujeres puede ser un punto de partida positivo para concienciar a los dirigentes de la importancia de incluir a toda la poblaci¨®n.

Christine Bell explica que la exclusi¨®n de la mujer de los procesos de paz es bastante problem¨¢tica

porque las elimina de unos procesos, que son b¨¢sicamente procesos de elaboraci¨®n de la Constituci¨®n, que marcan un camino de salida del conflicto y establecen las estructuras pol¨ªticas, jur¨ªdicas y econ¨®micas de gobierno, prev¨¦n el plan de trabajo de la reconstrucci¨®n posterior a los conflictos, circunscriben el papel de las organizaciones internacionales y disponen las corrientes de financiaci¨®n⁴.

Notas

1? ????Christine Bell, ¡°Women and peace processes, negotiations, and agreements: operational opportunities and challenges¡±, informe sobre pol¨ªticas (Oslo, Norwegian Peacebuilding Resource Centre, 2013), p¨¢gs. 2 y 3. Puede consultarse en .

2????? Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de G¨¦nero y el Empoderamiento de las Mujeres, ¡°Participaci¨®n de las mujeres en las negociaciones de paz: relaciones entre presencia e influencia", informe de investigaci¨®n (Nueva York, 2012), p¨¢gs. 1 a 3 y 5.

3????? Hilde Salvesen y Dag Nylander, ¡°Towards an inclusive peace: women and the gender approach in the Colombian peace process¡±, informe (Oslo, Norwegian Centre for Conflict Resolution, 2017). Puede consultarse en .

4????? Bell, ¡°Women and peace processes, negotiations, and agreements¡±, p¨¢g. 4.?