En épocas pasadas, la gente creía que el mar era ilimitado y contenía recursos inagotables. Nadie se imaginaba que fuésemos capaces de vaciar ese espacio enorme que parecía no acabarse nunca. Sin embargo, cuando comenzamos a mirar detenidamente bajo la superficie y a medida que la ciencia avanzaba, disminuían las especies marinas disponibles y, sobre todo, cuando empezamos a escuchar a las comunidades locales y las dificultades cada vez mayores que afrontaban para capturar sus cuotas diarias, nos dimos cuenta de que esas hipótesis eran erróneas. Aunque siempre es mejor tarde que nunca, conforme ha ido pasando el tiempo nos hemos dado cuenta de que no hemos actuado suficientemente rápido, ni antes ni ahora. Los humanos seguimos extrayendo recursos a un ritmo mayor al que los sistemas son capaces de reponerse. Ponemos nuestra comodidad por encima del funcionamiento adecuado del planeta. Competimos con otras especies por unos recursos cada vez menores, lo que debilita y degrada sus hábitats.? Nuestras acciones siguen siendo insostenibles.
La conservación marina —la protección y el mantenimiento de los ecosistemas oceánicos y marítimos— es un movimiento medioambiental que surgió con nuestra conciencia colectiva de que necesitábamos hacer mejor las cosas y constituye una respuesta a la sobreexplotación y destrucción del mar y las especies que habitan en él. También representa la determinación de proteger y restaurar el funcionamiento de los ecosistemas de los océanos y de reconocer los servicios que nos proporcionan. En un momento dado, las comunidades se reunieron a fin de centrar sus esfuerzos y definir objetivos que marcaran un propósito común y garantizasen una rendición de cuentas colectiva. Los objetivos peque?os se fueron haciendo más ambiciosos para, en última instancia, convertirse en objetivos globales. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 es un ejemplo excelente de estos esfuerzos. Este ODS, el único dedicado al océano, más concretamente a "la vida submarina", se centra en "conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos" para el desarrollo sostenible.
A lo largo de los a?os, nuestros progresos hacia la consecución del ODS 14 han sido escasos, a menudo demasiado lentos para adelantarse a los crecientes retos a que se enfrentan nuestros océanos. Las noticias no mejoran y el tiempo se agota. Casi todos los a?os, nuestros océanos baten récords de temperaturas, los arrecifes de coral sufren blanqueamiento y el plancton, la base de toda cadena alimentaria marina, está disminuyendo, por lo que muchas especies se enfrentan a la extinción a medida que avanza el calentamiento del planeta. Las zonas muertas han aumentado drásticamente y ni siquiera las "especies carismáticas" de nuestros océanos se libran de la extinción.? ?Conclusión? Hacer lo de siempre no es la solución.
Si bien se han dedicado enormes esfuerzos e inversiones en ampliar el alcance y mejorar la eficacia de la conservación marina a escala mundial, la puesta en marcha de una equidad social en todos los aspectos de la actividad de conservación marina no ha recibido tanto interés. No puede haber éxito sin equidad. Lamentablemente, la mayoría de los esfuerzos en materia de conservación marina han consistido en un ejercicio de "paracaidismo" durante demasiado tiempo. Incluso hoy en día, los proyectos de conservación marina más conocidos y de mayor expansión están dirigidos por personas que no son residentes en los lugares donde desempe?an su trabajo.
La ciencia y la conservación "paracaidista" se producen cuando los investigadores del Norte global trabajan en el Sur global, sin que existan inversiones a largo plazo o sin tener en cuenta la realidad sobre el terreno. Las asociaciones entre los que vienen de fuera y los que están en los países se construyen una vez que se envían las solicitudes de subvenciones y se reciben los recursos, algo que suele demorarse demasiado para garantizar una inclusión satisfactoria y equitativa de las partes interesadas locales. El que viene de fuera, due?o de los recursos, ejerce un poder desigual y suele controlar el relato y el programa de investigación. El resultado es un trabajo que no se ajusta a las prioridades sobre el terreno, pero que sí está en consonancia con las del que viene de fuera, de manera que este ve mejorada su trayectoria profesional, pero a costa de frustrar los esfuerzos locales de conservación que se estén llevando a cabo. Estas asociaciones son insostenibles a largo plazo, agravan aún más las desigualdades existentes y obstaculizan una especialización local que permitiría lograr resultados indispensables. Estas asociaciones no promueven el desarrollo del cuerpo de científicos, especialistas y responsables de políticas que tienen el poder de cambiar las cosas a largo plazo. En su lugar, perpetúan las injusticias personales que nos impiden acercarnos al ODS 14.? La conservación "paracaidista" se encuentra en una situación crítica, ya que reconocemos que las disparidades en términos de prosperidad y oportunidades, junto con la larga y persistente sombra del colonialismo, obstaculizan nuestro avance en la consecución de objetivos de conservación compartidos.
El 70?% de nuestras costas se encuentran en el mundo en desarrollo, pero la representación de esas comunidades en los órganos de decisión mundiales es insignificante. Esta falta de representación no es un reflejo de falta de capacidad sino de nuestra forma nada equitativa de tomar decisiones. Sin esa representación, ?cómo podemos dise?ar soluciones que favorezcan la diversidad de las costas y a las personas que se sirven de ellas?
Si de verdad queremos salvar nuestros océanos, debemos asegurarnos de que los habitantes de esas comunidades, tantas veces infrarrepresentadas, puedan participar y ser escuchados, y dotarles de las herramientas para actuar. Las personas que tienen un compromiso a largo plazo, que se han ganado la confianza de sus comunidades, pueden cooperar con quienes les rodean, están presentes cuando surgen problemas y pueden dise?ar soluciones con base científica que se centren en sus conocimientos locales. Las asociaciones globales equitativas pueden ayudar a sortear el vacío que crea la falta de competencias técnicas sobre el terreno.? Las asociaciones que respetan la contribución y la capacidad de las partes interesadas locales, reconocen las iniciativas en curso, apuestan por regular el trabajo en lugar de competir por él y posibilitan que los esfuerzos locales sean sostenibles a largo plazo crean alianzas y potencian el desarrollo de líderes locales. En las asociaciones debe haber concesiones equitativas. Cuanto más celebremos y promovamos estas iniciativas, mayor probabilidad habrá de que se produzcan en todos los rincones del mundo y más avanzaremos hacia la consecución del ODS 14.
El océano representa el 70?% de nuestro planeta. Para protegerlo, necesitamos un equipo amplio y diverso. El tema de la Conferencia sobre los Océanos de este a?o “Intensificar las acciones en pro de los océanos basadas en la ciencia y la innovación para implementar el Objetivo 14:? balance, alianzas y soluciones”, pone de relieve la necesidad de establecer asociaciones, pero también debería destacar que, sin equidad, nuestros progresos serán insignificantes. Sin héroes locales, seguiremos siendo testigos del declive de este ecosistema esencial. En definitiva, todos nosotros podemos aportar soluciones. La forma en que acojamos y empoderemos en los próximos a?os a una comunidad global de conservación más diversa determinará si la conservación marina llega a ser un valor global popular o mantiene su actual aura de exclusividad y elitismo. No dudo que todos elegiremos lo primero.
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