Empoderamiento de la mujer: ¿Se han logrado progresos o no?
No. 1 Vol. XLVII 2010Esta edición enfoca los desafíos particulares a los que se enfrentan mujeres y niñas a través del mundo. Catedráticos de alto nivel, funcionarios no gubernamentales, activistas y funcionarios de las Naciones Unidas escriben sobre como enfrentar estos retos. Entre las colaboraciones se incluyen artículos por la Vicesecretaria General Asha-Rose Migiro, Thoraya Obaid, Rachel Mayanja y la Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas Chalrize Theron. También se encuentran relatos de primera mano de testigos de guerra y violencia sexual y ensayos sobre la seguridad de mujeres y niñas refugiadas y la reacción y coordinación de parte de las Naciones Unidas en protección de los derechos de mujeres y niñas en todo el mundo.
La violencia contra la mujer: Las estrategias que han funcionado para combatirla
La violencia contra las mujeres y las niñas es una forma virulenta de abuso y discriminación que no conoce de razas, clases sociales ni identidades nacionales. Adopta múltiples formas y puede ser física, sexual, psicológica y económica, aunque esas formas suelen estar todas interrelacionadas, pues desencadenan complejos efectos mutuos. Otros tipos específicos de violencia, como la trata de mujeres y niñas, trasciende con frecuencia las fronteras nacionales. Se calcula que cada año, hasta dos millones de personas, muchas de las cuales proceden de los más de 150 países que constituyen el Sur global, son objeto de comercio para la prostitución, los trabajos forzados, la esclavitud o la servidumbre. Al poner en peligro la seguridad, libertad y autonomía, de las mujeres y niñas, la violencia de género vulnera sus derechos e impide su participación plena en la sociedad y el pleno desarrollo de su potencial como seres humanos.
Una historia de violencia
Llamémosla Magda. Es un nombre ficticio, pero su historia es real. Nació en Lesotho hace 35 años. Su vida es un ejemplo de violencia física, sexual y psicológica contra la mujer. La abuela de Magda fue adoptada por unos campesinos pobres y emigró con ellos desde el Estado Libre de Orange, que en aquella época era el núcleo de la ideología del apartheid. La pobreza extrema la obligó a regresar a Sudáfrica para trabajar, dejando a sus hijos atrás, con sus abuelos. La madre de Magda solo tenía 15 años cuando nació su hija. Tras ser abandonada por un marido violento, siguió los pasos de su madre y cruzó la frontera en busca de trabajo. Magda quedó al cuidado de su abuela y su tío que, al ser el hombre de más edad de la casa, era considerado el cabeza de familia.
Los conflictos armados y la mujer - Décimo aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad
En octubre de este año, las Naciones Unidas conmemorarán el décimo aniversario de lo que constituye un importante hito, aunque insuficientemente reconocido, en el ámbito internacional: la resolución 1325 del Consejo de Seguridad, en la que se reconocía la importancia de entender las repercusiones de los conflictos armados sobre las mujeres y las niñas, al tiempo que se garantizaba su protección y su plena participación en los acuerdos de paz. Aunque se han hecho esperar, existen ahora indicios de un mayor compromiso y más iniciativas para asegurar el logro de los objetivos de la resolución.
Las mujeres en la política - La lucha para poner fin a la violencia contra la mujer
Aunque las mujeres han logrado avances notables en muchas profesiones, la política no es una de ellas. De hecho, en todo el mundo, las mujeres han brillado por su ausencia en la adopción de decisiones y en la formulación de políticas públicas. Con ocasión de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en la Ciudad de México en 1975, se recordó a la comunidad internacional que la discriminación contra la mujer seguía siendo un problema persistente en numerosos países; y aunque se exhortó a los gobiernos a desarrollar estrategias para promover la participación igualitaria de las mujeres, su participación política todavía no se identificaba como una prioridad. Desde entonces, aunque ha habido un creciente interés por la representación de las mujeres y sus repercusiones para las estructuras de toma de decisiones, esa mayor atención no ha producido resultados inmediatos. Por ejemplo, en 1975 las mujeres representaban el 10,9% de los parlamentarios de todo el mundo; diez años más tarde ese porcentaje solo había aumentado un punto porcentual, hasta el 11,9%.
Un recorrido por la vida de los refugiados
Quienes estamos preocupados por la violencia contra las mujeres y las niñas refugiadas estaremos de acuerdo en dos cosas: la primera es que se trata de un problema grave por su magnitud y la segunda es que aunque ha habido muchos intentos por abordar el problema durante las últimas tres décadas, queda por evaluar la efectividad de los resultados.
Invisibles en los medios
En el siglo XVIII, el filósofo anglo-irlandés George Berkeley resumió su teoría del inmaterialismo en la siguiente máxima: ser es ser percibido.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la problemática de género era lo último que tenía en mente el buen obispo con dicha sentencia, pero su revelación filosófica describe acertadamente la difícil situación en que se encuentran las mujeres de todo el mundo en lo que se refiere a la cobertura mediática: bien no aparecen en las noticias, y por lo tanto es imposible percibirlas ya que no están, o se las incluye, pero dentro de parámetros limitados que impiden una cabal percepción de su contribución a la sociedad. Esta situación varía dependiendo de los países, pero en general, las mujeres y las niñas muy raras veces aparecen en el mundo periodístico como narradoras de su propia experiencia o como fuentes autorizadas de un tema determinado. Además, cuando sí aparecen, se las presenta de manera estereotipada.
