Durante 50 años, los proyectos apoyados por han mejorado la prosperidad, la seguridad alimentaria y la resiliencia de millones de personas. Innumerables historias que han conectado a comunidades rurales con la financiación, los mercados, la tecnología y con conocimientos viales.
Descubre cómo el desarrollo rural sostenible fortalece a las familias sobrevivientes del conflicto en Colombia.
Tres expertas costarricenses de la FAO y el PNUD el papel de la mujer en la promoción de la resiliencia climática en la ganadería y la agricultura de este país centroamericano.
puede combatir plagas y enfermedades, aumentar la producción de cultivos, proteger la tierra y los recursos hídricos, garantizar la inocuidad y autenticidad de los alimentos y aumentar la producción ganadera. Áreas donde la FAO y el llevan trabajando más de 50 años.
El PNUD desgrana una propuesta del parlamento costarricense para que más mujeres rurales sean propietarias de sus tierras, ya que menos del 16% de las fincas está en sus manos.
La Flor de Jamaica es rica en antioxidantes, vitamina C y ácidos orgánicos. Gracias a un programa apoyado por el , María, gestora del emprendimiento, y su familia elaboran mermeladas, jugos, membrillo, vinagre y vino derivados de esta flor. Una pequeña industria que también es fuente de trabajo en la apartada zona montañosa de la isla donde viven.
De forma colorida, dinámica e informativa, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura () te ilustra cómo trabaja con comunidades rurales, socios e instituciones colombianas. Su misión: asegurar la alimentación para todas las personas, sin excepción.
¿Quieres participas en el del ? La FAO te da la oportunidad de demostrar tu creatividad. Diseña un cartel que simbolice tu plato o receta favorita, que represente la importancia de los alimentos diversos, nutritivos, inocuos y asequibles. Muestra, a través del arte, lo que esto significa para ti, para tu comunidad o para el mundo. La fecha límite de presentación es el 8 de noviembre de 2024.
La población de San Juan Comalapa, al sur de Guatemala, es en su mayoría indígena Maya-Kaqchiquel. Para paliar la emigración y cuidar del medioambiente, un proyecto implementado por el PNUD ha creado una parcela de . Su producción se utiliza en una biofabrica para recuperar el valor que tiene este tipo de vegetación en la generación de biofertilzantes y biocontroladores.
Un análisis satelital realizado por la FAO revela daños en la infraestructura agrícola de la debido al conflicto con Israel. Destrozos que afectan a más del 57 % de las tierras de cultivo, al 33 % de los invernaderos y a gran parte de sus pozos y paneles solares. Agricultores, pastores y pescadores de Gaza trabajan por mantener sus explotaciones productivas durante el conflicto frente a la y al limitado acceso a insumos agrícolas básicos.
La FAO ha formado a más de 40.000 personas en el contenido de unas guías diseñadas para ayudar a combatir la en este país latinoamericano.
La causa del hambre no es la falta de alimentos o la incapacidad de producirlos. Sus principales causas son los conflictos, el cambio climático y las fluctuaciones económicas: realidades que, en 2023, hicieron a 757 millones de personas sufrir hambre. del FIDA señala que aunque disponemos de los medios para poner fin al hambre y a la Գٰܳó de aquí a 2030, nos faltan los fondos y la voluntad política para lograrlo.
Bajo la coordinación del Banco Mundial, una delegación de Etiopía ha visitado Uruguay para aprender de sus prácticas ganaderas sostenibles frente al clima - un ejemplo de intercambio de conocimientos que fomenta la creación de .
Dada la menor disponibilidad de pastos por la sequía en desierto del Gobi (Mongolia), producen menos leche, lo que crea enormes dificultades a los pastores que dependen de este nutriente animal para sus ingresos y nutrición. Pero ahora, con el conocimiento y los recursos generados por un proyecto financiado por la UE e implementado por la FAO, estos pastores de camellos son testigos del aumento de la producción de leche gracias a nuevos piensos suplementarios.
En el noreste semiárido de Brasil, la agricultura enfrenta a precipitaciones erráticas y a los cambios en los períodos de cosecha. Además, impide retener agua, nutrientes y microorganismos. Para hacer frente a la situación, los agricultores suelen hacer un uso excesivo de fertilizantes, pesticidas y agua. Sin embargo, con la ayuda del , las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME) de Rio Grande do Norte marcan la diferencia.