Organismos de las Naciones Unidas avancemos juntos en respuesta a la violencia contra las mujeres
Está cobrando impulso un movimiento para poner fin a la violación más generalizada, pero menos reconocida, de los derechos humanos en el mundo: la violencia contra las mujeres. Los estudios indican que el 70% de las mujeres sufren algún tipo de violencia física o sexual durante la vida. En todas partes, las comunidades, la sociedad civil y los gobiernos se están movilizando para poner fin a prácticas que atentan contra la salud, la dignidad, la seguridad y la autonomía de las mujeres y que resultan perjudiciales a la sociedad en su conjunto. El sistema de las Naciones Unidas trabaja de consuno para respaldar a sus asociados en ese empeño.
Momento para la solidaridad con las mujeres de Haití
Nunca olvidaré el momento en que un terremoto sacudió Dodoma en 2002, cuando era parlamentaria de Tanzanía, mi país. No sabía como reaccionar ante los temblores, pero instintivamente corrí al exterior. Afortunadamente, los temblores causaron daños mínimos, pero me hicieron sentir de una manera sumamente personal cuál frágiles somos. El terremoto que asoló Haití trajo vívidamente estos recuerdos, y sentí una gran solidaridad con mis muchos colegas y el pueblo de Haití, tan afectados por el terremoto.
Educar a las niñas, erradicar la pobreza
No hay duda de que educar a las niñas es un prerrequisito para erradicar la pobreza. La educación empodera y transforma a las mujeres. Les permite romper el círculo tradicional de exclusión que las mantiene en casa y las excluye de la adopción de decisiones. La educación, especialmente la superior, puede preparar a las mujeres para asumir funciones de responsabilidad en el gobierno, las empresas y la sociedad civil. Las mujeres son líderes ideales: numerosos estudios han demostrado que tienden a asignar los recursos más sabiamente que los hombres. Por ejemplo, las mujeres gastan un mayor porcentaje de sus ingresos en alimentos y educación para sus hijos. Por lo tanto, fortalecer el papel económico y político de las mujeres beneficia directamente a la siguiente generación. Proporcionar a las mujeres una educación universitaria de excelencia es hacer una inversión a largo plazo para su futuro y el de sus hijos.
La violencia sexual como táctica de guerra y la resolución 1888 (2009) del Consejo de Seguridad
A fines de septiembre de 2009, ocurrieron al mismo tiempo dos acontecimientos marcadamente opuestos. El 30 de septiembre, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos de América, Hillary Clinton, presentó la resolución 1888 (2009) ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que, como la resolución 1820 (2008) aprobada el año anterior, condena la violencia sexual vinculada a los conflictos armados y se propone dar a las Naciones Unidas los instrumentos necesarios para prevenir este tipo de violencia y combatir la impunidad. Apenas dos días antes, en el estadio de Conakry (Guinea), se había reprimido violentamente una manifestación pacífica de la oposición que buscaba adelantar el cronograma de las elecciones. Una Comisión Internacional de Investigación determinó que 156 personas habían sido asesinadas o habían desaparecido en esa oportunidad. Uno de los rasgos chocantes de esta agresión fue el uso de la violencia sexual: por lo menos 109 mujeres fueron violadas, muchas de ellas en el estadio a la vista de todos, de acuerdo con relatos que se filtraron del informe de la Comisión de Investigación, y algunas de esas violaciones quedaron registradas en las cámaras de teléfonos celulares y se divulgaron para alertar al mundo del hecho. El Representante Permanente de Francia ante las Naciones Unidas, Gérard Araud, en sus comentarios ante el Consejo de Seguridad la mañana del 30 de septiembre, vinculó la violencia sexual en Conakry con la resolución 1888 (2009).
Ansias de aprender
Lea también Es hora de solidarizarnos con las mujeres de Haití , un ensayo personal sobre la necesidad por la solidaridad con las madres y niños de Haití.
El mío es un trabajo singular que me permite reunirme, en el lapso de pocas horas, tanto con un presidente como con una madre sin hogar. Y ambos me dijeron lo mismo.
Tres meses después del terremoto que devastó Haití, el Presidente Préval me dio la bienvenida en sus oficinas de Puerto Príncipe, un modesto edificio ubicado en el jardín de atrás del palacio presidencial en ruinas. De inmediato dijo que la educación debe ser una piedra angular del esfuerzo internacional para reconstruir Haití. Sin eso, no hay futuro.
¿En qué momento perdemos la compasión?
En mi vida he tenido la increíble suerte de poder viajar. Ver el mundo y ser testigo de primera mano de su diversidad ha sido la mejor manera de aprender, y nunca recibí una lección más difícil que durante mi visita a la República Democrática del Congo en 2009. Rodeado por nueve países distintos, en ese país viven más de 200 grupos étnicos, por lo que se puede decir, literalmente, que es el corazón de África. Allí se ha decretado el estado de emergencia. Diversas milicias y una complicada situación política influyen en la devastación de la tierra y de la población, pero nadie experimenta mayor sufrimiento que las mujeres y las niñas. Cientos de miles de mujeres y niñas sufren palizas, torturas y violaciones . atrocidades mayores de lo que nunca escuché y totalmente inimaginables para mí.